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El asesinado Ken Saro-Wiwa.
Indemnización

Shell tapa sus desmanes en Nigeria

La compañía petrolera abonará 10,6 millones de euros para no ser juzgada por su complicidad en los abusos a la población

GERARDO ELORRIAGA

Miércoles, 10 de junio 2009, 11:00

La compañía petrolera Royal Dutch Shell pagará 15,5 millones de dólares (10,6 millones de euros) para evitar ser juzgada por su presunta complicidad en las atrocidades cometidas contra las poblaciones del delta del Níger durante los años noventa. En 1995, la multinacional anglo-holandesa fue demandada por su implicación en los abusos contra los nativos de la etnia ogoni y la devastación medioambiental provocada por sus trabajos de explotación en el sudeste de Nigeria. El poeta Ken Saro-Wiwa, líder de la organización que demandaba responsabilidades por estas acciones, fue detenido por el régimen militar y ejecutado junto otros ocho activistas bajo la acusación de atentar contra los intereses empresariales.

El acuerdo extrajudicial pone fin a una batalla legal emprendida por los abogados de las víctimas en un tribunal neoyorquino. Según el portavoz de los demandantes, la suma incluirá un fondo de cinco millones a favor de la comunidad perjudicada y el resto se destinará a indemnizaciones para las familias de las víctimas y el pago de los costes.

«Que no quede duda de que Shell es culpable», ha asegurado Ben Amunwa, representante del proyecto Remember Saro-Wiwa, para quien, con este acuerdo, la empresa «está tratando de mantener la abrumadora evidencia de sus crímenes fuera del control de un juicio con jurado». Para Steve Kretzmann, de Oil Change International, colectivo norteamericano que promueve fuentes de energía limpia, la justicia no podrá ser completa hasta que se corrija la forma de explotación de los gasoductos, causante de la ruina de los modos de supervivencia nigerianos, basados en la agricultura y la ganadería.

Denuncias ecologistas

Los grupos ecologistas han denunciado la deforestación, derrames de petróleo y explosiones de gas causadas por la industria del crudo, que han provocado la desaparición de los hábitats naturales. Las protestas de los nativos y las organizaciones de apoyo fueron violentamente reprimidas por la dictadura de Sani Abacha. Además de la detención de los militantes ecologistas, el Ejército destruyó aldeas en las zonas más afectadas y dio lugar al desplazamiento de sus moradores.

La región produce medio millón de barriles diarios de crudo, una cuarta parte de toda la cantidad nacional en un año, y cuenta con 5.000 kilómetros de oleoductos y gasoductos. En los últimos años, grupos armados han provocado desórdenes en la región mediante el ataque y sabotaje de las instalaciones de extracción y de distribución e, incluso, el secuestro de los petroleros que acuden a la costa.

Además de atentar contra los intereses de las firmas asentadas, el Movimiento para la Emancipación del delta del Níger (MEND), la guerrilla más importante, también ha raptado a marineros y trabajadores extranjeros, y provocado la destrucción de oleoductos con graves pérdidas materiales y humanas. Tan sólo en 2008 se contabilizaron mil muertos en los choques entre las fuerzas gubernamentales y las milicias que combaten en la zona.

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