El motero que hace ropa vegana para pilotos

A cualquiera que piense en un motero le vendrá a la cabeza un tipo con tupida barba, embadurnado de tatuajes y lleno de pendientes. De esos con gafas de sol y 'chupa' de cuero llena de parches en cuya espalda aparece algún nombre abominable. Algo del estilo 'Los satanases del infierno', aquel mote que Homer Simpson puso a su descafeinada y cómica cuadrilla de motoristas. Pero el espejo de los estereotipos a veces se rompe añicos. «Ya verás... Dirán que cómo voy a ser respetuoso con el medio ambiente si me gustan las motos». Mario Alonso hace el clásico saludo para los que van sobre dos ruedas en forma de 'V', 'V' de vegano. Este joven emprendedor aceleró hacia esta filosofía hace tres años y medio por «el respeto a los animales y al medio ambiente». Y ha conducido su estilo de vida y aficiones hacia Andromeda Moto, un pequeño proyecto de equipación de ropa 100% sintética para motoristas y que apuesta por la transición hacia una industria sostenible.

«El veganismo no es solo una dieta. Va asociado a un estilo de vida. Por ejemplo, no ponerse prendas con materiales de origen animal, no ir a ciertos espectáculos en los que participan animales...», detalla Mario. Aunque sí que es cierto que la comida es el aspecto que más suele saltar a la palestra. «En mi familia siempre hemos comido variado y de forma saludable. Quería tener una dieta más respetuosa con el medio ambiente y me di cuenta que había muchas falacias en torno al veganismo. Que si provoca déficit de vitaminas, que si los veganos son débiles... Es todo mentira». Mario, que es amante de los deportes, cita como ejemplo al piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton, y tenistas como Novak Djokovic y las hermanas Venus y Serena Williams. Todos ellos no comen carne ni pescado y evitan tomar también cualquier producto derivado de animales como, por ejemplo, huevos, lácteos o miel.

¿La razón? «No es solo evitar el sufrimiento y la muerte animal. Además, el veganismo favorece la sostenibilidad del planeta, como por ejemplo el ahorro de agua en la producción de alimentos. La cosecha de vegetales, siempre que sea ecológica, necesita menos hidratación -y químicos- que cualquier macroproducción o sistema en el que haya animales involucrados», explica Mario. La única vitamina exclusivamente de origen animal es la B12, que puede ser sustituida por una píldora semanal. Sobra decir que en la despensa de Mario -y en la de cualquier vegano- no pueden faltar todo tipo de verduras y de legumbres. Sobre todo estas últimas, porque son una fuente de carbohidratos complejos y proteína vegetal de calidad. Y también están en la nevera «productos muy útiles», como el tofu, el seitán o la soja texturizada. Otro aporte proteico necesario para compensar el ostracismo cárnico. «Comer vegano se asocia a invertir más tiempo y esfuerzo en la cocina, cuando no es así. En realidad es sencillo. No tiene ningún misterio, es solo cambiar unos pequeños hábitos», defiende Mario, quien asegura que «se pueden hacer platos veganos tan ricos como los que llevan carne o derivados». Y en la hostelería «cada vez hay menos problema».

A Mario siempre le ha gustado «la sensación de libertad» al ir sobre su Kawasaki Z750. Y a través de estas inquietudes y de su pasión por el motociclismo se gestó Andromeda Moto. «Siempre me ha parecido atractivo emprender». Entonces nació un comercio electrónico con label alavés que en noviembre ha sacado a la venta nueve prendas de seguridad para motoristas hechas a partir de componentes veganos, altamente resistentes y muy flexibles «para todo tipo de público».

Ofrecen chaquetas, pantalones, guantes... «Lo primordial es la seguridad. Pero también hemos buscado materiales que ayuden a la sostenibilidad medioambiental. Muchos de ellos no precisan de agua, son desechables y sus productos químicos son lo más incuos posibles». También cuidan el proceso de elaboración. Por ejemplo, la mitad de la energía utilizada para el agua caliente, que desempeña un papel importante en los procesos de teñido y acabado, se obtiene mediante recuperación de calor a través del aire residual de las máquinas de cosido y las calderas de vapor. Aunque aún es «pronto» para hacer balance, la «acogida está siendo buena». Tan solo una hora después de lanzar la web, ya tenían un pedido desde Cansas y otro desde México.

«La industria ha avanzado en este aspecto. Ya se pueden ver muchos productos anunciados como veganos. No solo comida, también otros muy diferentes como, por ejemplo, los champús». Aunque con el etiquetado siempre se debe ser escéptico. Mario lanza un aviso: «Hay que fijarse siempre en los compuestos. Que sea vegano no significa que la comida sea sana, ni que cualquier producto sea de calidad». También pasa al revés. Y el joven señala a sus pies. «Por ejemplo, estas botas que llevo parecen de cuero, pero no lo son».

- ¿Se ha normalizado el veganismo?

- Cada vez más. A veces te sientes juzgado, pero hay que tomárselo con humor. Creo que muchas veces es por falta de información. Es necesario dar sensación de normalidad. Que la gente vea que cualquiera, desde un deportista a un empresario, puede ser vegano. Hay que sacudirse los tópicos. La filosofía vegana no es algo bohemio y solo dentro del grupo de gente más alternativa. Es una decisión al alcance de todos.