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Adiós al revolucionario del flamenco

«Cantar a Picasso en Gernika fue inolvidable»

Dos días antes de entrar al quirófano, el artista concedió a EL CORREO una entrevista en la que comentaba sus actuaciones en Euskadi Enrique Morente Cantaor

JOSU OLARTE

Martes, 14 de diciembre 2010, 13:41

Dos años después de que estrenara en Gernika su primera adaptación flamenca de textos de Picasso, titulada 'Pablo de Málaga', Enrique Morente se disponía a regresar a los escenarios vascos. «Allí siempre se me ha respetado mucho, quizá porque saben lo que es tener una lengua y una cultura popular antiquísimas», apuntaba el cantaor que mejor ha sabido moverse entre la ortodoxia y la renovación, sin dejar de sonar siempre de ley.

Dos días antes de ser operado de una úlcera, cuyo postoperatorio se complicó, atendió a este periódico por teléfono desde su casa en el Albaicín granadino y concedió la entrevista que aquí se reproduce. A punto de cumplir los 68 el día de Navidad, el artista se preparaba para actuar esta semana en San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Pamplona, donde iba a presentar su último trabajo, 'El barbero de Picasso', un álbum centrado en la relación entre el pintor y Antonio Arias, peluquero y confidente del artista en la Costa Azul francesa.

- Vuelve al País Vasco para volver a cantar textos de Picasso.

- Sí, este espectáculo es casi una continuación del anterior, a partir de los textos del pintor que conocí a través del poeta malagueño Rafael Inglada. Surgió tras saber la entrañable relación entre Picasso y su barbero, al que pagaba con dibujos o cerámicas que él pintaba, lo que solía hacer a menudo. Era un hombre humilde, pero acabó formando parte del círculo cultural del creador.

Con Mikel Laboa en Bilbao

- ¿Le quedó un buen recuerdo del estreno en Gernika de 'Pablo de Málaga'?

- Claro, fue inolvidable. Algo muy especial y traté de darlo todo por la significación del lugar y los textos; y creo que la gente lo apreció. Es una de las razones por las que he querido volver a cantar textos de Picasso en las capitales vascas. Siempre que he actuado por allí, tanto con Tomate (el guitarrista Tomatito), como cuando lo hice en Bilbao con alguien tan especial como Mikel Laboa se me ha tratado con gran respeto. Ahora volveré a cantar cosas como 'Gern-Irak' con más fuerza si cabe que entonces. Combinaremos la parte clásica con palmas, la guitarra y baile, y luego la más eléctrica o más cercana a mis colaboraciones con Lagartija Nick.

- Aunque Picasso vivió muy a la flamenca, su enfoque del cante pasa más por la preparación que por la fiesta, la bohemia y el duende.

- El flamenco admite muchas cosas. Yo también he trasnochado mucho... Se ha tenido la idea de que el flamenco debe ser bohemio, pero ha habido grandes cantaores con duende que han trabajado mucho. Los artistas de verdad saben que todo está basado en el trabajo. Existen la inspiración y el duende, pero esa magia no aparece sin él. Los que han llevado hacia adelante el arte siempre lo han tenido claro. Para tocar con la destreza de Paco (de Lucía) o Tomatito hace falta mucha dedicación. Y lo mismo para aprender sesenta cantes, dominarlos y llevarlos al compás. Otra cosa es el folclore, también bonito, del que canta con arte sus cositas en las fiestas familiares.

- Parece que sigue buscando nuevas letras para el flamenco. ¿Necesita el género una renovación no sólo musical sino también lírica?

- Claro, el flamenco debe adaptarse a los tiempos en todos los órdenes. Lo más difícil quizá sea renovar la lírica, saber qué se debe cantar. Yo, desde que a los 22 años grabé a Miguel Hernández, no he dejado de adaptar a poetas de todo tipo. Hemos avanzado en todos los terrenos y el flamenco ya no se ve como algo retrógrado. A mí me gusta que en los conciertos haya tanto gente con pendientes como con corbatas.

- Así que defiende el sincretismo con otras manifestaciones artísticas.

- Por supuesto, el flamenco puede dialogar con cualquier arte de nuestro tiempo. Para que sea universal, el arte debe abrirse, no estar limitado a una zona o comunidad. Miles Davis o Chick Corea también han contribuido a engrandecer el flamenco. A mí me gusta que músicos de rock o directores como Trueba o Saura sean unos enamorados del flamenco, y ellos pueden dar su visión a todo aquel que tenga la mentalidad abierta para escuchar.

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