Borrar
David Zurutuza protege la pelota ante un rival corso.
El compromiso tiene premio
FÚTBOL

El compromiso tiene premio

Euskal Selekzioa se lleva el triunfo en los penaltis ante Córcega en un encuentro falto de ritmo, que evidenció el cansancio, la falta de compenetración y el calendario incómodo, pero en el que demostró su deseo de competir por encima de todo

Igor Barcia

Viernes, 27 de mayo 2016, 19:51

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Euskal Selekzioa le ha cogido gusto a competir a domicilio y ayer sumó su quinta salida sin conocer la derrota tras empatar ante Córcega (1-1) e imponerse en los posteriores penaltis. Lo logró en un meritorio encuentro que afrontó con un viaje exprés y con bajas en la convocatoria, lo que provocó más de un dolor de cabeza a los seleccionadores José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri. Pese a todo, el deseo de competir y estar a la altura llevó al combinado vasco a competir y empatar un duelo que se le puso cuesta arriba en la primera parte, donde más se evidenció la falta de ritmo de la escuadra tricolor. Un empate que se une a la victoria en fechas navideñas frente a Catalunya (0-1), los éxitos frente a Estonia y Venezuela, y el histórico empate en el Camp Nou de 2006, en lo que supuso la primera salida de Euskal Selekzioa.

No era un partido sencillo de gestionar para los seleccionadores y tampoco para los jugadores convocados. Los primeros por las dificultades que han encontrado para hacer la lista, y los segundos porque después de una larga temporada, muy cargada de partidos en el grupo del Athletic, la mayoría están pensando en las vacaciones. De hecho, no hubo ni preparación del encuentro, ya que con los jugadores de la Real Sociedad y Eibar de gira por Estados Unidos, los seleccionados para viajar a Ajaccio se encontraron prácticamente en el aeropuerto para tomar el vuelo a Córcega.

Pese a todo, fieles a la llamada de la Euskal Selekzioa, los protagonistas saltaron al Ange Casanova (Mezzavia) dispuestos a dar una buena imagen ante una selección corsa que veía el encuentro como un buen escenario para dar a conocer su nivel de juego. Con Remy Cabella como principal reclamo, y mayoría de futbolistas que militan en Ligue 2 y National, los de Jean Michel Cavalli han tratado de estar a la altura y frenar al combinado vasco con un sistema de contención con tres centrales. Eso, unido a que Amorrortu y Etxarri pusieron un once sin delanteros -faltaban Aduriz, Williams y Oyarzabal, todos ellos con 'La Roja', y Agirretxe, lesionado- el partido no ofreció grandes emociones en la primera parte.

El balón era de la tricolor, pero el ritmo era demasiado lento y las acciones demasiado previsibles para que la Euskal Selekzioa pudiera abrir el entramado defensivo corso. Iturraspe, el más destacado en esos 45 minutos, y Mikel Rico trataban de empujar al equipo hacia el área rival, pero se encontraban con un problema. Eraso y Zurutuza, los dos futbolistas más adelantados, no olvidaban sus posiciones habituales en el campo y bajaban al centro del campo para entrar en contacto con el balón. Así que cuando buscaban encarar el área, se encontraban a 40 metros de distancia, y lo mismo sucedía desde las bandas, con centros de Xabi Prieto, Capa o Yuri que pocas veces encontraban destinatario.

Mientras, la selección corsa encontró premio en ese mar de dudas en el que navegó la Euskal Selekzioa en la primera parte. En su primer ataque, Santelli aprovechó un error de Gorka Elustondo para encarar y batir de tiro cruzado a Iraizoz. El tanto del delantero del CA Bastia, club que milita en la National francesa (la tercera división gala), reforzó el planteamiento local, mientras la selección vasca no podía despegarse del ritmo cansino, fruto del viaje exprés y de la desubicación de realistas y eibarreses, todavía marcados por el cambio horario y la fatiga. Sólo al final, un tiro lejano de Iturraspe y un centro de Capa que no encontró rematador sirvieron para que la Euskal Selekzioa diera señales de vida en Mezzavia.

Y esta sensación cobró fuerza tras el descanso. Los cambios sirvieron para que el combinado vasco saliera con más intensidad y ritmo. En apenas tres minutos, Markel Bergara empató el partido, tras rematar de cabeza un centro de Susaeta. Pareció el equipo de Amorrortu y Etxarri más metido en el encuentro, mejor puesto en el campo, con más presión. La salida de Sabin Merino terminó por dar ese plus en ataque que tanto echaba en falta el equipo durante la primera hora, porque al menos ahora los envíos de Susaeta o Zurutuza tenían un referente en el jugador rojiblanco. A Córcega le mantenía su voluntad, su ilusión por brillar ante su gente y plantar cara a futbolistas de una liga tan potente como la española. Y estuvieron cerca de llevarse el triunfo, con un lanzamiento lejano que dio en el palo y un remate de Cahuzac que se fue fuera tras una salida en falso de Riesgo.

No hubiera sido justa una derrota de Euskal Selekzioa, cuyos jugadores dieron una lección de profesionalidad y compromiso para afrontar y tratar de ganar un partido cuya fecha, como se pudo comprobar, no era la mejor.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios