La Txip-Burger de Txipristin
La sociedad que pone sabor al final de la Herrería crea su propia hamburguesa y descubre el saco en el que guarda la gran joya
Noche de gala en Txipristin. Esta coqueta sociedad gastronómica, aunque con buen saque culinario, engalanó el txoko con motivo del concurso culinario de ELCORREO, patrocinado por la Diputación Foral de Álava. Cuidaron todo lujo de detalles para conquistar no solo el paladar del jurado, sino también sus ojos. Solo así se entiende que colocasen con mucho mimo esos ramos de flores -estas no formaban parte del menú- que adornaron la mesa en la que tomó asiento el exquisito tribunal. Por no hablar de los platos, escogidos para la ocasión. Incluso la cubertería, que buscaron y rebuscaron hasta dar con la que mejor combinaba. Lo estudiaron todo al milímetro.
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Van a por todas. «En tres participaciones nos hemos hecho con dos premios;un segundo puesto y el de la mejor carne. Este año vamos a por el primero», prometían Kepa Baquedano, Roberto Ruiz de Mendarozketa y José Luis Delgado, los 'chefs' de esta edición, antes de enfundarse el mandil. Los tres terminaron con buenísimo sabor de boca tras emplatar esa Txip-Burger versión Txipristin y el saquito que dentro escondía un delicioso tesoro. «Ha salido a pedir de boca», celebraban. Una noche especial que se la dedicaron a Tito Etxaniz, quien acababa de perder a su madre. «Va por ti, amigo», le animaron los compañeros.
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El broche que se puso ya bien caída la noche se empezó a cocinar cuando el aroma a café despertaba a la ciudad. «Nos hemos puesto frente a los fogones a las nueve de la mañana. Tipi-tapa hemos ido preparándolo todo». Porque esas pequeñas porciones tienen mucho, pero mucho, trabajo detrás. «Siempre hacemos cosas atrevidas, pero nunca damos un triple salto. Hemos leído y releído libros para pensar en el menú, que hemos puesto a prueba a través de catas con los socios».
La hamburguesa de garbanzos de Garlan, con hongos, queso Idiazabal y huevo, estuvo acompañada por una guarnición de patatas Udapa y un ketchup de piquillos, al más puro estilo de esas cadenas de hamburguesas, pero con el toque propio de lo que es una sociedad gastronómica. Y para el segundo dieron rienda suelta a la creatividad. «Son saquitos de bacalao Giraldo, acompañados por un mojo picón verde, pero hecho a mano ehh, y un lazo de puerro». Todo lo cuidaron con sumo mimo. «Llevo casi toda la vida preparando el pil-pil... si me llega a salir mal me hubiese enfadado conmigo mismo», confesaba Ruiz de Mendarozketa. Para su tranquilidad, el resultado fue exquisito.
Una coral ejecución por la que brindaron con el vino de las bodegas Zintzo en un certamen que cuenta con la colaboración de Ekiolio, Café Gometero y Makro. Porque el jurado se marchó con muy buen sabor de boca. En todos los sentidos. «La presencia de la hamburguesa ha sido espectacular. Quizá perdía un poco de sabor el garbanzo... pero el ketchup acompañaba espectacular», «¡¡Que se comía hasta el pan!!», respondían desde lejos los chefs, con todo de broma.
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En cuanto al segundo, pocas objeciones. «El bacalao estaba en su punto y las salsas espectaculares. Era una bomba en la boca, elogiaban. Ahora el concurso viaja a Burduntzi, a escasos treinta metros, donde ya han puesto los fogones a calentar.
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