Crucified Barbara: ¡que vienen las suecas!
El cuarteto de Estocolmo presenta en Vitoria y Erandio su ‘hard rock’ enérgico, coreable y sin tonterías
CARLOS BENITO
Jueves, 7 de febrero 2013, 11:32
Cada vez que se escribe sobre el cuarteto sueco Crucified Barbara, es como si se colase en la habitación un elefante enorme al que hay que ignorar, o al menos fingir que se le ignora. Así que empecemos por citar directamente al molesto elefante para que deje de incordiar: sí, Crucified Barbara son cuatro chicas evidentemente atractivas, con un impacto visual difícil de soslayar, pero se supone que ya superamos la fase del landismo rockero y no vamos dejando un rastro de baba por ver a una mujer guapa, alta, rubia y encuerada tocando la guitarra, ¿verdad, señores? Ya, ya...
En fin, ahora que el elefante nos ha arrollado, sigamos. Crucified Barbara son, en efecto, una de las pocas bandas femeninas que han conseguido hacerse un hueco en la exigente escena del rock duro. Mia Coldheart, Klara Force, Ida Evileye y Nicki Wicked (lo de Corazón frío, Fuerza, Mal de ojo y Malvada son, por supuesto, apodos propios del gremio) empezaron a finales de los 90 en Estocolmo, y lo suyo fue una curiosa regresión hacia las raíces a partir del grunge, el estilo que había revitalizado las guitarras y la actitud rockista para toda una generación. Ahí donde las ven, nuestras protagonistas se metieron en esto de la música por culpa de Kurt Cobain: «Creo que todas empezamos por Nirvana. Antes de conocernos, todas habíamos crecido con su música en distintas partes de Estocolmo, así que arrancamos como un grupo grunge», ha explicado la cantante y guitarrista Mia, la morena del cuarteto. Aquella primera vocación, aseguran, les ha dejado huella: «Nunca nos ha atraído el sonido de metal limpio y puro. Siempre queremos añadir algo de suciedad, así somos, eso es lo que tocamos».
Mucho antes de adoptar el apellido Coldheart, Mia ya tenía una prehistoria musical como niña aplicada que estudiaba acordeón. Después, a su hermana pequeña le regalaron una guitarra y ella acabó confiscándosela: todavía recuerda como un momento triunfal el día que logró tocar con una cuerda Smells Like Teen Spirit. «Nirvana cambiaron mi vida por completo y mi primera meta fue tocar la guitarra como Courtney Love», ha admitido en una entrevista con About.com. Su siguiente modelo fue Jerry Cantrell, de Alice In Chains, y también irrumpió en su vida el metal, sobre todo a través de Megadeth, pero mantiene una mente abierta que le lleva a seleccionar como mejores bandas suecas a ABBA, Roxette, In Flames, Meshuggah y, en fin, Crucified Barbara. Entre los grupos de chicas, la referencia que más a menudo suele citar son las californianas Phantom Blue. Ah, lo del acordeón no es la única peculiaridad que Mia arrastra desde la infancia: también es muy aficionada a montar a caballo, incluso ganó recientemente un concurso hípico para famosos suecos, a lomos de un animal llamado Carolus Rex, que suena bastante heavy.
«Somos básicamente cuatro chicas de Estocolmo que tocan rock and roll», resumen. Se pusieron el nombre a raíz de una experiencia en el festival de Roskilde, donde alguien había crucificado a una muñeca hinchable, lo que en Suecia llaman una barbara. En estos años han publicado tres álbumes de hard rock enérgico, coreable y sin tonterías el último, The Midnight Chase, salió el pasado verano, han teloneado a monstruos de apariencia temible y corazón amigable como Motörhead e incluso han competido en las eliminatorias suecas para acudir al festival de Eurovisión. Como solo hemos presentado a Mia, dejemos que sea ella quien describa la personalidad de sus compañeras de banda: «Klara Force es la más organizada ha explicado en una entrevista con Sonic Cathedral. Siempre se hace cargo de las demás: cuando volamos, se ocupa de los pasaportes y todo eso. Ida Evileye es la sociable, le encanta hablar con todo el mundo. Y Nicki Wicked es la payasa: es una acróbata y hace reír a todo el mundo. Está totalmente loca, como suelen estarlo los baterías». ¿Parecen majas, verdad? Pues, ahora, a ver quién se atreve a darles conversación tras los conciertos.
Vídeo: Into The Fire