Rojo plantea ahora a la BBK y a la Kutxa una 'fusión virtual' para evitar el veto político
Considera que las «aventuras unilaterales» de la entidad vizcaína pueden crear desequilibrios insalvables
CARMELO LEZANA clezana@diario-elcorreo.com
Lunes, 31 de mayo 2010, 19:08
Segundo capítulo de la ofensiva del presidente de la Vital, Gregorio Rojo, para lograr el inmediato relanzamiento de la integración de las tres cajas de ahorro vascas. En esta ocasión, el responsable financiero introduce un elemento absolutamente novedoso: plantea que la BBK, la Vital y la Kutxa protagonicen ya una 'fusión virtual' a través de un Sistema Institucional de Protección (SIP). Una operación que sería previa a la integración real y que, a su juicio, evitaría los vetos políticos que han impedido hasta en tres ocasiones el alumbramiento de la gran caja vasca.
Rojo expone su inédito planteamiento en un artículo de opinión titulado 'La realidad nos lleva al compromiso', que hoy publica este periódico. Se trata de la segunda reflexión de Rojo en defensa de sus posiciones sobre la fusión. La primera se remonta a enero, cuando urgió la unión real de las tres cajas vascas «para no jugar en segunda división».
En aquella ocasión, su propuesta fue rechazada no sólo por la BBK y la Kutxa, sino también por el Gobierno vasco y los tres partidos claves en la decisión política, el PNV, el PP y su propia formación, el PSE. Todo ellos defendían que la integración no debe ser retomada hasta superar la crisis. Habrá que esperar para comprobar qué reacciones suscita la nueva idea, que no ha sido remitida a la BBK y a la Kutxa -la desconocen- , pero sí al Partido Socialista y al Ejecutivo de Patxi López. A este último, el empresario alavés también lanza un claro mensaje, al afirmar que su responasbilidad en esta cuestión debería estar orientada a «impulsar, agilizar, favorecer, facilitar e, incluso, liderar».
Las ventajas
Más allá de peticiones, Rojo destaca en su artículo las ventajas que ofrece una 'fusión fría', una opción -la «más fácil»- ya ensayada por numerosas entidades y que facilitaría cumplir con la obligación de «dar pasos decididos hacia adelante, reales o virtuales, en frío o en caliente». Así, argumenta que un SIP permitiría a las cajas «mantener su naturaleza jurídica, sus órganos de gobierno, sus sedes sociales, su red de oficinas, sus marcas comerciales y sus respectivas obras sociales». La operación se limitaría a la creación de un holding «común y solidario», constituido en función de las cifras de negocio de cada caja, «que comprometa a los tres socios a darse soporte mutuo en tres cuestiones fundamentales: solvencia, riesgos y liquidez».
Según fuentes de la Vital, ese esquema neutralizaría los condicionantes políticos que han hecho imposible hasta ahora la integración. Los mismos medios aseguran que el esquema planteado ahora-se trata del más sencillo posible- no tendría que ser aprobado por las asambleas de las tres cajas, lo que evitaría el riesgo de veto, como ya ocurrió en 2008 con la fusión entre la BBK y la Kutxa por parte de la entidad guipuzcoana. Sería suficiente, añaden, la luz verde de los consejos de administración de las instituciones. En suma, tal y como señala el ejecutivo financiero, «el acuerdo contractual se podría realizar con rapidez y sin excesivas trabas procedimentales y jurídicas».
Pero esas no son las únicas ventajas del SIP que destaca Rojo. También explica que la entidad resultante «no tendría necesidad de recurrir a los fondos de FROB, ni a ninguna ayuda externa; el acceso al mercado de capitales se produciría a precios mucho más competitivos y las posibilidades de avanzar en una mayor cohesión interna y de abrirse a nuevos mercados y a nuevas posibilidades de crecimiento serían inmensas».
El presidente de la Vital deja claro que no se ha convertido en «un defensor» de las fusiones frías «de la noche a la mañana», y reitera su decidida apuesta por una fusión «real y en caliente». No obstante, matiza que «observando lo que ocurre a nuestro alrededor, surge una pregunta inevitable. ¿Hasta cuándo podemos esperar?». Y refuerza esa pregunta con una rotunda afirmación: «sería incomprensible que las cajas vascas (...) actuaran de forma autista en este momento crítico», en el que, según asegura, «es la tozuda realidad la que se sobreprone a los intereses de la política».
Censuras a la BBK
En este punto, no desaprovecha la ocasión para, aunque sin citarla en ninguna ocasión, afear la conducta a la BBK, que ha intentado crecer en solitario, primero con la adquisición de CCM y, después, a través de una fusión virtual con CAM . «Tan negativo es, a mi juicio, permanecer de brazos cruzados como iniciar aventuras unilaterales que amenazan con crear desequilibrios insalvables entre las tres cajas que siempre se han llamado 'hermanas' y con quebrar el proyecto financiero de Euskadi».
No es la única 'perla' que Rojo dedica a la caja vizcaína y a su presidente, Mario Fernández. «No se trata, como parecen pretender algunos, de escalar sin más ni más puestos en el ranking del sistema financiero español, sino de consolidar un proyecto coherente, sólido, entendible y sobre todo responsable, con unas formidable oportunidades de futuro».
Rojo concluye afirmando que «a estas alturas ya no cabe escudarse en excusas del estilo: lo prioritario es afrontar por separado la crisis o en estos momentos no conviene distraer a las organizaciones. Se trata de una cuestión de compromiso de país y de responsabilidad para el saneamiento del convulso sistema financiero».