«La reconciliación en Euskadi exige reconocer lo que aquí ha pasado»
El autor vasco gana el Premio de Periodismo de EL CORREO con el artículo 'Sobre el derecho a la individualidad'
IÑAKI ESTEBAN i.esteban@diario-elcorreo.com
Domingo, 27 de febrero 2011, 04:02
Kirmen Uribe creció mirando al mar, viendo cómo entraban en el puerto marinos de distintas lenguas, a las que se acostumbró tanto que de niño entendía el portugués. El autor de 'Bilbao-New York-Bilbao', la novela con la que ganó el Premio Nacional de Literatura en 2010, aprendió entonces a comprender, a valorar el punto de vista de los otros, la base de lo que él llama con insistencia «tender puentes».
Con ese espíritu abordó la escritura de esa obra y también del artículo 'Sobre el derecho a la individualidad', publicado en 'El Norte de Castilla' el pasado 26 de diciembre, que ha resultado ganador del XXIV Premio de Periodismo EL CORREO, según ha dictaminado un jurado presidido por el director de este diario, Juan Carlos Martínez. El artículo surgió a raíz de los correos electrónicos que le enviaron los lectores de 'Bilbao-New York-Bilbao'.
- ¿Qué le decían?
- Se identificaban mucho con la visión conciliadora de la novela, con esa mirada hacia el valor de las personas como individuos que nunca desaparece del todo en los conflictos y que existió en la Guerra Civil y en la posguerra. Me contaban muchísimas cosas de aquellos años, y también sobre ETA. Vivencias en primera persona, que me interesaron mucho porque se veía la repercusión de la Historia, con mayúsculas, en las personas con nombres y apellidos.
- ¿Y la individualidad que reivindica en el artículo?
- Es el punto básico de todo, de la vida y de la literatura, y más en lugares de conflicto como el País Vasco. Tienes que hacerte fuerte en tu individualidad para superar las constricciones, las presiones de la comunidad. Y a la vez necesitas tender puentes porque no puedes quedarte encerrado en ti mismo. Siempre hay algo que une las cosas más dispares, como los árboles y los peces con los que empiezo el libro, en este caso las marcas en forma de anillo que tienen en su interior y que indican su edad.
- Pero, ¿hasta dónde puede llegar la comprensión? ¿Se puede tender puentes con el asesino?
- Bueno, es cierto, ahí no hay nada que hacer ni se debe relativizar. Yo no digo que haya que tratar de la misma manera a una persona que actúa bien y a otra que actúa mal. Pero en el artículo no abordo exactamente esa cuestión. Quería contar historias de las personas que están sometidas a unos acontecimientos negativos para ellos y cómo han sido capaces de salir del agujero e ir cerrando heridas.
- ¿Tendría este planteamiento alguna lectura aplicable a la situación del País Vasco?
- Probablemente dentro de un tiempo estemos hablando de reconciliación, y ahí la individualidad va a ser muy importante porque las relaciones rotas entre las personas se tendrán que recomponer de manera individual. Primero, asumiendo cada uno sus culpas y luego, entre todos, tratando de establecer las conexiones. Jesús Egiguren decía en una entrevista que de lo primero que habló con Rufi Etxebarria fue de sus hijos. Y a raíz de eso pudieron hablar de todo lo demás.
El hilo roto
- ¿Habrá que reconciliarse también con el pasado?
- Sin duda. Hay que ir poco a poco, pero es absolutamente necesario porque una sociedad que no asume lo que ha hecho, o lo que se ha hecho en su nombre, no será nunca sana. Hay que asumir los hechos, reconocer lo que ha pasado en el País Vasco. Si no, nunca tendremos garantías de nada.
- Generosidad es una idea que usted cita en el artículo.
- Sí, pero sin prisa, reconstruyendo el tejido, el hilo que se rompió, dando pasos seguros.
- Cuando usted oye que Euskadi está dividida en dos comunidades, ¿cuál es su reacción?
- Yo sí creo que existen dos sensibilidades. Pero a la vez me resisto a ver el País Vasco como una sociedad dividida por dos modos de plantarse o de situarse en el mundo. Quisiera que las dos se fueran empapando la una de la otra, como las olas empapan la arena. Lo absolutamente necesario, de todos modos, es el respeto. Si los pasos que está dando la izquierda abertzale se van consolidando, muchos miedos se desdramatizarán y desaparecerán.
- ¿Miedos a qué?
- Por ejemplo, a mostrarse uno tal y como es, con su individualidad.
- ¿Qué papel ha jugado la política?
- Ha sido un factor de desunión. Ha tenido y tiene demasiado peso en la vida de las personas. Muchas han visto toda su existencia través de la política. Y eso me parece muy triste, muy reduccionista y muy empobrecedor.
- ¿Y el euskera?
- Crecerá como un elemento de unión, de comunicación, pero que lo hable quien quiera, que se viva con normalidad...
- ¿Y que se lea también con normalidad?
- Cada vez estamos más cerca de que eso ocurra. Cuando Bernardo Atxaga o Anjel Lertxundi empezaron a escribir estaba todo por hacer, una literatura moderna en euskera, comparable a la de cualquier otra lengua. Ahora la situación es mucho más estable y eso se lo debemos a esa generación. Los escritores más jóvenes debemos mostrarles nuestro agradecimiento. Y a la sociedad también, que ha hecho un esfuerzo muy grande con el aprendizaje del euskera. Ya no tenemos la urgencia de ir tapando huecos. Cada uno puede escribir desde sus gustos y vivencias. Hemos heredado una tradición muy sólida y plural.
- ¿Cómo ve la relación entre periodismo y literatura?
- Ahora mismo estoy leyendo un libro de Virginia Woolf con sus artículos sobre Londres. La literatura del siglo XX habría sido muy distinta sin el periodismo. La forma de escribir no habría sido la misma. Gracias al periodismo la literatura ha ganado claridad, velocidad y cercanía respecto al lector. A mí me gusta mucho el género del artículo, como también el del ensayo corto.
- ¿Tiene alguna novela en curso?
-Estoy escribiendo poemas y tengo una idea para una novela que me está enganchando. Me gusta tenerla durante mucho tiempo en la cabeza antes de ponerme a escribir. Me tiene que enamorar del todo.