Lecturas para todas (las personas)

En el mundo que habitan Lea y Tom, las mujeres dan nombre a los colegios y a las calles, lo que deja claro que ellas se dedican a los temas importantes -léase: a la empresa, al gobierno, a la Ciencia-, mientras que son los hombres los que se quedan en casa cuidando a las criaturas y limpiando y no tienen tiempo para participar de la vida fuera de las paredes de sus viviendas.

Y no hay que darle más vueltas porque así es como ha sido siempre; vamos, que es 'lo normal' y 'lo normal', ya se sabe, es eterno y está bien. ¿O no lo es? ¿Puede el mundo ser de otra manera? Es lo que se pregunta Lea y nos invita a hacer con nuestro propio mundo.

La aventura en tierras salvajes y desconocidas... también ha sido siempre cosa de mujeres, como estas que iban cargadas de libros por la zona de los Apalaches durante la Gran Depresión para llevar a los habitantes de lugares recónditos un poco de cultura, de conocimiento variado y de fantasía frente a vidas muy duras.

Que la épica no es solo cosa de conquistadores está clarísimo; lo único que hace falta es ampliar el foco y reconocer el empeño de estas bibliotecarias expuestas a todo con tal de salvar distancias mentales. Pasamar escribe e ilustra este cuento que es más que un cuento.

Es posible que estos nombres ya suenen, porque en los últimos años muchos y muchas han escrito sobre las mujeres escritoras que, antes de la Guerra Civil, pudieron dedicarse a lo que querían, a crear (y no solo a criar, si se daba el caso).

Emilia Pardo Bazán, Carmen Baroja, María Lejárraga, María de Maeztu, Victoria Kent, Elena Fortún, Marisol Dorao, Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, vuelven a cruzarse en este libro ilustrado que habla de lo público y lo privado, de las redes de apoyo que se tejen para hacer realidad el deseo de escribir, de caminos que se topan con la guerra y el exilio y de tener que volver a empezar de nuevo.

Pues sí, en la Edad Media también vivían mujeres. Jaja. Y algunas tuvieron papeles relevantes más allá de los límites de sus hogares.

El guerrero vikingo de Birka, que resultó ser una mujer, la abadesa Hildegarda de Bingen, las místicas Margery Kempe y Juliana de Norwich y Jadwiga, la primera reina de Polonia, son algunas de las que protagonizan un libro que el año pasado se convirtió en uno de los títulos estrella de la temporada de otoño anglosajona y en un 'bestseller' según el Sunday Times.

La ginecóloga instagramer @hello.gyn anima a conocer el propio cuerpo y dejarse de tabúes, leyendas y miedos que, al final, pueden suponer un problema de salud grave.

Desde la confusión vulva/vagina hasta la manía de lavarse los genitales con ¡bicarbonato! porque ya se sabe que 'eso' nunca está bien limpio, Serrano repasa todo el temario de forma directa y amena, utilizando casos reales de consulta, para que las mujeres hagan las paces con sus cuerpos.

Teleoperadora, camarera, niñera, dependienta, peluquera, limpiadora, hum, ¿qué tendrán en común estos trabajos? Aparte de corresponderse con sectores feminizados, o precisamente por eso, la precarización y la vulneración de los derechos laborales.

La periodista Alejandra de la Fuente, creadora de la plataforma Mierda Jobs, los busca, los encuentra y se presenta para ver hasta dónde llega el abuso y hasta dónde la desigualdad.

Decir que las mujeres mayores, las viejas del título, siguen existiendo y que siguen teniendo derechos parece una obviedad, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que, al cumplir un cierto número de años, en cualquier sector y ámbito, pareciera que de repente se desvanecen, que ya no están.

Anna Freixas reedita esta reivindicación de los derechos de la mujer en la vejez frente al edadismo y rompe estereotipos y lo hace mostrando situaciones de la vida cotidiana que se consideran normales y que son reflejo de la discriminación y el rechazo social hacia las mayores.