Egibar carga contra López por no abordar una mesa de partidos que Urkullu rechaza

El líder del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, volvió a demostrar ayer que sus percepciones sobre la situación política derivada de la apuesta de la izquierda abertzale por las vías pacíficas difieren en algunos matices de las del presidente de su partido, Iñigo Urkullu. En un acto político en Irún, en el que le acompañó el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, el máximo responsable del GBB afeó al lehendakari que rechace la creación de una mesa de partidos con el argumento de que eso supondría atender una «vieja reivindicación de ETA», que lograría así los objetivos que persiguió mediante el terror.

Egibar se preguntó «qué poso democrático» tiene un Gobierno «que cree que abordar de una forma multipartita determinadas cuestiones políticas puede significar dar un premio a no sé quién que ha practicado la violencia». No obstante, la tesis de Urkullu al respecto es que plantear ese foro ahora es una «quimera» y que es preferible esperar a que Sortu sea legal y todo aquel que participe en el diálogo lo haga con «habilitación parlamentaria».

Egibar, en cambio, insistió en la idea. Se mostró convencido de que el «escenario de paz» que ahora se abre exige un debate entre todos los partidos sobre «cuestiones políticas de fondo». Entre ellas, citó la estrategia penitenciaria, en la que caben «variaciones» para que los reclusos puedan ver «reconocidos y cumplimentados sus derechos», una tesis que sí es común a todo el PNV. El dirigente guipuzcoano preguntó a PSE y PP «qué excusa van a encontrar» en adelante para «negarse» a abordar el derecho a decidir «ahora que ven que la violencia desaparece». «Lo que no puede ser es un lehendakari que dice 'voy a liderar'. Y coge el teléfono y llama: 'Oye, Urkullu, que ha salido un partido'. Y luego suelta semejante obviedad y se queda tan ancho», dijo, en referencia al anuncio de López de que se reunirá con Sortu cuando sea legal.

Tampoco contempla Egibar el temor a una escisión en ETA que ha calado en Urkullu y en sus compañeros vizcaínos. Según dijo, con el rechazo a la violencia que explicitó en el Palacio Euskalduna el pasado 7 de febrero, la izquierda abertzale «ha declarado el final de ETA». «Puede salir alguno, pero el enfrentamiento será con la propia izquierda abertzale», vaticinó.

«ETA se acabó», insistió Egibar, quien emplazó a la sociedad y a los partidos a dedicarse ahora a reparar a las víctimas «de todas las violencias». Advirtió que es preciso recuperar el «respeto» perdido y trabajar en favor de la «reconciliación». No se avanzará a golpe de «mítines y titulares», concluyó.