«Si no vacunamos rápido, las mutaciones del virus nos tomarán la delantera», advierten los expertos

La irrupción de nuevas mutaciones no ha cogido por sorpresa a los expertos. «Es pura evolución natural, pero algo que se pensaba que iba a ocurrir en años está ocurriendo en meses y preocupa», afirma Guillermo Martínez de Tejada, profesor de Microbiología de la Universidad de Navarra. Los virus mutan y eso es irremediable. Luchan por sobrevivir. Por vencer a la ciencia. Pero ¿con qué armas cuentan estas variantes para esquivar a las defensas humanas?

El docente navarro explica que estas cepas presentan unas combinaciones de mutaciones que facilitan su anexión al organismo de una persona, de modo que los anticuerpos fabricados suponen una barrera más débil. «La sangre de las personas que han pasado la enfermedad tiene una capacidad menos neutralizante de los nuevos virus», precisa. La vía que ha encontrado la covid-19 para burlar la inmunidad es la mutación denominada técnicamente E484K, que afecta a la proteína S, la llave que entra a una célula humana.

Incluso, por ese motivo, pueden escapar de las vacunas. La efectividad de las fabricadas con ARN mensajero, Moderna y Pfizer-BioNtech, disminuye hasta el 60%. Pero, en el caso de AstraZeneca, la caída es aún mayor, se queda en el 10%. En Sudáfrica, de hecho, ya se ha optado por no administrarla. «Tenemos unas tecnologías fácilmente adaptables y eso es algo positivo dentro de esta situación. Lo preocupante es que no tenemos tantos datos como nos gustaría», indica Guillermo Quindós, catedrático en Microbiología en la UPV.

Pese a la menor efectividad, los expertos consultados inciden en la necesidad de acelerar el actual ritmo de administración de la profilaxis contra la covid. La vacuna es la «gran herramienta de la que disponemos para hacer frente al virus. Un arma muy potente, pero para que lo sea debe ser rápida. Si se vacuna poquito a poquito, se le da tiempo para que reaccione, nos toma la delantera», explica Lucía Gallego, investigadora y profesora en Microbiología Médica de la UPV.

Martínez de Tejada se postula en la misma opinión porque «vacunar siempre va a compensar». «La capacidad protectora se reduce, pero no se anula. Esa inmunidad que se adquiere es posible que pueda prevenir algún caso grave de la infección», arguye. Pese a todo, la estrategia vasca de guardar la mitad de los fármacos para asegurar la segunda dosis no es vista con malos ojos. «Sabemos que la rapidez depende del suministro y se ha producido algún parón, pero luego está la organización y la logística. No agilizar todo lo posible es imperdonable», opina Ignacio Sanroma, facultativo en Eibar y secretario del Sindicato Médico de Euskadi en Gipuzkoa.

Por el momento, no se han demostrado evidencias de una mayor contagiosidad de las cepas brasileña y sudafricana. Adrián Aginagalde, miembro de la sección de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, señala que al menos la brasileña no parece estar desplazando al resto de versiones del patógeno. «Es una ventaja evolutiva y es lo que nos está salvando». También existen escasas conclusiones sobre los casos de reinfección. «Los pacientes que hayan sufrido una covid más severa parecen disponer de un mejor nivel de protección ante las nuevas cepas. Han desarrollado una respuesta inmunitaria más potente», comenta Martínez de Tejada.

El tiempo transcurrido desde la infección también puede influir. «Si la persona se infectó hace un mes, es posible que las defensas sean lo suficientemente buenas como para parar a las nuevas cepas. Puedes sufrir un cierto malestar y nada más, pero si son 7 meses, igual es algo más serio», mantiene Quindós.

Por ello, Aginagalde sostiene que este escenario supone una «oportunidad única para implantar la vigilancia genómica dentro de la epidemiológica». Algunos de los expertos coinciden en la necesidad de aumentar el número de pruebas de genotipado. «Lo que se está detectando es la punta del iceberg. Es un muestro y a veces nos acostumbramos a que un muestreo sea la realidad y no lo es», desliza Sanroma. Pero más que la cantidad de muestras, Aginagalde incide en la importancia de establecer una estructura en red. «No es buscar por buscar. Pero montar eso lleva entre dos y tres años y lo estamos haciendo en un mes».

Mientras tanto, los expertos abogan por el mantenimiento de las medidas. «Pensar a largo plazo, no solo en lo urgente. Es la clave para evitar que las variantes no se diseminen», advierte Gallego. A juicio de Aginagalde, director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria, las restricciones resultan efectivas. Y un ejemplo es Cantabria, donde la cepa británica genera el 50% de los contagios -en Euskadi es el 20-. «Su aumento no está revirtiendo en la curva en exceso. Las herramientas de prevención y control funcionan».

Gorka Orive, investigador y profesor de Farmacia en la UPV, apuesta por limitaciones más concretas para evitar que la cepa brasileña y la sudafricana se cuelen en Euskadi. «Se han puesto restricciones estrictas a los vuelos de Brasil y Sudáfrica, pero siempre existe la posibilidad de que esos positivos lleguen por medio de viajeros de otros países».