¡A bailar en pijama!
Un club londinense promueve la fiesta loca antes de irse a trabajar: de seis y media a diez y media de la mañana de un miércoles, sin alcohol y con masaje gratuito para despertarse del todo
CARLOS BENITO
Lunes, 27 de enero 2014, 07:16
La fiesta matinal suele ser cosa de noctámbulos que deciden ignorar el amanecer y seguir adelante, hasta el mediodía y más allá, sin importar los cerebros destruidos y los cuerpos destrozados. Es, claro, la cultura del after, de ese después que siempre se prorroga a sí mismo, pero unos visionarios de Londres están impulsando un concepto revolucionario en esto del jolgorio: se trata, claro, del before, el antes de ir a trabajar. Porque, igual que otros aprovechan ese ratito para machacarse en el gimnasio o trotar por parques y paseos, ¿por qué no invertirlo en bailar hasta desperezarse del todo?
El club se llama Morning Glory -el nombrecito se las trae, porque es una forma coloquial de designar las erecciones matinales- y funciona un miércoles al mes en el Oval Space, al este de la capital británica. Lo han impulsado Samantha Moyo, promotora de eventos, y Nico Thoemmes, terapeuta, y es una de esas ideas tan locas que a lo mejor hasta acaban saliendo bien: abren a las seis y media de la mañana y tienen un comité de bienvenida que saluda a los clubbers madrugadores y les da un masaje gratuito para eliminar los últimos rastros de sueño. Después, se puede elegir entre café ('excelente café', dicen, y eso ya sería una buena razón para acudir estando en Londres) o un batido de fruta, porque no se sirve alcohol: recuerden que la idea es que los asistentes acudan después a currar. "Por favor, ven sobrio y dispuesto a abrazar el día que tienes por delante", piden los organizadores. Y, en fin, el resto se ajusta a la rutina de estos lugares, con DJs y música atronadora, si exceptuamos el pequeño detalle de que algunas personas acuden en pijama y dejan su ropa de trabajo en el guardarropa, para ponérselo a la hora de cierre, las diez y media de la mañana.
"Es una experiencia de inmersión en el baile matinal -desarrollan las mentes pensantes del Morning Club-, tenemos la misión de transformar las mañanas en algo verdaderamente extraordinario". Para Annie O, una de las pinchadiscos habituales, la experiencia ha sido un descubrimiento: "La gente y las vibraciones son mucho más auténticas que en un club nocturno. Hay más sonrisas, más sudor, más viveza, más realidad". Eso sí, viendo las fotos, uno no acaba de tener muy claro que a todos esos personajes les espere una jornada laboral. A lo mejor se buscan un after que esté abierto a esas horas.