ILUSTRACIÓN: DANIELA CARVALHO
Tecnología

¿Pueden los móviles prevenir los suicidios en los jóvenes?

Un estudio de la Universidad de Harvard trabaja ya en algoritmos para detectar conductas suicidas; en España, una app puede monitorizar la actividad online de los jóvenes en riesgo para anticiparse a un posible intento de quitarse la vida

SARA BORONDO

Jueves, 3 de noviembre 2022, 00:18

El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte entre los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años. En las últimas décadas ... la cantidad de personas que decide poner fin a su vida ha ido creciendo en unos porcentajes preocupantes; según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 1980 se suicidaron 1.562 personas en España mientras que en 2020, último año del que se tienen datos completos, el ejercicio en el que fuimos azotados por una pandemia que puso en evidencia una severa crisis de salud mental a todos los estratos sociales, fueron 3.941. Once cada día.

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España tiene una de las mortalidades por suicidio más bajas de Europa, igual que otros países del sur del continente, pero el problema es común a nivel mundial. Hasta el punto de que en 2021 la Organización Mundial de la Salud consideró el suicidio una prioridad para la salud pública.

A otras medidas tradicionales puestas en marcha por los gobiernos (teléfonos de asistencia como el 024, o el Código de Intento de Suicidio Reciente (CISR) que se activa en Euskadi cuando una persona ha intentado acabar con su vida), se están sumando ya otras que incluyen a las nuevas tecnologías.

El departamento de Psicología de la Universidad estadounidense de Harvard es una de las puntas de lanza en esta investigación: trabaja en la creación de un sistema de detección de riesgo de suicidio en pacientes que acaban de ser dados de alta. El estudio combina una pulsera de actividad, un teléfono móvil y la autoevaluación del paciente, utilizando inteligencia artificial para detectar un alto riesgo de suicidio.

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¿Cómo lo hace? Los sensores de la pulsera pueden mostrar que la persona está inquieta durante la noche, por ejemplo; el GPS puede dar una alerta de que por el día no sale de casa y la propia persona puede contestar a un cuestionario en el que manifiesta su bajo estado de ánimo. De acuerdo con los ensayos que ha efectuado la Universidad americana, la suma de estos tres elementos sería suficiente para que un médico o psicólogo contacte con la persona en riesgo.

En España está desarrollándose una técnica similar a través de la aplicación 'Searching Help', un proyecto que nace en la agencia creativa digital Yslandia y que trata de «poner nuestras fortalezas como la capacidad tecnológica, el conocimiento del comportamiento del usuario en la red y capacidad de comunicación» al servicio de un fin tan socialmente preocupante, explica Eugenia Ponte, directora de Searching Help.

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La aplicación parte de la idea de que los intentos de suicidio van precedidos de ciertos cambios de conducta también en el mundo digital. Busca esos comportamientos indicativos, aunque en este caso recopila la información de un smartphone y un ordenador. El paciente permite a la aplicación en el móvil o la plataforma web en el PC que monitorice su navegación web, aquello que escribe y los mensajes que recibe; es decir, que vigile todo aquello que la persona hace en el móvil y el ordenador. Searching Help incluye un diccionario de términos relacionados con desesperanza, tristeza, hostilidad o planificación de conducta suicida y cada uno de ellos tiene un valor entre -5 y +5. Cuanto más bajo sea el valor, menos relación tiene el término con una conducta suicida y a la inversa.

Para detectar posibles conductas suicidas, la aplicación realiza, informa Ponte, «un análisis lingüístico correlacional mediante la selección de palabras que sean relevantes clínicamente y que son previamente consensuadas por el equipo de Searching Help, así como modelos de IA (inteligencia artificial) que permiten ir un paso más allá en la detección de elementos del lenguaje no previstos en el análisis inicial (sinónimos, acrónimos, jerga...)». Con esos datos recogidos se generan informes y alertas que se envían al terapeuta que esté tratando al paciente.

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Señales de alerta online

  • Consumo compulsivo a altas horas de la madrugada

  • Comportamiento compulsivo en redes sociales (exceso de interacciones con otros usuarios, aumento de likes, cambios de contraseñas…)

  • Búsqieda de información relacionadas con autolesiones

  • Búsqueda de palabras relacionadas con su delirio (conspiraciones, venenos, terrorismo, religión…)

  • Número de visitas anormal a ciertas páginas

La aplicación se está llevando a cabo en un ensayo clínico que comenzó hace unos meses en el hospital Doce de Octubre de Madrid. Esta prueba, afirma Ponte, ayudará a determinar qué porcentaje de intentos de suicidio se han evitado. «La hipótesis que nos planteamos es que utilizar la aplicación frente a no utilizarla reduce el riesgo de cometer una conducta suicida en un 10%», señala.

Además del Doce de Octubre, están colaborando con Searching Help otros centros madrileños como el hospital Santa Cristina, el centro de Salud Mental de La Princesa, las clínicas Blue Health y varias consultas privadas, así como el Colegio de Médicos regional. El objetivo es que se amplíe el número de centros que la usan.

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Privacidad

Aunque puede despertar dudas de privacidad al tener acceso a una información personal tan sensible del paciente, Searching Help está concebido para ser un complemento adicional a la terapia tradicional, «una herramienta utilizada para la monitorización por parte del facultativo», sostiene Ponte.

Esa información se convierte en anónima para garantizar la privacidad del paciente. Miguel Camacho, CTO de la firma, apunta que la aplicación va «más allá» de lo establecido en la legislación de protección de datos «garantizando lo máximo posible el almacenamiento de información tan sensible» a través de auditorías de ciberseguridad.

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Los registros se encriptan para que el equipo de Searching Help no pueda acceder a ellos y se restringe «el acceso a las infraestructuras y los servidores para imposibilitar la extracción de la información, además de utilizarse lo últimos protocolos para una conexión segura y confiable», sentencia Camacho.

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