Esas rodajas de vida
Con motivo del Record Store Day, que se celebra hoy, siete músicos vascos hablan de un disco que les marcó y de su relación con las tiendas del gremio
Hoy es el Record Store Day, la jornada anual que celebra la existencia de los discos y de las tiendas que los venden. En la actualidad, la expresión para referirse a los vinilos y los cedés es eso tan feo y tan desapasionado de 'formato físico', por contraposición a las descargas y el 'streaming', pero los aficionados a la música suelen atesorar en su colección algún disco al que podrían dedicar palabras de amor: por la felicidad que les ha proporcionado, por los mundos que les ha descubierto y también, cómo no, porque se ha acabado convirtiendo en una rodaja de su propia biografía. Siete músicos vascos eligen aquí un disco que les marcó y repasan su relación comercial y emocional con las tiendas del gremio.
Iñaki Urbizu, 'Pela' (Sumisión City Blues, Marky Ramone's Blitzkrieg)
«Aprendí que lo más punk es ser tú mismo»
«'Los demenciales chicos acelerados', de Eskorbuto. En realidad no lo compré. Mi tío regentaba un bar de carretera en la montaña alavesa donde se vendían casetes en aquellos expositores giratorios. Nunca había allí nada que me interesase, todo era Dyango, José Vélez, Rocío Dúrcal o cosas así, pero yo siempre echaba un ojo porque tenía 15 años y la música era lo que me ponía. Hasta que un día encontré allí una casete doble de Eskorbuto con portada en colores pastel. 'Qué raro', pensé, porque los discos de Eskorbuto que ya tenía eran de portada negra. Mi tío me lo regaló y en los meses siguientes no pude escuchar otra cosa, aquello era diferente, no era el punk al que estaba acostumbrado. Con este disco aprendí que lo más punk no es tocar más rápido o repetir consignas como loros, sino escaparse del cliché y tratar de buscar tu propio lenguaje, ser tú mismo. Por supuesto, en cuanto pude me hice con una copia en vinilo
En los 80, en Gasteiz, los discos se vendían en tiendas de electrodomésticos. Te dejaban unos auriculares y la dependienta hacía la pinchada. En algunas de esas tiendas tuvieron bastante paciencia conmigo y mis colegas, que nos íbamos allí a pasar la tarde escuchando discos que después no comprábamos, porque no podíamos pagar. Galerías Preciados era el único sitio en el que los robábamos. Luego vino Zuloa, en la calle Pintorería, que no vendía electrodomésticos sino libros, fanzines y camis de grupos, además de vinilos. En cuanto reunía algo de pasta, allí me la gastaba. De los primeros 90 recuerdo una pequeña tienda que se llamaba Traffic, que trabajaba con material de los 60 y 70 de segunda mano. El dueño me explicaba por qué un 'Never Mind The Bollocks' desvencijado y de portada rosa era tan caro, o el porqué de la diferencia de precios entre dos 'Their Satanic Majesties Request' que parecían iguales. Los discos de segunda mano me encantaban porque a veces en las carpetas interiores había anotaciones en inglés o francés del antiguo dueño del vinilo y te podías pasar un buen rato imaginando a quién había pertenecido. ¿Sería de un yonqui que lo tuvo que pulir? ¿De algún rocker londinense que fue encontrado muerto en su apartamento?
Ahora sigo comprando, aunque sin el afán completista que tenía antes. Mi experiencia como músico con discográficas y distribuidoras no ha sido muy buena, así que me inclino por la segunda mano, por algún sello muy pequeño o por comprar directamente a las bandas. A veces no me queda más remedio que claudicar, como ayer mismo, que pedí por correo el último de los Damned, pero creo que no me va a llegar para el fin de semana... ¡Maldición!».
Maite Arroitajauregi (Mursego)
«Para mí fue una sacudida»
«'Dut', de Dut. Les vi en directo en fiestas de mi pueblo, Eibar, en un concierto en el poli con Negu Gorriak. Yo tenía 18 años y para mí fue una sacudida. Nunca había oído algo parecido, tan potente, y me fascinó el aire de misterio, como oscuro, del grupo: Xabi tocando de espaldas, Joseba con la capucha de la sudadera puesta... Al poco tiempo vi el disco en Eroski haciendo la compra con mi aita y lo metí al carro. Recuerdo que la primera escucha no fue fácil, pero a base de oírlo y oírlo se convirtió en mi disco de cabecera, lo escuchaba sin parar. Me flipaban las guitarras, las letras...Casualidad, ese verano en Hondarribi les conocí y ya hice relación con ellos, que mantengo desde entonces.
En Eibar no ha habido tradición de tiendas de discos, así que, cuando era joven, casi todos los pillaba en el Eroski. Ahí estaba todo el catálogo de Esan Ozenki. Mis hermanos mayores, a los que les pillaba un montón de discos, los tenían que comprar en la Discoplay. Luego, cuando fui a estudiar al Conservatorio a Gasteiz, sí compraba discos en una tienda de lo viejo, donde curraba Sorkun... ¡Ahora no recuerdo el nombre! Hoy en día compro pocos discos físicos y de los que compro, muchos no llego ni a poder abrirlos. En casa prácticamente no tengo tiempo y en el coche ponemos lo que le gusta al crío, ¡y menos mal que le encanta Parafünk! Donde más música oigo es en el gimnasio o en la cama, pero tiro mucho de Spotify o los descargo/compro en Bandcamp. Uno de los últimos es 'emen' que intercambié en Durango con Birkit».
Ruper Ordorika (cantautor)
«Tenía una ikurriña y estaba totalmente prohibido, claro»
«El primer elepé que compré era un disco en mono de John Lee Hooker en solitario. Lo compré porque en la portada ponía 'Folk & Blues' y resultó iniciático para mí. Aunque, para responder a lo del 'disco que marcó mi vida', tengo que hablar de un single de cuatro canciones de Mixel Labéguerie. A los 15 años me pasaba los ratos libres tocando la guitarra y escuchando todo lo que cayera en mis manos. Un día se me acercó un compañero de colegio, de un curso superior, y me propuso que le acompañara con mi guitarra en un festival. Quería cantar 'Aurtxo, aurtxoa' y me trajo el single en cuestión, con una ikurriña en la portada y totalmente prohibido, claro. Lo había comprado en Hendaia. Yo estaba todo el día con el blues, Credence, Beatles, Dylan... pero me interesó aquel disco. Le dije que sí y ganamos aquel festival. Sucedió en Vitoria, donde yo vivía a comienzos de los 70, y fue la primera vez que me subí a un escenario. Entonces no sabía que Labéguerie era uno de los pioneros del renacimiento de la canción en euskera. Natural de Cambó, era médico y llego a ser senador en París.
Entonces los discos eran todavía objeto de culto... Los primeros singles los compraba al ir a Bilbao, de chaval, de visita familiar. En Vellido y en una tienda de los alrededores, creo que se llamaba Musical Toña, no estoy seguro. En Vitoria, en Añua y Alfaro, ¡era en la prehistoria! Años más tarde, mi gran descubrimiento fueron las tiendas de segunda mano en Londres, en Rupert Street (¡sin bromas!). Sigo comprando cedés habitualmente. Tengo mis viejos vinilos a mano, pero ya no compro más que cedés. El último ha sido 'Lonely Just Like Me' de Arthur Alexander, empujado por el entusiasmo que me contagió la lectura del libro 'Pasión no es palabra cualquiera', de Joserra Rodrigo».
Fabi Penadas (Penadas por la Ley)
«Me partió la cabeza en mil pedazos»
«'Golpe de estado', de Plasmatics, es el disco que me partió la cabeza en mil pedazos. Ver a ese pedazo de mujer al frente de semejante banda me marcó, porque ella era todo lo que estaba prohibido: ¡amo a Wendy O. Williams desde aquel momento! Lo compré en una pequeña disquería de Buenos Aires que tenía verdaderas joyas. Corría el año 93 y el disco tenía casi diez años, pero todo el material llegaba a cuentagotas: es lo que tenía el haber salido de una dictadura. Poco a poco, ibas conociendo bandas totalmente prohibidas en esas épocas tan oscuras. Cuando vine a vivir a Bilbao, dejé muchisimo material en mi casa natal, en La Plata. Al volver hace unos años y querer recuperarlos para tenerlos aquí, ya no los encontré: mi padre hizo obra en su casa y la gente que contrató se los había llevado 'de recuerdo', incluido el de Plasmatics. Claro que sigo comprando. ¡La música es vida! El último, 'Radio Rebelde', de The Baboon Show».
Lander Zalakain (Belako)
«Entonces me sonaba raro, pero me encantaba»
«Me resulta muy difícil elegir uno solo, pero voy a decir 'Out of Time', de R.E.M. Tendría unos 13 años y ya había escuchado mucha música, pero me sorprendió en muchos aspectos. Era un sonido como 'raro' para mí en aquel entonces, pero me encantaba: la voz de Michael Stipe, las guitarras tan características de Peter Buck... Lo compré en la mítica Virgin de Londres, en un viaje que hice con mi aita.
Con 13 y 14 años, fui un par de veces a Londres con mi aita y siempre pasábamos por Virgin y comprábamos un montón de discos. También tengo muy buen recuerdo de la tienda Zunbeltz de Tolosa. Por desgracia, ya cerró hace unos años, pero en su día compré bastante ahí. Yo sigo comprando discos, aunque no todos los que me gustaría. También escucho mucha música de internet o de Spotify, pero de vez en cuando me gusta pasar por alguna tienda y comprar alguno, ya sea alguna joya clásica o el último disco de alguna banda. El último ha sido 'Barrett', de Syd Barrett».
Marta Ubieta (soprano)
«Tuve la suerte de que en casa había muchos discos»
«Yo tuve la suerte de que en casa de mis aitas había muchos discos de música clásica. Uno de los que más recuerdo y que sigue siendo una de mis obras favoritas es el de 'La Pasión según San Mateo' de Bach dirigida por Georg Solti. Era una carpeta grande con tres vinilos del sello Decca. Coincidió con mi época adolescente, en la que yo cantaba en el coro Euskeria de la Sociedad Coral de Bilbao: cantamos esta obra varias veces y me tenía fascinada. Yo ya tocaba el piano, pero en la Coral se me abrió el mundo de la música sinfónico-coral y del canto y me enamoró. De hecho, fue en uno de aquellos conciertos donde hice mi primer solo en el coro. Al margen de la música clásica, también recuerdo con especial cariño el disco de 'Chiquitita' de ABBA que me regalaron mis aitas cuando era pequeña: la cantaba a todas horas, les tenía aburridos... Y el primero o uno de los primeros discos que compré en formato cedé fue el de la foto, con 'Lieder' de Schubert, y seguramente lo hice en Vellido, la enorme tienda de música que había en la Plaza Moyúa. También recuerdo Toña, en el Casco Viejo.
Hubo una época en que compraba muchísimos cedés, algunos incluso creo que no los he escuchado todavía. Ahora compro mucho menos, lo hago cuando me interesa una versión determinada o cuando tengo que cantar alguna obra que no conozco y de la que no tengo cedé. El último ha sido otra versión de 'L'Orfeo' de Monteverdi».
Rober! (Atom Rhumba)
«Me compraba un disco al mes y les ponía fecha»
«The Cramps, 'A Date with Elvis'. ¿Cómo no adquirirlo con esa portada? La carpeta aún conserva la pegatina: 1.350 pesetas en la tienda Universal de la calle Ledesma de Bilbao. Por aquel entonces me compraba un disco al mes y les ponía fecha, este lo conseguí en 1987. Fue el primer disco de los Cramps con bajo y con una producción más trabajada, lo que les acarreó ciertas críticas. A mí me parecían la mejor banda del universo: en 1991 les vi en directo en Anoeta, en lo que sigue siendo uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. ¡Morbo, violencia, locura, sexo...! Poison Ivy era magnética e intimidante.
Una tienda especialmente importante para mí fue Discos Bolan, de Bilbao, en su primera época. Allí trabajaban Josi, que acabó siendo el primer bajista de Atom Rhumba, y Carlos, que tuvo un final trágico. Hacían incursiones a Londres, de donde traían un montón de material. Con 19 años acompañé a Josi en uno de esos viajes: casi veinte horas en un autobus, alojamiento en casas okupas y tres días metidos en tiendas de discos y viendo conciertos. Entonces me pareció el paraíso. Regresé con muchos vinilos, joyas a precio de risa que compré con el dinero que había ganado trabajando en un chiringuito de playa el año anterior. Hoy sigo comprando, pero no con la misma frecuencia que hace años. Lo hago por romanticismo, por apoyar al grupo, por sonido, por el ritual, por el artefacto en sí... Los últimos han sido discos pillados en los conciertos que hemos dado últimamente: Guiller Momonje, Villavil, El Desvän del Macho, Les Ton Ton Macoutes, Elle Belga, Akauzazte...».
Power y Brixton sacan hoy la fiesta a la calle
Las tiendas bilbaínas Power Records y Brixton sacan hoy la fiesta a la calle. En Power (Villarías, 5) pincharán por la mañana 2 Headed Deer y, a partir de las 16.30 horas, actuarán Cavaliere, Wizards (en acústico), Stereal, Planeta Racket, Pablo Almaraz y Confluence. Brixton (Somera, 24) tendrá sesiones de Gus y Psycho y, a las 13.00 horas, conciertos de Sonic Trash, Aitor Ochoa y Manu Tupper. También Discolaser (Vitoria) y Long Play (Barakald0) participan en el Record Store Day.