Análisis de 'Dragon's Dogma 2': Si no termina siendo el mejor juego de 2024, poco le faltará
Lo próximo de Capcom llega mañana a PS5, Xbox Series y PC
Dragon's Dogma es una saga de culto. Sí, sé que ha vendido cerca de 8 millones de copias desde 2012, pero la realidad es que durante mucho tiempo fue un juego de esos considerados de nicho, árido como pocos, poco intuitivo y amigable, alejado de las propuestas más mainstream del género. Conozco a gente que lo compró y no pasó más de 15 minutos con él. Yo fui uno de ellos. De hecho, hasta 2017, con la llegada del remaster de Dark Arisen no fue que, al final, el juego me terminó entrando. Y vaya viaje, amigos.
Que Capcom iba a desarrollar una segunda entrega de Dragon's Dogma no generaba dudas. La única cuestión era saber cuándo podríamos echarle el guante y, sobre todo, si la multinacional japonesa iba a destinar suficientes recursos para adaptar su propuesta a las exigencias actuales. Bien, aún no he terminado el juego, y no tiene pinta de que pueda hacerlo en el corto plazo, es una obra pantagruélica, de esas que se disfrutan perdiéndose entre sus recovecos, con la tranquilidad de un sommelier probando un nuevo vino; por tanto, este texto nace después de haber pasado más de 20 horas entre Vermund y Battahl. Soy consciente de que me aguardan muchas sorpresas todavía en mi viaje, pero acumulo suficientes cicatrices para contaros qué podéis esperar. Y lo que os espera es muy bueno.
Publicidad
En Dragon's Dogma 2 volvemos a encarnar al Arisen, un elegido que sobrevive al enfrentamiento contra un dragón, legítimo rey que sufre de amnesia, un tropo clásico del género que funciona para dejar claro que, aunque esta segunda entrega no es un reinicio per se, realmente no es necesario haber jugado a la primera parte. Como buen juego de rol, cuenta con un potentísimo creador de personajes, de esos tan detallados que te dan dolor de cabeza si, como yo, eres de los que coge una cara random, cambia el peinado, el color de ojos y para adelante. Aun así, ya hay jugadores que han creado auténticas virguerías, personajes clavados a Gandalf, Kratos, Harry Potter o Geralt de Rivia. Así que podéis haceros una idea de su versatilidad. Este creador de personajes, además, nos permitirá crear a nuestro peón (hablaré más adelante de él), para personalizarlo a nuestro gusto y oye, ya que vas a pasar más de 50 horas con él, no es mala idea. Sí, dediqué más tiempo en crear a Syreen, mi peón luchadora, que a mi protagonista.
La obra de Hideaki Itsuno es muy versátil. Elegimos entre varias vocaciones: guerrero, luchador, hechicero, arquero… pero no nos constriñe. Es importante este detalle, porque el juego cuenta con un único slot de guardado tanto para las partidas manuales como para los autoguardados, así que olvídate de eso de salvar partida antes de una decisión clave o de tener varias partidas empezadas en paralelo. De todos modos, si eres de los indecisos, no te preocupes, como decía Dragon's Dogma 2 es un juego muy versátil, así que a pesar de elegir una vocación al inicio, pronto podrás adquirir otras para descubrir otras formas de enfrentarte a las criaturas que pueblan su mundo o, lo que es más importante, para desbloquear diversas habilidades pasivas y activas, que hacen que tu personaje termine siendo polifacético. Esta versatilidad, también se puede aplicar a nuestro peón, por cierto.
Y hablando de peones, quienes jugasteis a la primera entrega ya conocéis muy bien de qué va el asunto, aun así, voy a explicarlo en unas breves líneas, porque sin ser una novedad en Dragon's Dogma 2, su inclusión es una de las características que hacen tan interesante a la obra. Estos son unos seres aparentemente humanos que carecen de alma, viven en un sitio extraño llamado la Falla y vagan por el mundo. Nosotros, como elegidos por el dragón, tenemos la facultad de reclutarlos y de hacer que nos acompañen en nuestra odisea. De este modo, además de llevar a nuestro avatar y a nuestro peón principal, podemos contratar a otros dos. Lo curioso de esto es que, si elegimos jugar online, algunos de los peones que nos encontramos por el mundo o en la Falla serán seres creados por otros jugadores, con sus rasgos principales y secundarios definidos por sus creadores (al igual que sus vocaciones). Nosotros no podemos modificarlos, ni cambiar ningún rasgo, pero servirán para equilibrar nuestra party y potenciar aquellas áreas en las que cojeamos. Por otro lado, estos peones irán acumulando experiencia en sus viajes tanto con nosotros como con otros jugadores, por lo que puede darse el caso de que reclutemos a uno que conoce la zona en la que estamos, pudiendo ayudarnos a localizar el lugar de destino de nuestra misión, llevándonos a sitios escondidos o a descubrir tesoros o grutas… Os aseguro que en un mundo tan enorme y repleto de recovecos, esta información es vital.
Todo esto, además, impacta en nuestro peón, porque también puede ser reclutado por otros jugadores, adquiriendo esa experiencia, que luego se traslada a nuestra partida y viceversa. Una suerte de multijugador asíncrono, súper interesante.
Publicidad
Dragon's Dogma 2 es una mezcla de Monster Hunter con Dark Souls y Breath of the Wild. Algunos han comparado su propuesta de libertad de elección y movimiento con Baldur's Gate 3, pero me cuesta verlo, sinceramente. Lo que sí que está claro es que se asienta sobre las bases del diseño de mundo abierto iniciadas por la bilogía Breath of The Wild y Tears of the Kingdom y por Elden Ring. Una mirada oriental a los open world que, en mi opinión, nos ofrece obras refrescantes en un género saturado de propuestas sin personalidad.
Aquí apenas hay guías, el juego no es que busque ser inmisericorde, qué va. Lo que hace es integrar la exploración de su mundo como una de las mecánicas principales del juego. No hay, en la práctica, muchos iconos que señalen rutas, no existen elementos visuales que nos digan que tal personaje tiene una misión para nosotros, ni cosas del estilo. Si quieres descubrir algo tendrás que merodear, acercarte e interactuar con el entorno y sus PNJs. Es una filosofía de diseño muy similar a lo visto en BOTW o Elden Ring, que aquí se adapta a la particularidad del mundo de Dragon's Dogma 2.
Publicidad
Esta ausencia de guía se puede encontrar en otros apartados del juego, que sin llegar a ser tan obtuso como un Souls, no hace muchos esfuerzos por ser evidente a nivel de creación de mundo, de lore o de explicación de sus sistemas. Lo que busca es que como jugadores nos impliquemos, aprendamos desde la interacción, observando el mundo, enredando con sus habitantes, aprendiendo del error (sí, he aprendido muchas lecciones a base de disgustos. ¡Qué importante es llevar equipo de acampada si no quieres que la noche te las haga pasar canutas!).
Dragon's Dogma 2 apuesta por ofrecernos libertad total desde el primer minuto, para explorar su mapa y para afrontar cada encuentro con la mejor estrategia que consideremos. Pero, además, cada misión puede tener diferentes enfoques: imagina que tienes que colarte en una fortaleza para hablar con un prisionero, puedes intentarlo por las bravas, esperar a que anochezca, o conseguir un disfraz para pasar desapercibido. Y claro, como te puedes imaginar, en ningún momento se te explica de forma clara que tienes todas estas opciones. Como decía unas líneas más arriba, el título quiere que experimentes y te plantees si esa estrategia es válida o que afrontes las consecuencias de tu fracaso. Spoiler: terminé encarcelado.
Publicidad
Aún así, la gran virtud de Dragon's Dogma 2, y lo que creo que va a terminar granjeándole el cariño del público más mainstream es su habilidad como generador de historias. No me extrañaría que en pocos días veamos TikTok y X repletos de vídeos con las aventuras e historietas que ocurran a miles de jugadores. Porque al final, lo que está haciendo que no me quite el juego de la cabeza son esos momentos alejados de la trama principal (bastante normalita por lo que estoy viendo). Dragon's Dogma 2 hace suya esa premisa que dice que lo importante, aquí, es el viaje. En todo momento sabes cuándo sales y a dónde quieres ir; pero nunca sabes cuándo llegarás, ni cómo, ni a dónde.
En una de mis aventuras, no recuerdo muy bien a qué iba, pero iba a visitar una aldea que liberé en las primeras horas del juego, creo que quería encontrarme con un personaje bastante majete que conocí allí. De camino me pilló la noche, sin pertrechos para acampar, por lo que el agotamiento (tu salud se va consumiendo y el agotamiento impide recuperarla al 100%, por eso el sueño, amigos, es tan importante aquí y en la vida real) y los combates con las criaturas de la noche me habían dejado exhausto. Ver la luz del amanecer fue el mayor alegrón de esa partida. Cuando parecía que todo iba a ir ya sobre ruedas, estaba muy cerca del poblado, un rugido surge de un bosque cercano, un rugido que había escuchado otras tantas veces, pero en ese momento, con la salud de mi equipo por los suelos, os aseguro que se me heló la sangre. Un minotauro con la cabeza tan grande como el Santiago Bernabéu salió corriendo, zarandeando a mis peones y dejándonos listos de papeles. Syreen, mi peón luchadora, quedó KO de un mamporrazo. Esta tía, os aseguro, aguanta hostias como panes, pero si no duerme se ve que no. Viendo que era imposible el asunto, decidí cargar con ella y salir corriendo hacia ese poblado, recordando que había un regimiento apostado allí y deseando ver lucir sus enseñas y espadas. El minotauro me seguía gritando y aullando. Al llegar a las cercanías del pueblito pude escuchar los gritos de terror de sus habitantes, que hasta hace unos minutos estaban tan felices con su vida. Entré corriendo como alma que lleva al diablo, fui hasta el pozo que marca el centro de la pequeña villa y jamás me alegré tanto de ver soldados random salir corriendo a defender su pueblo. Esto es Dragon's Dogma 2.
Publicidad
Sé que me faltan muchísimas cosas por descubrir, pero estamos ante una obra monumental. Enorme. De esas que se disfrutan a fuego lento. Así que te animo a que hagas como yo, que te pierdas y descubras todos sus secretos. Y si por algún casual reclutas a mi peón Syreen, dale algún regalito para mí.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión