«Me tocó a mí como le podía haber pasado a otro», dice la mujer atacada por un oso en Asturias

«Me tocó a mí como le podía haber pasado a otro», repite Carmen a todos aquellos que van a verla durante los horarios de las visitas. Los facultativos tenían previsto someterla hoy mismo a intervención, pero han resuelto no someterla a más estrés y esperar a que se siga reponiendo del resto de heridas, algunas en su rostro.

Carmen S. es, según coinciden sus allegados, una mujer fuerte, segura, afable. «No creo que ahora le vaya a coger miedo, ha estado toda la vida por el monte cuidando animales», reflexionan. La suya es la historia de la Asturias que se vacía. Nacida en el mismo pueblo, de cría la pasó guardando ovejas y yendo a la escuela cuando iba; se casó con un minero que la hizo viuda hace años y con el que tuvo una hija.

«De niñas ya había osos, pero cuando se veía que iban a por el maíz se los asustaba con petardos o piedras», recuerda su hermana. «Ahora parece que son ellos más importantes que las personas», considera.