Los sabotajes a ambulancias «complicaron» la atención a la mujer de Bermeo que falleció de un infarto

El vehículo sanitario con base en la localidad costera estaba «inutilizado» y se tuvo que movilizar a otros dos con base en Gernika, uno de los cuales los trabajadores se lo encontraron con las ruedas pinchadas

Martes, 13 de febrero 2024, 14:24

Los daños reiterados a las ambulancias durante las jornadas de huelga en el servicio de transporte sanitario urgente «complicaron» la atención sanitaria a la mujer ... que falleció de un infarto en Bermeo el pasado 13 de enero. Aquel día el recurso más próximo para atender e intentar reanimar a la paciente era la unidad de Soporte Vital Básico (SVB) de Bermeo, dotada con un desfibrilador y con persona técnico sanitario con formación y «capacidades» para actuar ante esa emergencia. Pero aquel vehículo estaba «inutilizado» en esos momentos por los daños sufridos por los saboteadores.

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Es por ello que se decidió activar los dos que, por cercanía, estaban más cercanos a la localidad, la ambulancia de SVB y la UVI móvil de Gernika. Al ir a arrancar la primera los sanitarios descubrieron que tenía los «cristales rotos» y las «ruedas rajadas». Se puso en marcha la segunda, dotada de personal médico y de enfermería, pero la mujer falleció antes de que llegase a Bermeo.

Estos datos se recogen en el informe que el Departamento de Salud ha remitido al Parlamento vasco, a petición de Jon Hernandez, representante de IU en la coalición Elkarrekin-Podemos, para aclarar los hechos que tuvieron lugar en la madrugada del 13 de enero y que se saldaron con el fallecimiento de una mujer que sufrió un infarto en su domicilio.

Según el protocolo previsto, cuando se produce un infarto se activa la cadena de supervivencia. Para ello se comienza a realizar la reanimación cardio-respiratoria hasta que lleguen los sanitarios con el desfibrilador y el equipo médico. En el caso del episodio de Bermeo la llamada al 112 de SOS Deiak se recibió a las 1.53 horas de la madrugada. Un hombre indicaba que su mujer estaba enferma y que había dejado de respirar. Con indicaciones del personal médico del centro coordinador el hombre empieza a realizarle la RCP. De forma paralela se activan las ambulancias más cercanas. Al estar la de Bermeo inutilizada se opta por las de Gernika. La SVB está también dañada y no puede acudir. Arranca solo la UVI móvil.

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Durante todo ese tiempo el personal del centro coordinador accede a la historia clínica de la paciente y valora su situación. A las 2.08 se considera que no la mujer no tiene opciones de resucitar y se opta por suspender las maniobras RCP a distancia que estaba realizando el marido. Se anula la UVI móvil y activa el servicio de medicina a domicilio para confirmar el fallecimiento.

Esta es la cronología de los hechos que se relata en el informe remitido por Salud al Parlamento vasco sobre la muerte de una mujer en Bermeo el 13 de enero. En dicho documento se detalla también que «los daños reiteradamente generados, complicaron sobremanera la reposición de los

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vehículos a los trabajadores/as de logística, dado que se rompieron lunas, espejos y contaminaciones del depósito de combustible, además de pinchazos de neumáticos, en un contexto de vehículos de reserva que se ha visto reducido por los constantes sabotajes, y con la complicación añadida de que se producen en horarios nocturnos en los que no hay talleres operativos».

Todos estos hechos, añade Salud en un informe firmado por la consejera Sagardui, «redujeron exponencialmente la capacidad asistencial de soporte vital básico y soporte vital avanzado con enfermería para proporcionar a la población asistencia de urgencias emergencias sanitarias».

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