¡Ay, aquellos veranos...!

Ya cantaba Karina que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Y es verdad, sucede, sobre todo cuando se trata de recordar aquellos programas de televisión que marcaron nuestros veranos. Un tiempo en el que la familia se reunía en el sofá para ver el Gran Prix de Ramón García, las batallas que se libraban en las piscinas de Juegos sin fronteras o las peripecias de aquellos héroes, Los vigilantes de la playa. La memoria personal es eso, personal, pero estos son algunos de los programas veraniegos recordados con más cariño.

Juegos sin fronteras

El concurso, conocido internacionalmente como Jeux sans frontières, llegó a España en 1988 tras una primera edición entre 1965 y 1982 en el resto de Europa. Participaban los países del Viejo Continente en equipos de 12 personas (seis hombres y seis mujeres). Una suerte de olimpiadas europeas con escenarios de agua mayoritariamente. Se mantuvo en antena hasta 1992 e hizo su primera incursión española en el municipio madrileño de Villaviciosa de Odón, donde un gran decorado recreó la Sevilla del siglo XVIII, con carabela incluida. España ganó solo una vez, en 1990, con una representación de concursantes de Jaca.

El Gran Prix

En 1995 Televisión Española retomaba la idea de Juegos sin fronteras, pero en versión nacional, transformando las plazas de los pueblos, con vaquilla incluida, en el escenario del Gran Prix de Ramón García. La idea de que los pueblos compitiesen entre sí funcionó tan bien que además de mantenerse once años en pantalla se vendió a veinte países: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Perú, Indonesia o Tailandia, donde llegó a ser número uno en audiencias. Ramontxu aún recuerda el doblaje que le hicieron: «Tengo DVDs del programa en los que salgo hablando en tailandés, te mueres de la risa». La fama del presentador traspasó fronteras y rescata la anécdota de un viaje que hizo a México para ver torear a su amigo Enrique Ponce. Al pasar por el callejón de la plaza de toros, las 80.000 personas que estaban allí se levantaron y lo vitorearon: «¡¿A quién aplaudirán?¡, pensaba yo, hasta que uno se volvió y dijo: Ahí está el chavo de la vaca. ¡Me lo llamaban a mí!», rememora el presentador, que tiene clara cuál fue la receta del éxito: «Era un programa que gustaba a padres, hijos y abuelos. Y las caídas eran tan divertidas...».

Los vigilantes de la playa y El equipo A

Además de los concursos, hubo muchas series. Y qué mejor para la época veraniega que Los vigilantes de la playa. Liderados por Mitch Buchannan -tanto en la ficción como en la realidad, ya que Hasselhoff ejerció de productor ejecutivo-, lo mismo salvaban a los bañistas de ser ahogados como hacían frente a terremotos y asesinos en serie. Duraron once temporadas, el doble que los cuatro mercenarios de El equipo A, que recaló en España en TVE en 1985 y en los 90 pasó a Antena 3.

Los vigilantes de la playa ya preparan su vuelta y pronto se emitirá un remake de la serie. No parece, sin embargo, que TVE vaya a recuperar El Gran Prix, aunque Ramón García cree que si lo hicieran -si tuvieran dinero...- los resultados serían «extraordinarios». Él, por si acaso, tira la caña a los directivos: «Yo todavía aguanto, ¿eh?».