Viajar de oído
El Festival Internacional de Folk nos lleva por todo el planeta sin movernos de Getxo. Repasamos los cuatro puntos cardinales del cartel
Carlos Benito
Miércoles, 3 de septiembre 2014, 01:27
Treinta años lleva ya Folk Getxo trayendo a la localidad de la margen derecha lo mejor de la música con raíces, que ya se sabe que es por donde entra la sustancia. Los ritmos del Festival Internacional permiten emprender un viaje por distintos rincones del planeta, de la mano de artistas que ejercen de guías por sus respectivas tradiciones y, a menudo, logran conectarlas con los legados de otras culturas, en hermanamientos que pueden resultar extraños a la lógica pero después suenan totalmente naturales al oído. Estos son los cuatro cabezas de cartel de esta edición, pero no hay que olvidar que el programa también incluye conciertos gratuitos por la tarde (Garikoitz Mendizabal, Hexacorde & Vanesa Muela, La Bazanca y Fernando Valsega & Exilio New Tango), sesiones de viernes y sábado en La Terraza del Mundo (La Niña del Cabo y Boc), un espectáculo infantil y los imprescindibles desfiles de bandas por las calles del municipio.
'Sustraiak-Raíces' (jueves, 4)
Ara Malikian, el violinista libanés de raíces armenias, es un tornado capaz de absorber todo tipo de influencias, una centrifugadora que deja como nuevo cualquier tejido, un malabarista de la música que no se echa atrás ante ningún reto. Lo de Getxo va a ser eso que llaman un 'tour de force', en el que Malikian y sus acompañantes rizarán el rizo al combinar sonidos de Centroeuropa, Oriente, Argentina, Andalucía y Euskadi. 'Sustraiak' es un espectáculo creado especialmente para el festival en el que participan dos colaboradores habituales de Malikian, los guitarristas Fernando Egozcue (un argentino que se mueve cómodamente entre la clásica, el jazz y el tango) y José Luis Montón (un catalán especializado en flamenco), sobre una base rítmica que proveerán los txalapartaris contemporáneos Oreka TX y el trío de percusionistas y vocalistas Kalakan, tan famoso por su colaboración con Madonna. ¡Eso hay que verlo!
Chambao (viernes, 5)
No necesitan mucha presentación los malagueños Chambao, el nombre más popular del lote fuera del universo folk. Su 'flamenco chill out', esa combinación de sonoridades andaluzas y texturas electrónicas, se convirtió en un bombazo comercial a principios de este siglo: hubo un tiempo en el que la voz de Lamari estaba por todas partes, desde los anuncios publicitarios hasta el más recóndito chiringuito playero. En los últimos meses, Chambao andan con ánimo retrospectivo, revisando su trayectoria con nuevas versiones en el álbum '10 Años Around The World', mientras siguen proponiendo en sus conciertos "un ratito de sol, de sur y de alegría".
Osibisa (sábado, 6)
La trayectoria del saxofonista, flautista y percusionista ghanés Teddy Osei se remonta hasta los años 50, casi nada, y desde 1969 encabeza Osibisa, la máquina imparable que fundó en Londres junto a tres compatriotas y tres percusionistas caribeños. La música de Osibisa parte del 'highlife' ghanés (su nombre, de hecho, deriva de uno de los nombres locales del género, aunque ellos prefieren traducirlo como 'ritmos cruzados que explotan con alegría') y lo hibrida con el jazz, el rock y diversos estilos de origen africano desarrollados a ambos lados del Atlántico, con unos resultados que adquieren pleno sentido sobre el escenario. A algunos les gusta referirse a ellos como la primera banda de 'músicas del mundo', aunque, lógicamente, nadie utilizaba esa expresión en sus comienzos, cuando la prensa especializada se esforzaba en dar una idea de la pegada de su vudú rítmico: "Hacen que Santana parezca una agradable banda de bossanova", les describía 'Time Out' a principios de los 70.
Capercaillie (domingo, 7)
La banda escocesa es otro nombre mítico, en este caso de la música celta. En las tres décadas de trayectoria de Urogallo (sí, eso significa Capercaillie), las tonadas ancestrales en gaélico han convivido con los instrumentos eléctricos y electrónicos, las influencias del funk y la new age y unas producciones que sacan lustre contemporáneo a sus canciones, aunque en tiempos más recientes se puede apreciar en ellos una tendencia a regresar a la pureza de los orígenes, cuando "todo se centraba en la canción". Lo cierto es que, más allá de mezclas y arreglos más o menos exitosos y transversales, siempre ha sido una maravilla escuchar a la vocalista Karen Matheson interpretar con recogimiento joyas como este 'Fear a' Bhàta', una canción de amor del siglo XIX que puede cortar la respiración.