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Rio de Onor. Las casas del pueblo doble se reflejan en el río. Esperanza Rubio
De viaje por la Raya - Zamora (III)

El pueblo de 216 habitantes que no quiso ser portugués

Hermisende está en un «canicheiro» y Rio de Onor es una metáfora de Iberia

Lunes, 25 de agosto 2025, 19:05

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Hermisende, en una esquina de la provincia de Zamora, plena Raya, limítrofe con Galicia y Tras-Os-Montes. Hermisende, 216 habitantes, está en un 'canicheiro' (lugar escondido) y es tranquilo, pero en su momento 'estouçó' (hizo ruido). Nos cruzamos con un campesino que va a trabajar calzando unos 'sarrapastos' (zapatos viejos). Saluda en portugués: «Bom dia». Comenta en gallego: «Fai fresquiño». Se despide en castellano: «Vayan con Dios».

Hermisende, municipio rayano y distinto. No es promiscuo ni doble. Podríamos decir que es un pueblo renegado y si hay un lugar al que le cabe el honor de ser el remedo de la aldea gala de Astérix, es este: Hermisende. Fue portugués. Con Felipe II de España y I de Portugal, fue, lógicamente, español. Pero cuando Portugal se independizó de España en 1640, los hermisendinos se negaron a ser de nuevo portugueses y ahí siguen, españoles por sus bemoles, a un paso de Portugal, pero zamoranos y hablando dialecto de transición.

En Hermisende, abundan las casas de piedra, los tejados son de pizarra para soportar la nieve, abundan los bosques y el agua y no faltan la piscina natural ni el restaurante: se llama A Casa do Cura y sirve buenas chuletas de ternera. Tras la comida, partimos en busca de uno de los lugares más hermosos de la Raya. Para ser más precisos, en busca de un pueblo doble: Rihonor de Castilla y Rio de Onor (de Tras-os-Montes).

El Rio de Onor portugués es un escenario de postal. Sus casas de madera se reflejan relucientes en las aguas mansas del río y los puentes están llenos de flores. El silencio extasía y cuando se rompe, es con naturalidad: el saludo de un agricultor que carga un cubo de zanahorias, la sonrisa sonora de un anciano que acarrea un haz de leña. Rio de Onor inspiró a Saramago varias páginas de su 'Viaje a Portugal' y Miguel Torga, el gran escritor de Tras-os-Montes, le dedicó páginas de su 'Diario' y un cuento, 'Fronteira'. Ambos consideraban este pueblo doble una metáfora de Iberia.

Hermisende. Una «aldea gala» escondida entre bosques. Esperanza Rubio

El Rihonor español está más descuidado que el portugués, menos mimado, casi no se conserva la arquitectura tradicional de pizarra, piedra y madera y los huertos no están tan bien cultivados. Los riodonorenses conservan un dialecto astur-leonés, tienen tierras en España y en Portugal, se casan entre ellos, tuvieron un sistema de elección municipal propio y conjunto hasta bien entrado el siglo XX, son unos 50, celebran concejos únicos y abiertos, todos los portugueses son bilingües y algunos españoles, también.

Este pueblo doble es un ejemplo de antigua comuna tradicional. Cuenta con horno comunitario, molino comunitario, forja comunitaria, huertos comunales y trabajo comunitario: los vecinos de uno y otro lado se ayudaban en las faenas agrícolas, sobre todo en la siega. Si no colaboraban, eran sancionados y la multa se pagaba con vino. Tres presidentes de la República de Portugal han visitado Rio de Onor, epítome del iberismo. Ningún presidente español ha visitado nunca Rihonor de Castilla.

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