Los detectores de radares quedarán prohibidos

El director general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, admitió ayer que los detectores de radar son «una cosa nueva, que no encaja perfectamente con la redacción que da la ley sobre los inhibidores» pero, en cualquier caso, advirtió de que «si no están prohibidos, lo estarán» y, por lo tanto, conminó a los conductores a «no instalarlos». En una entrevista a Punto Radio, explicó que mientras los inhibidores permiten bloquear el cinemómetro y pasar a 200 kilómetros por hora por la zona vigilada, los detectores limitan su función a advertir de su presencia. Navarro señaló que si este sistema no es ya ilegal es porque se trata de «un tema que ha aparecido con posterioridad a la ley» y puntualizó que «hay mucho negocio detrás».

En la actualidad, hay tres tipos de aparatos en el mercado relacionados con los radares: los avisadores, los inhibidores y los detectores. Los primeros son completamente legales y, utilizando el GPS de los coches, se valen de los datos sobre la localización de los radares que publica la DGT para avisar al conductor de dónde puede haber uno.

«Todos iguales ante la ley»

Los inhibidores, que «están prohibidos y además muy perseguidos», según recordó Navarro, van un paso más allá y además de localizar un radar, lo anula, de manera que el conductor puede rebasar el límite de velocidad sin ser multado. La última reforma de la ley ha endurecido considerablemente las sanciones para los conductores que usen este tipo de aparatos, con multas de 6.000 euros y la retirada de seis puntos del carné.

Por último, están los detectores, que «no anula, pero huele el radar», detalló el director de Tráfico. Es decir, a diferencia de los avisadores, los detectores captan las ondas que emiten los cinemómetros, por lo que son capaces de saber si dentro de las cajas instalas por la DGT en el margen de las carreteras hay un radar o está vacía.

Respecto a la puesta en marcha de la nueva normativa, Navarro afirmó que los conductores pueden estar «más tranquilos» porque ahora «será más difícil que los infractores se escapen» y, por lo tanto, «serán todos iguales ante la ley», lo que supone «una garantía». Además, indicó que la nueva normativa es «más sencilla y comprensible», algo necesario ahora que se ha multiplicado el número de conductores en España hasta los 25 millones. También se refirió a la reducción de las sanciones por pronto pago, que comparó con los juicios rápidos, de los que 'copió' la idea. «Si uno está conforme con la denuncia tiene un descuento del 50% porque la administración se ahorra mucho papeleo y mucho tiempo».