Cerca de la mitad de los vascos contagiados se han infectado en los dos últimos meses
El ingente volumen de casos detectados en Euskadi en la actual sexta ola supera a los registrados en las tres acometidas anteriores
Ómicron ha hecho saltar por los aires todas las previsiones habidas y por haber en esta sexta ola en Euskadi. El último golpe de la ... pandemia ha mostrado una magnitud inusitada e impensable con una explosión salvaje de contagios que en plenas navidades ha vuelto a sobrecargar a los hospitales y, sobre todo, ha desbordado la Atención Primaria por la menor severidad de las infecciones y la elevadísima demanda de test y de tramitaciones de bajas laborales, lo que ha puesto contra las cuerdas a miles de empresas en la comunidad. No es para menos. Prueba fehaciente de este descomunal volumen de casos es que casi la mitad de los contagiados vascos desde el estallido de la crisis se ha infectado en esta última onda expansiva.
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El 41,6% del total de los casos diagnosticados en el País Vasco (457.707) ha caído en las garras del virus en los últimos dos meses y medio. El resto contrajo la enfermedad entre la primera y la quinta ola. Es decir, entre marzo de 2020 y el pasado mes de septiembre, a lo largo de año y medio. Sin embargo, no todos se han contagiado por primera vez. Aunque Osakidetza no ofrece datos, algunos estudios señalan que la cepa sudafricana ha provocado que las reinfecciones hayan crecido un 30% por su alta capacidad para esquivar los anticuerpos generados por vía natural.
Ni en el País Vasco, ni en ningún otro país europeo, se había observado una subida tan brusca
Hasta el pasado jueves -último boletín difundido por el Departamento de Salud-, un total de 190.358 ciudadanos se habían infectado desde mediados de octubre. Entonces, la curva de incidencia volvió a escalar hacia un nuevo pico que aún estaría por hollarse. Un cambio de rumbo que sucedió solo una semana después del fin de las restricciones tras el decaimiento de la emergencia sanitaria.
Los contagios detectados en la comunidad en esta fase epidémica habrán rebasado hoy los 210.000, por lo que las infecciones en esta ola superan el 45% del volumen total. Hay que tener en cuenta que Euskadi acumula seis jornadas por encima de la barrera de los 10.000 positivos diarios en las últimas dos semanas y que todavía estaban pendientes los casos de las personas que se contagiaron en Nochevieja y en Reyes. Una jornada en la que, a pesar de las medidas decretadas por Urkullu, la ciudadanía no renunció a juntarse con sus familias o con sus cuadrillas, lo que ha provocado que se hayan vuelto a disparar las infecciones. El pasado martes, se notificaron 14.063, el récord hasta la fecha.
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En el último mes, el virus ha estrechado su cerco y quien más o quien menos ha podido tener relación con algún positivo. Algo que no era tan habitual en anteriores envites. El aumento de las interacciones sociales por el puente de El Pilar y las juergas de Halloween volvió a acelerar la transmisión. Pero la llegada de ómicron al País Vasco a principios de diciembre provocó que los positivos se doblaran en solo un par de semanas. Desde entonces, con su consolidación, se han multiplicado por 11. Supone casi el 80% de los casos que se originan.
Euskadi registró el pasado lunes un total de 14.063 positivos, el máximo de toda la pandemia
Bajas laborales disparadas
Ni en Euskadi, ni en ningún otro país europeo, se había observado una subida tan brusca. Los expertos afirman que esta nueva variante es el doble de transmisible que la delta. De hecho, los contagios detectados en la sexta ola suponen mayor volumen que los contabilizados en las tres anteriores oleadas. En la del otoño de 2020, según los partes oficiales, se computaron más de 96.000 y en la primera 14.000, aunque se trata de un dato muy alejado de la realidad. En el inicio de esta batalla epidemiológica no existía tanta capacidad diagnóstica como en la actualidad y solo se practicaba test a quienes sufrían síntomas graves, por lo que los casos leves no salían a la luz y muchos ciudadanos pasaron la covid sin saberlo.
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Eso sí, ahora los cuadros graves son muchos menos por el impacto de la vacuna y, por tanto, se registran menos fallecimientos que en las dos primeras embestidas, auténticas escabechinas, precisamente, por la falta de un arma clave contra la covid como la que han supuesto los sueros anticovid. Para muestra, un botón: hasta el jueves, las UCI de Euskadi atendían a 122 ciudadanos en situación extrema, un volumen que supone hasta un 43% menos de ocupación con respecto al pico de la primera ola. Aunque el riesgo de hospitalización es más bajo, conviene observar los datos con cautela.
Las UCI atendían hasta el pasado miércoles a 122 personas, un 43% menos de ocupación que en el pico de la primera ola
La multiplicación de positivos hará enfermar de manera grave a numerosos ciudadanos que precisarán atención clínica y que, por tanto, seguirán tensionando el sistema hospitalario. De hecho, las cifras de ingresos diarios arrojaron esta semana números solo vistos entre la segunda quincena de marzo y la primera de abril de 2020, los momentos más convulsos de la crisis en los hospitales. La media de hospitalizaciones en planta ya se sitúa en el centenar.
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Pero no solo los casos considerados graves están fuera de combate en estos momentos. El aluvión de infecciones leves ha disparado las bajas laborales. Hace una semana, 16.000 trabajadores vascos se encontraban sin acudir a sus puestos, ocho veces más que en octubre. Unas cifras que evidencian que el virus no solo ha supuesto un problema sanitario. El funcionamiento del sistema se está viendo amenazado, lastrando servicios básicos para la ciudadanía como el transporte, la educación o las fuerzas de seguridad. Una de las razones de que las cuarentenas se hayan reducido a 7 días.
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