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Los vikingos en Bizkaia

Los vikingos en Bizkaia

Tiempo de historias ·

El debate sobre la presencia de los pueblos del norte en tierras vascas es grande y apasionante. No son pocos los historiadores que creen que aquellos guerreros míticos dejaron huellas profundas entre los vascos

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Domingo, 24 de marzo 2019, 00:17

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Eran considerados altamente peligrosos. Expertos en el arte de la guerra, los vikingos, o normandos como se les conoce por la historiografía francesa, sembraron el terror en buena parte de las costas ibéricas y francesas durante los siglos IX, X y XI. Sobre aquellos guerreros venidos del norte y su posible presencia en costas vizcaínas se ha escrito mucho.

Estudiosos de prestigio como Andrés de Mañaricua dudan de que aquellos depredadores norteños se asentaran en algún punto de las costas vizcaínas. Admiten, sí, que quizás iniciaron alguna penetración por Guipúzcoa pero, pese a las referencias hechas por historiadores árabes de la época, no les otorgan mucha credibilidad. No obstante, el doctor en Medicina Anton Erkoreka afirma todo lo contrario. No sólo penetraron por las costas vizcaínas hacia el interior, sino quelevantaron una base de operaciones en la zona de la ría de Mundaka-Gernika. Desde ahí, lanzarían ataques sobre otras poblaciones del norte e, incluso, lo utilizarían como base para navegar bordeando la costa cantábrica hasta llegar a Galicia, Lisboa, Cádiz y Sevilla.

Para el doctor Erkoreka la presencia vikinga en VBizkaia tuvo lugar durante la primera mitad del siglo IX, entre los años 814 y 825. Antes, en el 799, guerreros procedentes del norte habían golpeado con fuerza las costas de Aquitania. De hecho, en el 814, se hallaban ya fuertemente asentados en Baiona. Desde allí lanzaron duros ataques por todo el sur de Francia y llegaron hasta puntos como Tarbes, Lescar y Oloron. Dos años después, en el 816, el historiador árabe Ibn Hayyan señala que tropas musulmanas combatieron, a la altura de Pamplona, contra un ejército formado por cristianos y sus aliados vikingos. Ese mismo historiador narró las diferentes campañas que los musulmanes lanzaron contra territorios del norte. Entre las zonas descritas se menciona una con el nombre de Álava.

Erkoreka interpreta dicha referencia no como el territorio actual sino como el conjunto de lo que hoy serían Bizkaia, Gipuzkoa y Álava. Así, se apunta en los escritos del historiador árabe que en los años 823 y 825 se organizaron dos campañas –aceifas–, contra el enclave que los vikingos tenían en la ría de Mundaka-Gernika. «Su finalidad no sería otra que la de atacar la factoría madju –palabra que usaban los musulmanes para referirse a los vikingos–, o vikinga que, desde esas fechas tan tempranas, estaría asentada en la margen izquierda de la ría, en lo que actualmente es Busturia», señala Erkoreka en su trabajo 'Los vikingos en Vasconia'.

Con ello el historiador vasco adelanta la presencia vikinga en la Península Ibérica casi veinte años pues oficialmente se había establecido 844 como el año del inicio de los ataques vikingos a la península. El resultado del primer ataque lanzado contra el enclave vizcaíno de los nórdicos lo recogió el historiador Ibn´Idhari. Según relató, las tropas musulmanas destruyeron el asentamiento. Dos años después, tuvo lugar la segunda derrota de los escandinavos a manos de los musulmanes. En este caso la crónica de Ibn Haiyan, recogida por el historiador francés, Lévi-Peovençal, parece concluyente.

«El general musulmán invadió las tierras alavesas en el mes de agosto de 825, asoló y acabó por tropezarse con los ejércitos asturianos. Una violenta batalla tuvo lugar al pie de una montaña que el cronista llama Djbal al-Madjus, la montaña de los adoradores del fuego o quizás de los normandos». El enfrentamiento acabó con la derrota de los cristianos y junto a ellos, los vikingos. Para Erkoreka, esta reseña apuntaría directamente a otro ataque de las tropas árabes contra la base vikinga de Busturia. La referencia a la montaña de fuego le lleva a concluir que bien podría tratarse del territorio vizcaíno ya que ahí existía la costumbre de comunicarse a con hogueras encendidas en las cumbres de los montes.

Sin embargo, a pesar de estas derrotas, los vikingos volverían a asentarse en la misma zona, la ría de Mundaka-Gernika, en el 844, y durante los años 858 y 861, fechas estas dos entre las que se ubica la segunda oleada vikinga contra la Península Ibérica. Fue durante esa época que los nórdicos lanzaron ataques desde bases vizcaínas contra territorios y ciudades situadas en Al-Andalus.

Otro de los estudiosos que señala la presencia vikinga, no sólo en Bizkaia, sino en otros puntos del País Vasco, es Luis Jiménez de Aberasturi. A su juicio, la presencia de aquellos pueblos del norte en toda la costa vascofrancesa y también en la del País vasco peninsular influiría notablemente en las artes navales futuras de los vascos. De hecho, apunta a que en el sello de San Sebastián del siglo XIII «figura una embarcación de construcción y desarrollo importante, de proa y popa iguales, que recuerda a los drakkar».

Lo cierto es que anteriormente al siglo XI, los vascos no eran grandes marinos. Es a partir de ese momento en el que naves vascas son capaces de hacer incursiones a lugares lejanos de la península, lo que demostraría avances claros en diseño y tecnología navales. Sobre este hecho, apunta Aberásturi en su obra 'El mar de los vascos', que «embarcaciones vascas participaron en la rotura del bloqueo del Estrecho de Gibraltar y la conquista de Sevilla en 1248, intervención que fue recordada durante largos años, como escribió Julio Caro Baroja». Esto demostraría que las embarcaciones vascas ya eran capaces de navegar largas distancias fruto, a buen seguro, de una mezcla de técnicas de construcción de los pueblos escandinavos con las propias de los vascos.

Con más o menos coincidencias, la mayor parte de los historiadores han señalado y señalan que los vikingos tuvieron una presencia nada desdeñable en las costas cantábricas de la península. Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi,… Sea como fuere, y más allá del rigor histórico, los vikingos marcaron profundamente las tradiciones y leyendas de los vascos. Aquellos aguerridos hombres del norte alcanzaron el rango de mitos en plena tierra de los vascos justo en aquellos años en los que no es difícilmezclar la realidad histórica con las leyendas.

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