«Algunos compañeros están muy angustiados», admiten los estudiantes vizcaínos confinados en Costa Rica
39 alumnos y profesores de la universidad de Mondragón han dado positivo cuando se disponían a volver después de un mes de prácticas en el país | Se encuentran bien y han sido alojados en habitaciones individuales de un hotel a la espera de pasar la cuarentena
«Varios compañeros nos han dicho que tenían fiebre y un dolor en el pecho bastante fuerte, pero la mayoría nos encontramos bien». Los 36 ... estudiantes y tres profesores de la Universidad de Mondragón que desde el sábado permanecen confinados en habitaciones individuales de varios hoteles de Costa Rica tras dar positivo por coronavirus sobrellevan como pueden el varapalo de haberse contagiado en pleno viaje de estudios. Una treintena de ellos son vizcaínos y estaban deseando regresar para acabar definitivamente un curso al que ya de por sí la pandemia había añadido más complicación a un temario muy exigente.
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Cursan segundo curso de Leinn, un grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación, y llevaban un mes en el país centroamericano conociendo su estructura empresarial para ver otras experiencias y extraer sus mejoras más avanzadas y competitivas y preparar con ellas sus propios proyectos académicos. «El jueves teníamos una presentación en la universidad, una de las notas más importantes de curso, pero presencial al menos no va a poder ser, no sabemos si por videoconferencia, pero con lo regular que funciona aquí internet...», confiesa uno de los confinados, reacio a dar su nombre para evitarse problemas con la dirección de la universidad.
Ahora están todos más tranquilos, pero reconocen haber vividos momentos de una gran tensión desde que el pasado miércoles se hizo patente el riesgo de contagio en el grupo. «Algunos compañeros todavía están muy angustiados porque todos queríamos volver ya y, además, contagiarte de coronavirus impone mucho». Venían de pasar una semana en la región costera de Tamarindo cuando saltó el primer caso en una chica que se sentía mal. Se decidió hacer las pruebas de antígenos a nueve de ellos y seis dieron positivo, «pero al día siguiente se las volvieron a hacer y ya dieron todos». La cosa pintaba muy mal porque la convivencia durante ese mes había sido muy intensa y pocos creían que podrían librarse. Así fue, entre el viernes y el sábado quedaron confirmados los 39 positivos, los tres profesores de apoyo incluidos.
A juicio de los alumnos, el contagio se pudo producir a primeros de mes durante un intercambio estudiantil con alumnos de la universidad Fundepos de Costa Rica en Cartago. «Estábamos juntos todo el día, en las charlas y en las salidas, e incluso dormíamos en habitaciones para seis u ocho personas; aunque al principio manteníamos las medidas preventivas, la cosa se fue relajando», reconoce. Además, subraya que, «aunque en Costa Rica estaban en un nivel 4 de alarma por la pandemia y había riesgo de transmisión, las restricciones son menos exigentes que en Euskadi y, por ejemplo, la mascarilla no es obligatoria en la calle y «muy poca gente la lleva».
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Gestiones de la universidad
Ahora sobrellevan los 10 días de cuarentena como pueden solos en las habitaciones y su único contacto con el mundo exterior son sus móviles e internet. «Con los profesores que están confinados como nosotros estamos teniendo reuniones virtuales, se preocupan por cómo estamos e incluso estamos empezando a hacer cosas de clase porque aquí encerrados el día se hace muy duro», explica.
Los alumnos esperan con ansia que llegue el día de regresar, aunque no será antes del próximo martes, «porque las altas nos las dan entre los días 19 y 21». Y luego tendrán casi un día de viaje. Según confiesan, «estamos deseando ver a la familia, a los abuelos, a los amigos, y empezar por fin las vacaciones».
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La responsable de Marketing de Mondragon Unibertsitatea, Amaia Aizpuru, ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad a las familias y a los conocidos de los alumnos confinados, «ya que todos están bien de salud y atendidos adecuadamente». «La mayoría son asintomáticos y muy pocos muestran sintomatología leve, un pequeño dolor de cabeza, décimas de fiebre o dolor estomacal», ha detallado. Según ha añadido, «los profesores hablan constantemente con ellos por internet y desde la universidad les mandamos mensajes con los que ellos a su vez informan a sus familias».
Aizpuru ha reconocido que una de las mayores incógnitas que tienen ahora los progenitores de los estudiantes es la fecha de la vuelta a Euskadi y, si «si bien todavía no podemos concretar el día concreto, que tengan la garantía de que el viaje de regreso va a ser lo más rápido posible una vez que se les haga la pertinente PCR cuando acaben el confinamiento». Según ha explicado, la idea principal sigue siendo mantener el vuelo que tenían pensado antes de que se produjeran los positivos, es decir, con una escala en Frankfurt. «Pero no sabemos si será posible mantener ese vuelo porque hemos hablado con la embajada alemana y piden determinados requerimientos como un certificado de haber pasado la enfermedad».
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En principio no debería haber mayores contrariedades, pero a veces una persona que ha pasado el coronavirus sigue dando positivo a pesar de no tener capacidad ya de contagiar. En cualquier caso, si surgiese cualquier dificultad, «tenemos un plan B que pasaría por coger un vuelo directo a Madrid, por lo que no habrá problema para llevarlos a casa lo antes posible y con todas las garantías».
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