Cruzada vasca contra el cáncer de próstata
Veinte grupos científicos de ámbito internacional, uno de ellos de Euskadi, buscan la manera de diagnosticar los tumores prostáticos de forma sencilla y sin el amplio margen de error que existe en la actualidad
FERMÍN APEZTEGUIA
Domingo, 8 de diciembre 2013, 16:17
Una red formada por veinte grupos científicos, uno de ellos de Euskadi, se ha propuesto lograr que las pruebas para el diagnóstico del cáncer de próstata sean sencillas y plenamente certeras. La investigación, impulsada por la fundación internacional Movember, busca conseguir que la existencia de la enfermedad pueda verificarse con un simple análisis de orina. De alcanzarse este objetivo, los pacientes se verían libres de los actuales mecanismos de cribado, en entredicho desde hace más de un año porque resultan demasiado agresivos para su limitada eficacia.
La próstata es una glándula másculina, del tamaño de una nuez, que segrega fluidos que forman parte del semen y los vierte a la uretra, el conducto por el que se expulsa la orina. La detección precoz de este tipo de tumor requiere la introducción por la punta del pene de una sonda para la extracción de una pequeña muestra de la próstata, que se analiza en el laboratorio. El margen de error de la prueba, una cirugía menor que requiere anestesia parcial, ronda el 40%. "Cada año se diagnostican en España unos 50.000 tumores de próstata, lo que significa que casi otros 35.000 hombres serán sometidos a este estudio de manera innecesaria", detalla el profesor de Ikerbasque Juan Manuel Falcón, investigador del CIC-Biogune, que dirige los trabajos en el País Vasco.
La detección del PSA una proteína producida por la próstata que es lo que se busca con esta prueba llamada citoscopia está considerada como el principal examen médico para la detección temprana de la dolencia. Un panel de expertos conocido como Grupo de Trabajos Preventivos de Estados Unidos defiende desde hace más de un año, y así lo publicó en una reconocida revista médica, que carece de sentido someter a los pacientes a una prueba que ni se ha demostrado eficaz, ni está exenta de efectos secundarios. Aunque los urólogos criticaron el planteamiento por ir, según consideraban, contra la columna vertebral de la prevención, los sabios lo tenían claro. Demasiadas molestias para una enfermedad que, no siempre, pero sí a menudo, se da en personas de tan avanzada edad que podrían fallecer a causa de cualquier otro problema de salud.
La pista definitiva
Un 40% de fallos parece, además, un margen de error demasiado elevado para algo que forma parte de la rutina clínica. "La posibilidad de obtener un falso negativo es alta porque puedes pinchar en una zona sana de la próstata y dejar sin tocar el tejido tumoral", explica el científico vasco. No es la única desventaja del procedimiento. Tampoco los posteriores análisis para la detección del PSA son perfectos. Pueden indicar que efectivamente existe en la glándula prostática y que no sea así, lo que llevaría a los clínicos y a su paciente a tener que enfrentarse a la situación contraria: un falso positivo. Otro método utilizado para verificar el estado de la próstata es el tradicional, el del tacto rectal, pero tampoco es infalible. "Si el tumor se aloja en una zona situada demasiado alta puedes no detectarlo", detalla el científico.
Los investigadores quieren dar con la pista definitiva, la evidencia que no deje margen de error a los profesionales; y creen que van camino de hallarla. El indicio que buscan podría estar en la orina y más en concreto en unas diminutas formas de vida llamadas vesículas, que son una especie de bolsa que almacena, transporta y digiere productos celulares. Una de esas vesículas, visibles sólo con microscopios muy sofisticados, se llama exosoma y son, en realidad, un tipo de producto celular que tradicionalmente se consideró un desperdicio orgánico y que en los últimos años se ha visto que funciona como un auténtico mensajero que transporta información clave a los tejidos.
Motivos para la esperanza
Los exosomas están presentes en la orina de todas las personas, pero se cree que se manifiestan de una manera muy determinada en los hombres que padecen cáncer de próstata. El grupo que dirige Juan Manuel Falcón formado por cuatro equipos liderados a su vez por los investigadores Arkaitz Carracedo y Robert Kypta, de CIC bioGUNE: el jefe de Urología del hospital de Basurto, Miguel Unda; y el científico Roberto Bilbao, de la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Bioef ha logrado comprobar con muestras de una treintena de pacientes, que efectivamente es posible observar la huella que buscan en los afectados con cáncer de próstata avanzado. Falta por ver, sin embargo, si pueden obtenerse los mismos resultados con un grupo de enfermos mayor y, algo muy importante, si sus exosomas pueden detectarse también en momentos tempranos de la enfermedad. Es lo que necesitarían para que un simple análisis de orina se convirtiera en la prueba irrefutable del tumor prostático, que es el segundo más común en los hombres.
La investigación que dirige Juan Manuel Falcón tiene abiertos tres frentes. Los científicos vascos están analizando de manera pormenorizada el contenido de todas estas vesículas para ver cuál de ellas cumple mejor los objetivos que se intentan cubrir. Trabajan también en el desarrollo de nuevas herramientas de laboratorio que permitan aislarlas de manera más eficiente; y colaboran en el enriquecimiento de un biobanco mundial, que almacena las muestras de los 20 grupos internacionales que colaboran en la iniciativa. "Tenemos razones para depositar muchas esperanzas en este proyecto. Ahora estamos buscando certezas", resume el líder de la investigación. Los primeros resultados se conocerán dentro de un año. En noviembre, el mes internacional contra el cáncer de próstata.
Ver todos los artículos de Saludable.