El Naturhouse hace escuela

Los que le conocen, saben de su infatigable trabajo. Desde que llegó a Logroño, no ha parado de aportar horas y resultados al Naturhouse. En dos años, Jota González ha transformado un equipo modesto -muy meritorio, eso sí- en uno ambicioso, capaz de alcanzar puestos europeos desde la humildad económica y deportiva. Su dedicación al balonmano, deporte que le da la vida, no tiene límites. Procedente de la escuela vallisoletana, de lo mejor que hay en Asobal, el técnico presenta una experiencia valiosísima con la cantera y unas dotes excelentes para la docencia. Ahí quedan los ejemplos de jugadores sin apenas caché, como Oneto, Gedeón o Stojanovic, por citar sólo algunos, que en un año han crecido tanto que ahora juegan en el Barça, Portland y CAI, respectivamente.

Ese filón de conocimientos sólo brillaba en parte. El debe del Naturhouse ha sido la falta de estructura canterana, una posibilidad de que chavales de la tierra puedan jugar algún día en Asobal. Aun teniéndola, será difícil, pero actualmente era casi imposible. Hasta ahora, el club disponía de un equipo infantil, otro cadete y dos juveniles, pero faltaba otro escalón intermedio con el primer equipo. Ese escalón se llama, a partir del próximo curso, Balonmano 2008, un equipo de Segunda Nacional, integrado por algún ex del propio Naturhouse, como el portero Óscar Santibáñez. Ahí nació el punto de encuentro.

El Balonmano 2008 ejercerá de filial, de equipo de desarrollo para los jóvenes valores y de recurso cuando el Naturhouse ande corto de efectivos, tanto en entrenamientos como en partidos. «Hace dos años vivimos una situación difícil, ya que por las lesiones no podíamos ni entrenar bien ni completar convocatoria», reconoce Jota, ya escarmentado. El ejemplo es Arturo, un riojano de diecinueve años que entrena con el primer equipo, tiene dorsal en propiedad (11), pero jugará con el Balonmano 2008. Antes, perteneció al juvenil del Naturhouse. «Cuando haga falta, recurriremos a él y a otros. En el filial pueden formarse los jóvenes antes de dar el paso a profesionales. Es bonito para los riojanos, que tendrán una oportunidad, aunque jugar será más difícil», explica con franqueza.

Buscando 'Arturos'

Además de este acuerdo de filialidad, González ha fomentado el crecimiento de los cimientos. Con la colaboración del Ayuntamiento de la capital y Logroño Deporte, el Naturhouse inaugurará el próximo mes sus categorías inferiores. «Queremos empezar con los más pequeños: benjamines, entre ocho y nueve años, y alevines, entre diez y once», asegura el técnico. El 8 de septiembre, a través de Logroño Deporte, queda abierto el plazo de inscripción. La entidad busca ochenta niños que serán adiestrados en Obispo Blanco Nájera y Vicente Ochoa. «Veinte benjamines y veinte alevines en uno, y otros tantos en otro». Los pequeños entrenarán los martes y jueves (de seis a siete en Obispo Blanco y de 17.30 a 18.30 en Vicente Ochoa), mientras que los alevines lo harán los lunes, miércoles y viernes a esas mismas horas.

«Hacer base es un coste económico y un esfuerzo, pero también crearemos más afición por el balonmano, aumentaremos nuestra masa social y enseñaremos la parte más lúdica de este deporte», advierte Jota. Sabe que los resultados, en forma de jugadores, llegarán «a largo plazo». Él ha estado adoctrinando a sus juveniles para que transmitan esos conocimientos a los más pequeños y crezcan dentro de la filosofía del club. Para que algún día, un jugador riojano pueda ser considerado en Asobal. La cantera abre en octubre.