«Hay que protegerse contra los ataques cibernéticos porque se van a multiplicar»

Justo antes del estalido de la pandemia, en febrero del año pasado, surgió Cybasque, la asociación de empresas vascas de ciberseguridad. La entidad, presidida por el ingeniero donostiarra Xabier Mitxelena, experto y pionero en el sector, nació con la idea de que Euskadi afrontase la «revolución tecnológica e industrial del siglo XXI» provista de medidas de seguridad para hacer frente a las «múltiples y peligrosas amenazas» que se ciernen desde Internet.

Porque la transformación digital, tan necesaria y sobre la que ha de vertebrarse el futuro a corto y medio plazo, ha de plantearse sobre un principio incuestionable: la necesidad de concienciar a la ciudadanía y a todo tipo de empresas «de los riesgos de la seguridad física» en la economía digital.

Mitxelena se lo volvió a recordar ayer a Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo del Ayuntamiento de Bilbao, y a Ángela Cobos, manager de la Factoría Digital Retail del BBVA en la cuarta mesa redonda de los foros Universo Digital organizados por ELCORREO para conmemorar el 25 aniversario del nacimiento de la web del periódico. El debate entremezcló tres aspectos que parecían sacados del guion de un 'thriller': ciberseguridad, finanzas y economía urbana.

Mitxelena rehuyó eufemismos y fue directamente al grano tras presagiar que los ataques digitales «se van a multiplicar» en el futuro, porque, entre otras cosas, la «inteligencia artificial» facilitará el crecimiento de la delincuencia cibernética. «Los malos están ahí, dispuestos a actuar», alertó en un tono tan enigmático como realista.

Ante este inquietante escenario, informó del «alto grado de vulnerabilidad», sobre todo de las pequeñas empresas, y explicó lo «mucho que queda por hacer» en materia de ciberseguridad. «También está preparada cierta parte de la Administración pública, pero no toda. Hay que educar en el buen uso de la tecnología», aconsejó.

Mitxelena reconoció que estamos «ante un cambio de paradigma» y desgranó una curiosa historia sobre los terrenos en los que se mueve la delincuencia organizada a través de las distintas plataformas virtuales. «En Estados Unidos atracaron un casino a través de un termómetro de una pecera porque el aparato estaba conectado a Internet para medir la temperatura del agua y que no se murieran los peces. Los 'hackers' –argumentó– entraron por 'esa' puerta y robaron más de 10 millones de credenciales, tarjetas de crédito y nombres de personas. Cuando adviertes de casos como este te preguntas que la conectividad, efectivamente, es un valor añadido, pero también que tiene que estar perfectamente segurizada porque, de lo contrario, el problema es muy serio», advirtió.

En el foro, moderado por la periodista de Economía de ELCORREO Carmen Larrakoetxea, y en el que colaboran BBV, Iberdrola, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco, además del 'lado oscuro' de la tecnología, salió a relucir también el papel que esta ha jugado como consecuencia del coronavirus. Xabier Ochandiano, que está al frente del área municipal que trabaja en la promoción de empleo, destacó que el Consistorio ha vivido «un proceso natural de cambio y adaptación» en la mejora de los servicios a la ciudadanía. «La tecnología –remarcó – no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que ayuda a ser más eficientes».En sintonía con el resto de ponentes, Ochandiano metió el dedo en la llaga al argumentar que el desarrollo tecnológico «nunca debe de estar reñido con lo presencial», por lo que ambos terrenos son complementarios.

Pero, si ha habido un sector que más cambios, y más rotundos, ha experimentado como consecuencia de la revolución digital, ese ha sido el bancario. Angela Cobos afirmó que las entidades financieras de hace 10 años no tienen nada que ver con las actuales. «El BBVAha sido el primer banco digital por trabajar de otra forma», subrayó tras dirigir todas las miradas «al móvil», un aparato que se ha convertido, en su opinión, en «el mando a distancia» que sirve para entablar contacto «con el cliente.

Cobos ilustró con numerosos y revelantes datos la nueva realidad. Anunció que el pasado mayo el 71,2% de los clientes del BBVAya eran «digitales» y echó la vista atrás al recordar que en 2016 solo el 3% de los usuarios que «entraban en el banco venían por vía digital». En 2020, este porcentaje se elevó al 33%. «Y este año, que va muy bien, la mitad de los clientes que captamos son digitales. Eso significa que se dan de alta con nosotros sin necesidad de acudir a una oficina», detalló.

Se dan de alta y, además, sus móviles echan humo. Cobos informó que el BBVA contabilizó solo el pasado mes 95 millones de accesos a través de los teléfonos para «consultar, operar, o hacer lo que sea», y señaló los nuevos hábitos de los consumidores, donde la tarjeta de crédito pierde fuerza a marchas forzadas. «De los 97 millones de pagos efectuados, el 16% se realiza ya directamente a través del móvil, cuando hace un año unicamente suponía el 6%. Cada vez se usa menos la tarjeta», admite Cobos.

Hay más novedades. Cada vez hay más gente que utiliza el Bizum como fórmula de pago. Solo el BBVA cuenta con casi tres millones de clientes que realizan 7 millones de operaciones mensuales a través de este servicio. Xabier Ochandiano se felicitó de que cada vez más comerciantes bilbaínos han decidido «romper barreras» e incorporar a sus negocios este sistema de cobro. Pero Mitxelena lanzó un aviso a navegantes:«El 70% de los ataques cibernéticos llegan a las pequeñas y medianas empresas. Hay que protegerse», advirtió.