El coronavirus arrastrará a 13 millones de niñas a casarse contra su voluntad
El matrimonio infantil es una forma de violencia que a menudo se ignora. En los próximos diez años, según la ONU, en los lugares más pobres del planeta muchos padres y madres van a hacer que sus hijas contraigan matrimonio para aliviar la carga económica de la familia
La expansión del coronavirus ha impactado de forma muy negativa en las economías más avanzadas, pero tendrá consecuencias devastadoras en los contextos humanitarios frágiles y ... en los países de bajos ingresos o afectados por conflictos, lugares donde las personas, especialmente los niños, ya viven en situaciones precarias y difíciles. En estas zonas el virus también ha desbordado sus sistemas de salud ya de por sí débiles, la pandemia ha cerrado establecimientos sanitarios y ha limitado los servicios que desde diferentes estamentos se ofrecen a mujeres y niñas, como el acceso a anticonceptivos. Las alteraciones de las cadenas de suministro mundiales han provocado una importante escasez de los mismos. Durante los sucesivos confinamientos y las restricciones de circulación impuestas por los gobiernos, ha sido complejo hacer lo posible por impedir las muertes maternas evitables y las organizaciones que trabajan para combatir el matrimonio infantil se han enfrentado a más dificultades para operar.
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Como resultado, «las mujeres y niñas que han perdido su capacidad para planificar sus familias y proteger sus cuerpos y su salud se suman por millones», asegura la doctora Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas especializado en la salud sexual y reproductiva que trabaja en más de 150 países en desarrollo, donde vive más del 80% de la población mundial. Kanem calcula asimismo que durante el próximo decenio podrían producirse dos millones de casos de mutilación genital femenina por la interrupción de los programas de prevención de dicha práctica en respuesta a la Covid-19. «La pandemia también ha socavado parte de los esfuerzos para erradicar el matrimonio infantil, lo que podría dar lugar a 13 millones de matrimonios infantiles adicionales entre 2020 y 2030 que de de otro modo no habrían tenido lugar«, concluye. «Las escuelas protegen a las niñas. Cuando las escuelas cierran, los riesgos (del matrimonio) aumentan mucho», según Mwangi-Powell.
Razones diversas y complejas
Doce millones de niñas se casan cada año en todo el mundo, antes de los 18 años, casi una niña cada tres segundos. Las causas del matrimonio infantil son diversas y complejas. Es posible que las familias consideren que es una manera de proteger a las niñas frente a las relaciones sexuales prematrimoniales, el embarazo fuera del matrimonio, la violación e incluso la prostitución. A través de un matrimonio prematuro, creen, se reduce considerablemente el riesgo de incertidumbre con respecto a sus expectativas o de dañar el honor de la familia, lo que no quiere decir que no haya riesgo físico, psicológico y de otro tipo para la propia niña. La pobreza también es un factor clave del matrimonio infantil. Los padres y las madres hacen que sus hijas contraigan matrimonio en tiempos difíciles porque creen que están aliviando la carga económica de la familia.
«La profundización de la pobreza por la crisis de salud probablemente lleve a muchas familias a casar a sus hijas de forma anticipada», asegura la experta en matrimonio infantil de la organización World Vision Erica Hall. «Si no comenzamos a pensar ahora en cómo prevenirlo, será demasiado tarde», lamenta. En Girls Not Brides, una asociación global compuesta por 1.400 colectivos que trabajan para terminar con el matrimonio infantil. Si bien las interrupciones provocadas por la pandemia en los países de Occidente han presentado muchos desafíos prácticos que debemos tener en cuenta para los estudiantes, cuidadores y educadores, no debemos olvidar que para muchos niños del mundo, no ir a la escuela es otra amenaza para su bienestar y protección. «Las escuelas protegen a las niñas. Cuando estas cierran los riesgos de que acaben siendo casadas aumentan mucho. Incluso después del COVID, es probable que muchas niñas no vuelvan a la escuela, lo que da mucho miedo. Tenemos que asegurarnos de que lo hagan«, advierte Hall.
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El matrimonio infantil afecta tanto a niños como a niñas, pero mayormente son éstas las que lo sufren. De hecho, las leyes relativas a este tipo de enlaces suelen promover en muchos países esta forma de discriminación, al establecer una edad mínima legal más baja para ellas que para los ellos. Así pues, en 158 naciones la edad legal para contraer matrimonio está fijada en los 18 años. No obstante, en 53 países las niñas pueden casarse legalmente entre uno y tres años antes que los niños. A día de hoy y según datos de Naciones Unidas, en países en vías de desarrollo, una de cada tres niñas contrae matrimonio antes de cumplir 18. Esta práctica es más frecuente en Asia Meridional y África subsahariana, en algunas partes de América Latina, el Caribe y Medio Oriente. Dice la ONU que el matrimonio infantil «es una violación de todos los derechos de las niñas» y que les obliga a «asumir responsabilidades para las cuales no están ni física ni psicológicamente preparadas. Las niñas que son obligadas a casarse se ven atrapadas para el resto de sus vidas en una realidad que equivale a la esclavitud«.
No son casos raros ni esporádicos. La fotógrafa estadounidense Stephanie Sinclair viajó por el mundo durante una década para documentar el fenómeno de las niñas-novia y sus 34 imágenes testimoniales se han publicado en numerosas ocasiones bajo el título 'Too young to wed' (demasiado joven para casarse). Fotos nupciales de niñas de 9, 10 y 11 años en países como Afganistán, Guatemala, Nepal, India, Etiopía, Tanzania y Yemen y 43 más. Niñas que son metidas en camas de adultos e incluso ancianos.
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