Operación pionera en Basurto para evitar que le estalle la aorta a un paciente
Los cirujanos vasculares del centro colocaron una prótesis en la zona de la arteria dañada, que se encontraba muy próxima al corazón
Una aneurisma de aorta es la dilatación en una zona de la pared de la arteria, la mayor de todo el cuerpo. Es una patología ... que pasa normalmente inadvertida. No duele y no da síntomas. Cuando empieza a mostrar señales de su presencia suele ser porque su situación se ha complicado. Cuando crece mucho o la pared vascular en ese punto está muy debilitada puede estallar y provocar un derrame. La mortalidad de las personas que sufren una rotura de la aorta es muy elevada, en especial si no se encuentra ya ingresadas en un hospital cuando se produce ese evento.
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Este tipo de aneurisma es más habitual que se produzca a nivel abdominal, pero en algunos casos se da en otras zonas de esta arteria. Algunas de estas dilataciones se producen muy próximas al corazón, en el área conocida como arco aórtico. Lo habitual en estos últimos casos es que sean los cirujanos cardíacos los que intervengan para solucionar ese problema, pero no todos los pacientes afectados por esta patología son candidatos a una operación de estas características. Algunos, por edad o condición física, no sobrevivirían a una cirugía compleja durante la que hay que abrir el tórax, parar el corazón y aplicar una circulación extracorpórea al paciente para poder llevarla a cabo. A esto hay que sumar un largo postoperatorio que incluye hasta una semana de ingreso en la UCI. No todas las personas reúnen la fortaleza para superar una intervención así.
Es la primera vez en Euskadi que cirujanos vasculares realizan una operación de este tipo
Para esos pacientes frágiles con este tipo de aneurisma de aorta pero no aptos para ser operados del corazón no había alternativa terapéutica para solucionar su problema de salud. Hasta ahora. Un equipo multidisciplinar del hospital de Basurto, encabezado por su servicio de Cirugía Vascular, ha reparado por primera vez en Euskadi esta aneurisma utilizando una técnica endovascular. Llegaron hasta la zona afectada a través de las propias arterias y una vez alcanzaron el punto donde estaba la aneurisma colocaron una endoprótesis; esto es un pequeño tubo con una malla que hace las veces de conducto sanguíneo, lo que evita la posible rotura de la arteria. La operación se realizó el 1 de julio y fue un éxito. El paciente recibió el alta al día siguiente y ha vuelto a hacer vida normal.
«Esta intervención nos abre la puerta a que en el futuro podamos operar a más gente con esta técnica que no reúne condiciones para ser candidata a una cirugía cardiaca», explica Ricardo Asensio, que con Claudia Aramendi y otros compañeros fue uno de los cirujanos vasculares que llevaron a cabo uno tipo de intervención que ya se ha realizado también en otros hospitales españoles. Durante el proceso estuvieron respaldados por otros facultativos de las áreas de Neurofisiología, Hemodinámica, Anestesia y por personal enfermería.
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Con el envejecimiento de la población es previsible que cada vez lleguen más pacientes mayores al sistema sanitario con este problema de salud. Y es que la vejez es con la hipertensión y el tabaquismo uno de los tres principales factores de riesgo para sufrir una aneurisma de aorta en personas de cierta edad. En el caso de los jóvenes entran en juego los factores genéticos.
El afectado, por su edad y estado de salud, no reunía las condiciones para ser operado por otro equipo
Rama que riega el cerebro
José Manuel Escuredo, de 79 años, es el paciente que se ha beneficiado de esta novedosa intervención. Él ya sabe lo que es estar en una delicada situación de salud. «Hace 20 años tuve un infarto y tengo cuatro stents en el corazón», repasa. La aneurisma de aorta se la detectaron casi de casualidad cuando le realizaron una serie de pruebas tras sufrir una neumonía. La tenía además justo en la salida de las tres ramas de esta arteria que riegan el cerebro, la cabeza y los brazos. Dos semanas después de la intervención hacía vida normal. Lo único que le molestaba eran los puntos que tenía en el cuello a la altura de la carótida. La pequeña cicatriz de la ingle la tenía ya totalmente curada. Vuelve a pasear por el barrio de La Peña, donde reside.
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