EiTB no es Canal 9

El cierre de Canal 9 anunciado este miércoles ha hecho historia al tratarse de la primera gran cadena autonómica que cae en España. Con una gigantesca deuda de 1.200 millones de euros y la negativa de la Generalitat valenciana a asumir el regreso de los 1.198 trabajadores inmersos en el ERE que pretendía salvar al ente, el portazo se ha dejado sentir en el resto de comunidades que cuentan con estos servicios. Entre ellos, Euskadi. Pero ¿es comparable la situación de la televión valenciana con EiTB?

La respuesta es no. La primera gran diferencia es la deuda. A EiTB le resultaría imposible alcanzar semejantes números rojos porque su presupuesto se nutre exclusivamente de la subvención del Gobierno vasco -en 2013 fue de unos 105 millones de euros, cifra que se mantendrá aproximadamente para el año que viene- y de los ingresos obtenidos por el propio ente -se calculaba que unos 16-. Estas dos fuentes también alimentan a la levantina. La diferencia estriba en que ésta sí puede endeudarse. En 1999 el PP cambió la ley para que el ente pudiera acceder a créditos externos y de esta forma no fuera la propia Generalitat quien tuviera que alimentar a ese gigante que ha resultado ser insostenible. A este disparate se llega pagando 81 millones por la Copa América de 2007, otros 30 millones por los derechos de los partidos del Valencia, 25 por los del Villarreal, 22 por las carreras de Fórmula 1 en la ciudad...

Las plantillas de una y otra tampoco tienen nada que ver. La una casi dobla a la otra. Euska Irrati Telebista cuenta con 979 empleados frente a los casi 1.700 que tenía la cadena valenciana. La Generalitat trató de adelgazar su desmesurada estructura con un ERE que afectaría a 1.198 trabajadores. El ente se reconvertiría en una sola sociedad, Televisió Valenciana SAU, con solo 480 asalariados. Su plan se vino abajo cuando se topó con las 45 páginas de la sentencia de la sala de lo Social del Tribunal Superior de Valencia. Asumir la decisión supondría un gasto de 110 millones, montante que el presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra (PP), se ha negado a aceptar. "No cerraré un colegio por una televisión inasumible", ha zanjado, presionado por la losa que suponen los 29.000 millones de deuda de la comunidad que encabeza.

Un tercer elemento diferencial es la audiencia. Pese a los dimes y diretes entre los partidos políticos con cada cambio de gobierno y la caída en el seguimiento, los principales canales de EiTB acumulan en torno al 11% del share (el grueso lo aporta ETB2 con el 9,1%; ETB1 acumula un 1,8% y ETB3, el 0,8%) frente al 4,3% (3,8% de Canal Nou y 0,5% de Nou 24). Dado que la publicidad depende del número de espectadores, tampoco aquí el paralelismo es posible.

"La televisión es un medio caro"

Estas diferencias no significan que la situación de EiTB sea idílica. Ninguna de las autonómicas atraviesa por buenos momentos. Estas circunstancias han hecho que la llegada de Maite Iturbe a la dirección de la radiotelevisión vasca a principios de este año no haya resultado sencilla. Su primer revés fue el rechazo -más simbólico que con consecuencias reales- al presupuesto por parte del consejo de administración. Las cuentas asumían un recorte de 23 millones en la aportación del Gobierno vasco y la previsión de que mantendrá la plantilla de trabajadores fijos. Otro asunto era, como reconoció la propia Iturbe en una entrevista con EL CORREO en mayo de este año, el de los eventuales.

Cuestionada directamente sobre si EiTB tiene demasiado personal, Iturbe respondía que "en este momento no. Con el personal se pueden hacer muchas cosas y siempre nos podremos organizar mejor. Y sobre todo las nuevas tecnologías apuntan a que los sistemas de organización pueden ser diferentes. En eso estamos". La no renovación de varios trabajadores de Radio Vitoria y la tentativa de despido de varios empleados de una empresa vinculada a la página web no ayudó a mejorar la situación.

El principal gasto de la corporación viene de los seis canales de televisión -ETB1, ETB2, ETB3, ETBK, ETBK/SAT y el canal vasco para América-. Este medio absorbe 656 trabajadores frente a los 222 de las cinco emisoras de radio y el puñado que maneja la página web. "La televisión es un medio caro", reconocía la propia Iturbe. Y más cuando las privadas se llevan casi el 90% de los ingresos publicitarios, ya de por sí menguados con la crisis. Lo ocurrido en Valencia tiene que ver, sí, con esta situación, pero a una escala y en un contexto que no permiten la comparación.