¿Cuánto sufre nuestro coche en los atascos?
El motor, el embrague y la batería son las partes del vehículo con las que tener especial cuidado si la cosa se alarga
SERGIO EGUÍA
Martes, 9 de julio 2013, 09:26
Le habrá pasado más de una vez. Sale a dar un paseo con la familia y alguno de los miembros se para a hablar con todo el que se cruza o sencillamente lleva un ritmo tan cansino que recuerda aquel trote cochinero que popularizó Urzaiz en los campos de fútbol. Finalmente, cuando llega a casa, más quemado que si hubiera completado una maratón en el desierto, se da cuenta de que le duelen terriblemente las piernas. Incluso la espalda. El próximo día me voy solo, acabará pensando. A este ritmo no hay quien ande.
Pues a su coche le pasa más o menos lo mismo. No están diseñados para los atascos -igual que las carreteras no están pensadas para evitarlos- y sufren terriblemente cada uno de los embotellamientos en los que acabamos cayendo día sí y día también en algunas ciudades o rutas de vacaciones. Malo cuando se queda atrapado camino del trabajo, pero cuando le suceda ahora, de vacaciones y camino de la playa, respire hondo, tómelo con filosofía y como los pilotos de F1 frenados por el coche de seguridad, dedíquese a cuidar la mecánica. No vaya a ser que además de la paciencia pierda el coche.
En caso de atasco, los expertos recomiendan adecuarse a la situación, guardar las distancias, no cambiar innecesariamente de carril y en caso de carriles de incorporación comportarse educadamente y facilitar la maniobra conocida como 'cremallera' (que pase un vehículo de cada lado para que todos avancen). En el plano psicológico, los especialistas inciden en la aceptación de la situación, en no seguir alimentando la frustración con quejas continuas y lamentos y en tratar de distraerse poniendo la radio o conversando con el resto de pasajeros.
Apostar por una ruta alternativa para evitar el atasco es algo que los experimentados conocen bien. Que de niño se ha comido retenciones cada fin de semana camino de Laredo, pues por Trucíos, que es de lo más bonito. La versión alavesa sería un 'Nanclares, que bella eres'. ¿No ha probado, regresando a casa por la A-1, a evitar el colapso del peaje de Armiñón continuando hasta Pobes y luego cruzando por las tierras de Iruña de Oca para salir casi ya en Vitoria? Son muchos más kilómetros, tal vez, aunque calcule cuánto tardará en hacer 20 kilómetros si está parado durante 40 minutos.
En cualquier caso, y por más que sufren las personas, el que peor lo pasa en un atasco es el coche. En concreto hay tres partes del vehículo con las que tener especial cuidado si la cosa se alarga. El motor, el embrague y la batería. La carrocería también puede acabar pagando los platos rotos, sobre todo si alguien no presta atención en las continuas arrancadas y paradas.
El más común de los contratiempos en un embotellamiento es que se recaliente el motor. en los coches modernos se ha solucionado el problema gracias a unos electroventiladores (o ventiladores) que se encargan de proteger el cuerpo del motor y que saltan cuando el vano alcanza demansiada temperatura. Lo mismo que hace el ventilador de un ordenador para proteger el procesador. No obstante, tampoco abuse del sistema de seguridad -el coche está pensado para que la mecánica se enfríe gracias a las corrientes de aire generadas por el movimiento- y si los parones son prolongados (dos minutos o más) pare el motor. De paso bajará algo el consumo, aunque esa es una batalla perdida. Se sobreentiende que antes de iniciar la marcha se ha ocupado de comprobar que los niveles del líquido refrigerante son los correctos.
Respecto al desgaste del embrague -siempre una de las piezas más polémicas respecto a su mantenimiento- hay dos posiciones enfrentadas. La primera, quizá la más lógica, habla de poner el coche en punto muerto. Así, de paso, descansará su pie. La segunda apuesta por tener el coche en primera con el pedal completamente pisado y de esa forma cuidar el disco y la maza. Sin embargo, esta alternativa penaliza el desgaste de otras piezas como el cojinete de empuje o las láminas del muelle de diafragma. La verdad, la discusión parece más propia de genios de la mecánica que del conductor habitual.
Finalmente, no olvide que no está recargando la batería del coche y que esta podría agotarse. La radio no consume demasiado, pero la luneta térmica, los elevalunas y las lámparas del coche sí. De quedar atrapado de noche, ponga las luces de posición en vez de las de cruce mientras no se mueva. El ventilador del climatizador será también un lujo del que deberá prescindir. Así que no se olvide de meter en el coche alguna bebida fresquita. Aunque no le atrape un atasco lo agradecerá durante el viaje.