Fibras de plástico recogidas por los voluntarios de 'Mi Pueblo Limpio' en la playa de Brazomar en Castro-Urdiales. Foto y vídeo: Mi Pueblo Limpio

Miles de fibras de plástico blanco llegan a las playas de Castro y Laredo

Tras un vertido de la obra del rompeolas, voluntarios han retirado miles de pequeños residuos en la playa de Brazomar y los fragmentos «siguen llegando», afectando a otras playas cántabras

Martes, 30 de julio 2024, 13:01

Las obras del rompeolas de Castro provocaron un vertido de fibras de plástico al agua en el puerto el pasado miércoles. El Gobierno de Cantabria, ... responsable de los trabajos, aseguró que «en unas horas se recogió todo lo que había caído al mar, con lo que no ha habido ninguna afectación», pero no parece haber sido así. Voluntarios de asociaciones locales han recogido miles de estos residuos en las playas y la costa castreña durante los últimos días.

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Son unas fibras de plástico blanco de 1 milímetro de ancho y 3 centímetros de largo que se usan para dar consistencia al hormigón. Aparentemente, la marea arrastró parte de las fibras que se habían utilizado para finalizar los trabajos de hormigonado en las obras de refuerzo del espigón. El agua del puerto ha estado cubierto por una película blanca, que se ha extendido a la orilla de los arenales de Brazomar y Ostende.

Los residuos se concentran en el interior del puerto, donde se produjo el vertido, y en la playa de Brazomar «sobre todo en la parte oeste», indican los voluntarios que se han afanado estos días en la limpieza de la playa. Los activistas apuntan que los residuos han llegado también a los arenales de Sonabia (Liendo) y hasta La Salvé en Laredo, a 25 kilómetros de Castro.

Fibras de plástico en la playa de La Salvé en Laredo. Martacomunica en Instagram

«Estos fragmentos siguen llegando a miles», asegura Marcelino Martín, secretario de la asociación Mi Pueblo Limpio. Este grupo de voluntarios, que se dedica a luchar contra la basura que ensucia los entornos naturales de Castro, ha actuado también en esta ocasión. «En Brazomar habremos recogido entre 2.000 y 3.000 fibras del viernes al domingo, aunque es difícil de calcular», y seguirán acudiendo a este arenal mientras la marea siga arrastrando estos residuos. Mi Pueblo Limpio agradece la ayuda de los adultos y niños que no han dudado en dedicar parte de su momento de relax a la limpieza de este plástico blanco.

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Retiradas a mano

La dificultad para retirar este vertido de las playas es máxima. Debido a sus reducidas dimensiones, hay que retirarlas a mano una a una, no queda otra. El rastrillo de la máquina de limpieza de la playa lo único que hace es filtrarlas y enterrarlas en la arena. Algunas fibras también llegan mezcladas con algas, «con lo que se puede tirar de rastrillo» y sacar esta amalgama.

«La mayoría estaban muy esparcidas, y aunque hemos quitado muchísimas, no es nada comparado con las que quedan en el mar y enterradas en la arena» lamentan los voluntarios. Pero su lema es la acción y lo recogido, recogido está. Desconocen cuántos fragmentos cayeron y cuántos se han recuperado, por lo que es complicado estimar cuánto tiempo estas fibras de plástico van a ser un elemento más del paisaje castreño. Pero confían en que no se alargue mucho y «poco a poco» se pueda atajar el problema.

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