El Puente Colgante iniciará en noviembre su mayor reforma sin dinero suficiente

¿Marrón oscuro, achampanado, en tono avellana o lo más parecido posible al actual negro? Aunque en su momento la noticia del cambio de color del Puente Colgante dividió a ciudadanos y usuarios, los planes para lavar la cara por completo a la centenaria estructura siguen adelante, aunque con más retraso de lo esperado. Los responsables del transbordador anunciaron antes del verano que a principios de octubre se empezarían a instalar los andamios en las dos torres, pero quienes lo visiten a finales de semana aún no los verá puestos. Los motivos son legales y económicos.

Detrás del retraso se esconden razones burocráticas. Fue a mediados de este mes cuando el Ministerio de Fomento, que financia la mayor parte de la obra con cargo al 1% Cultural, remitió una carta a la directiva del transbordador instándole a presentar antes del 25 de octubre la documentación necesaria para la concesión del millón de euros con el que ejecutar parte de los trabajos. Entre los papeles que el Puente ha presentado figuran la aprobación de la reforma por parte del consejo administrativo de la empresa El Transbordador de Vizcaya S.L., el permiso del Departamento de Cultura de la Diputación y el visto bueno del Puerto de Bilbao para que se realice la obra. La documentación ya está en Madrid, por lo que la firma del convenio se celebrará «durante los primeros días de noviembre». La directiva del monumento estima que la reforma arrancará a mediados de dicho mes.

La decisión final sobre el nuevo color tampoco se ha tomado aún. Según reveló ayer el relaciones públicas de la empresa que gestiona el servicio, José Antonio Dolara, técnicos del departamento foral de Cultura manejan ya el sistema de clasificación de colores Pantone con la gama cromática que la directiva del Puente desea aplicar a su esqueleto de metal. Será, seguramente, la semana que viene cuando se adopte la decisión definitiva que, afirma, «depende de la Diputación». La elección bascula, en cualquier caso, dentro de la familia de los marrones. Una decisión técnica, ya que las mediciones que una ingeniería realizó en un estudio previo demostraron que por cada grado de más durante el verano la flexión de las vigas de la estructura se incrementa en cinco milímetros.

Al aliviar el actual negro azabache, un color que a finales del siglo XIX era la única opción para las pinturas de base asfáltica, los ingenieros de Idom esperan que episodios de otros años como las paradas inesperadas de la barquilla dejen de producirse, ganando así en seguridad. Además, desde el punto de vista turístico y de cara a poner en valor el monumento declarado Patrimonio de la Humanidad, el nuevo color emparentaría al transbordador con la estructura metálica más famosa del mundo, la Torre Eiffel de París, cuyas vigas lucen un glamuroso tono achampanado.

Generosidad municipal

La suma del dinero necesario para acometer tan ambicioso plan también justifica el retraso en las obras. A día de hoy, el Puente Colgante aún no tiene el millón y medio de euros que precisa para la completa financiación de los trabajos. Asegurada ya la aportación de un millón por parte del Gobierno central, la empresa espera obtener el resto apelando a la generosidad de los ayuntamientos de Portugalete y Getxo, los dos municipios cuyas orillas une el transbordador. Los responsables del Puente aseguran que se podría realizar una reducción de hasta el 90% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y la exención del cobro de la tasa de obras. Los alcaldes implicados ya han estudiado tal posibilidad y, advierten de que las ordenanzas municipales «no lo contemplan». El regidor portugalujo, Mikel Torres, dice que sus técnicos de Hacienda están en contacto con sus homólogos de Getxo para ver si es facultad de alcaldía lograr algún tipo de reducción, «pero hablaríamos de un 40% como mucho, no del 90 o el 100%», zanja.

Por otra parte, la operación para reunir hasta 300.000 euros de marcas comerciales que quieran ver sus logotipos impresos en los grandes andamios que cubrirán la estructura tampoco va viento en popa. La BBK, principal esponsor de la estructura, aún no se ha pronunciado al respecto. «No hay problema, exploraremos otras posibilidades», asegura Dolara.