Operarios trabajando en el pozo que tendrá que volver a cerrarse sin cumplir su objetivo. Guardia Civil

Los mineros esperan abrir hoy la galería para llegar hasta Julen tras limar el pozo

Los operarios empezaron anoche el encamisado del tubo con la confianza de que no surjan nuevos contratiempos

A. FRÍAS / J. CANO / F. TORRES

Miércoles, 23 de enero 2019, 00:47

El rescate de Julen vuelve a demorarse. La naturaleza, de nuevo, ha frenado los trabajos para acondicionar el pozo a través del cual descenderán los efectivos de la Brigada de Salvamento Minero para excavar una galería horizontal que les lleve hasta el crío. Un «tetón», en el argot de los ingenieros, que no es otra cosa que un saliente en las paredes, impidió ayer «encamisar» el interior de la perforación y obligó a buscar una solución técnica para solventar la situación. Anoche, afortunadamente, terminaron los trabajos para acondicionar el pozo y hoy, si no hay nuevos contratiempos, los rescatadores intentarán llegar hasta el pequeño.

Publicidad

La noche del lunes acabó, después de muchos avatares, con la noticia de que, por fin, después de 55 horas de trabajos, se había llegado a la cota 60 en la perforación de ese pozo paralelo al que cayó el niño, que se conectará a este en forma de 'u' para tratar de localizar al menor. Pero la satisfacción, como dijo el propio Ángel García Vidal, que es delegado en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos y coordinador de los técnicos que trabajan en el rescate, duró muy poco. A las 2.30 horas de la madrugada del lunes al martes comenzó el trabajo de encamisado, pero a las 6.15 horas se toparon con un nuevo problema. Al introducir los tubos ya soldados en el interior del pozo con una grúa, comprobaron que no pasaban del metro 42. Ahí, exactamente en esa cota, se quedaban parados.

Los técnicos optaron por extraer los tubos del encamisado ante el peligro de que se atascasen dentro de la estructura, lo que hubiera sido un auténtico desastre para el operativo de rescate. A continuación, se introdujo una cámara para comprobar la verticalidad del pozo, que al parecer solo presentaba una mínima desviación propia de la profundidad a la que se está trabajando, algo inédito para el diámetro de la corona (la cabeza percutora, provista de dientes, que hace las veces de un taladro) que se utiliza. En palabras de uno de los técnicos del operativo, nunca se ha hecho en España un «pilotaje» (colocación de pilares) a semejante profundidad (-60 metros) con un diámetro tan pequeño (1,5 metros). «Lo normal con esas dimensiones es hacerlos a -15, como mucho a -40 metros», apostilla.

El motivo real del contratiempo, que supuso un nuevo mazazo para los integrantes del operativo de rescate (algunos operarios llevaban 30 horas trabajando sin descanso para terminar cuanto antes) y, sobre todo, para los padres, fue ese «tetón», un saliente en las paredes del pozo que, como explicó Ángel García Vidal, son habituales en este tipo de perforaciones. Lo que no es habitual es la prisa, por las razones obvias de urgencia, con la que se está trabajando.

Mientras los ingenieros buscaban una solución técnica a este nuevo problema, los rescatadores proponían un atajo: miembros del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM) de la Guardia Civil de Málaga se ofrecieron voluntariamente a descolgarse con cuerdas (rappel) y eliminar a mano, con picos, el saliente que impedía encamisar el pozo. Los responsables del dispositivo se negaron rotundamente a que bajaran por su propia seguridad, ya que el interior de la excavación no estaba aún afianzado y podían producirse desprendimientos.

Publicidad

Al detalle

  • Rescate Los trabajos se desarrollan las 24 horas del días desde que hace nueve días se alertó que el niño había caído al pozo.

  • 60 metros Es la profundidad que se ha horadado.

  • Solución Se movieron los dientes de la perforadora para limar un saliente del pozo.

Se barajaron dos opciones, aseguran fuentes del dispositivo. La primera, que fue la que difundió por la mañana la Subdelegación del Gobierno, consistía en emplear una corona de mayor tamaño y, por así decirlo, «reperforar» el pozo, haciendo un agujero de mayor diámetro que después, al insertar los tubos, se rellenaría. Pero esa, por anunciada, no fue la operación que se llevó a cabo. Finalmente, los técnicos optaron por «limar» el interior del pozo para eliminarle todos los salientes e imperfecciones. Para ello, los dientes de las coronas con los que se horada la piedra, que normalmente están hacia abajo, se colocaron hacia los lados para pulir las paredes.

Anoche, los técnicos acababan de terminar los trabajos de «perfilado» del pozo, en los que se ha utilizado la misma perforadora (no ha sido necesario, como se especuló, traer otra de mayores dimensiones) para que, durante la madrugada, se pudiera reanudar el encamisado, con la ventaja de que ya había un tramo de tubos perfectamente soldado (el que hubo que extraer la noche anterior) y listo para ser colocado. Tras ello, estaban previstas las tareas de recrecimiento de la plataforma de trabajo en esos 12 metros de cota que se ganarán para eliminar la inestabilidad de los taludes, y principalmente la de una roca que tuvo que ser asegurada. Y en cuanto acaben, seguramente esta misma mañana, empezarán a trabajar los mineros.

Publicidad

Mientras continúan las labores de rescate, avanza la investigación judicial para dilucidar cómo el pequeño pudo caer en un pozo de 100 metros de profundidad con una abertura de unos 25 centímetros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad