El Guggenheim decide comprar las 'bolas' de Kapoor
El museo adquiere la escultura por cuatro millones de euros tras asegurarse que las oxidaciones no amenazan su conservación
IÑAKI ESTEBAN iesteban@elcorreo.com
Jueves, 16 de junio 2011, 15:51
La decisión final sobre las 'bolas' de Anish Kapoor, la escultura emplazada en el estanque del Guggenheim Bilbao, se ha hecho esperar, aunque al final ha recibido el plácet del museo. Un año después de que se acordara iniciar el proceso de compra, los socios del centro artístico -la Diputación de Vizcaya y el Gobierno vasco- darán hoy el visto bueno a una operación que contempla el pago de cuatro millones de euros al artista británico por las 76 esferas de acero inoxidable, uno de los elementos más vistosos del paseo de Abandoibarra.
Como adelantó este periódico, la aparición de óxido en las piezas que enlazan las bolas retrasó el proceso de compra y motivó la redacción de un informe de conservación que ha tardado un año en completarse. Un tiempo que, para una sola obra en el Guggenheim consideran «normal», no tanto para los expertos consultados por EL CORREO.
Aunque el documento no se hará público, todo hace pensar que el dictamen de los peritos prueba que los defectos, inapreciables desde el exterior, no constituyen un peligro para el estado de la pieza a largo plazo y que son fácilmente reparables, un diagnóstico confirmado por distintos especialistas. Una vez despejadas las dudas, la adquisición recibirá hoy luz verde en la reunión de la Tenedora del Guggenheim, la sociedad encargada de gestionar la colección de arte del museo.
'El gran árbol y el ojo' es el nombre auténtico de las 'bolas', la escultura instalada en marzo de 2010 como parte de la exposición dedicada a Kapoor. Un mes después, los responsables del museo mostraron su interés en comprar la obra y en junio acordaron poner en marcha la operación.
El brillo reflectante de las bolas se integró en el grupo de esculturas al aire libre de la parte trasera del Guggenheim, colindante con la ría, en la que también se encuentran la 'Mamá' araña de Louise Bourgeois, los 'Tulipanes' de Jeff Koons, la 'Fuente de fuego' de Yves Klein y, en el puente de La Salve, el arco rojo de Daniel Buren.
Obra en espacios públicos
La pieza de Kapoor venía de Londres, donde estuvo expuesta en el patio de la Royal Academy antes de ubicarse en las aguas del estanque bilbaíno. Precisamente su instalación en un espacio abierto y húmedo ha propiciado su oxidación.
El artista angloindio se mostró molesto cuando se le preguntó por la demora y se negó a dar a una respuesta. Desde sus inicios con las esculturas coloristas hechas con pigmentos en polvo, Kapoor ha ido aproximándose a las obras de grandes dimensiones en espacios públicos y ya se ha convertido en uno de los indiscutibles en este campo. Su proyecto más esperado consiste en una espiral de 115 metros de altura con la forma de los anillos olímpicos, que costará 22,5 millones de euros y se presentará en los Juegos de Londres de 2012.
El Grand Palais de París expone estos días una monumental escultura de casi 120 metros de largo y 35 de alto formada por cuatro esferas de PVC, que ocupa todo el palacio de cristal. Si el visitante quiere pasar de ese punto, no le queda más remedio que abrir la puerta de la pieza y atravesarla.
Dentro del marco de la Bienal de Venecia, inaugurada a principios de este mes, el artista ha instalado en la basílica de San Giorgio Maggiore la obra 'Ascensión', una columna de humo blanco que sube desde una base circular al techo de la iglesia.
Con más de treinta años de carrera, Kapoor empieza a ser considerado como uno de los artistas indiscutibles del final del siglo XX y principios del XXI. Su papel fundamental en la Nueva Escultura Británica, que atacó la austeridad solemne del minimalismo, le dio una relevancia aumentada a medida en que han pasado los años.