Asier Sáez, el científico bilbaíno que ha confirmado que el sida se puede curar
Una investigación liderada por este vizcaíno en el Instituto Pasteur de París coloca al mundo más cerca de un tratamiento curativo
Una investigación liderada por el portugalujo Asier Sáez-Cirión en el Instituto Pasteur de París convierte en realidad el sueño de que la cura del ... sida sea posible. El grupo, un equipo internacional en el que figuran algunos de los más prestigiosos investigadores europeos frente a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ha roto con una idea que la comunidad científica tenía como inamovible: solo los portadores de una determinada mutación genética (CCR5D32) pueden aspirar a un complicado tratamiento que elimina del cuerpo todo rastro del microbio. Ahora se sabe que eso no es cierto. El pasado agosto, un hombre conocido ya como 'el paciente de Ginebra' se libró del virus del sida con un trasplante de células madre sin esa mutación. Lo bueno de la historia es que no es la única noticia que apunta en esa dirección.
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La superación definitiva de la infección por VIH figura como una posibilidad factible desde 2007. Ese año, un estadounidense llamado Timothy Ray Brown, enfermo de leucemia, recibió un trasplante de médula de un donante compatible, que presentaba una rara mutación genética (CCR5D32), propia de la Europa del Norte. Tanto que sólo un 1% de los europeos la tienen.
Obstáculos salvados
La médula le salvó del cáncer y, ¡bingo!, resultó ser que aquella extraña condición genética le liberó también para siempre de la infección por sida. El hallazgo de que el virus que mató al cantante Freddie Mercury y a tantos otros se escondía en determinadas partes del cuerpo llamadas reservorios había llevado a creer que la cura era imposible, pero aquel hallazgo lo cambió todo.
Después del 'paciente de Berlín', como se bautizó a Brown, otros cuatro afectados más superaron, como él, dos problemas de salud con un único procedimiento médico, un trasplante de médula ósea. Esta terapia tan eficaz no está exenta, sin embargo, de efectos secundarios; y de hecho se asocia a una cierta mortalidad. Además, resulta demasiado compleja como para extenderla a todos los pacientes del mundo. Para empezar, porque es irreal pensar en médulas disponibles para casi 40 millones de afectados. Pero el hallazgo abrió nuevas puertas a la ciencia.
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El grupo de Sáez-Cirion ha logrado curar a un paciente con un trasplante de células madre de una médula ósea normal, sin la mutación genética que hasta ahora había funcionado
Un frente formado por 80 laboratorios del mundo trabaja ahora en el desarrollo de nuevas terapias que sirvan para superar la infección
Algunas de las más esperanzadoras se desarrollan en el instituto Pasteur de París, que dirige la premio Nobel Françoise Barré-Sinoussi, codescubridora del virus. Allí, el laboratorio de Asier Sáenz-Cirión, licenciado en Bioquímica por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), logró en 2013 que una veintena de pacientes lograra vivir sin medicación. Su último hallazgo, el que abre la puerta al desarrollo de nuevas formas de combatir la enfermedad, se suma al trabajo en desarrollo que lidera ONUSIDA para el diseño de una terapia «cien veces más potente que la actual», que se espera que sea capaz de «impactar y matar de manera eficaz» al microbio.
Razones para el optimismo
¿Es posible entonces la cura del sida? No a corto plazo, pero definitivamente, sí, según confirman varios especialistas consultados por EL CORREO, entre ellos el propio Sáez-Cirión. «Podemos llegar a eliminarlo muy eficazmente del organismo. No será a corto plazo, pero existen razones para pensar en que así será», destaca el investigador. Y lo argumenta. «Los hallazgos de los últimos años han favorecido la puesta en marcha de 80 ensayos clínicos para probar distintas estrategias encaminadas a la cura o la remisión de la infección. Lo veremos».
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«Es solo cuestión de tiempo», añade el investigador de Icrea-IrsiCaixa Javier Martínez Picado, cuyo grupo ha colaborado en la investigación. «Hemos aprendido muchísimo. Estoy convencido de que el conocimiento adquirido cristalizará en más casos de curación», vaticina rotundo. El presidente de la sociedad Seisida, el médico bilbaíno Pablo Ryan, lo corrobora: «Es más fácil prevenir que curar, pero estamos en el buen camino. El trabajo de Sáez-Cirión abre nuevas perspectivas. La comunidad científica tiene razones para el optimismo».
La suerte de no encontrar la médula que se buscaba
No puede decirse que el hallazgo del grupo liderado por Asier Sáez Cirión fue casual, pero sí es cierto que su grupo buscó una médula con la mutación CCR5 para el trasplante del 'paciente de Ginebra' y no la encontró. Tuvo que arreglarse con la única compatible que lograron. Tal como apuntaban algunas de las ideas con que venían trabajando, funcionó. ¿Por qué? El equipo del científico vasco maneja varias hipótesis, fundamentalmente dos.
Por una parte, es posible que el mero trasplante de médula ósea haya sido suficiente. «La teoría dice que ha de ser así; que las células del donante, procedentes del sistema inmunitario, reconocen a las del paciente como extrañas, las atacan y las vencen. Pero no siempre ha sucedido de este modo», detalló a EL CORREO.
También es posible que la simple caída de la inmunidad en la que se encontraba el paciente favoreciera la acción de las células del donante. «Los trasplantes de médula en pacientes con VIH se vienen haciendo desde hace treinta años, no como terapia frente al VIH, sino porque necesitaban el trasplante para sobrevivir. Ésta es la primera vez en que ocurre algo así», explica con humildad.
El presidente de la sociedad Seisida, PabloRyan, se plantea ya nuevas preocupaciones, que quizás estén por llegar. «Habrá pacientes que se curen; pero, ¿les permitirá la cura superar el estigma social?», se pregunta.
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