El Gobierno vasco y los ayuntamientos de las capitales se coordinarán ante el aumento de personas sin hogar
Crean un grupo de trabajo, tras reclamar Bilbao más apoyo, para afrontar la llegada masiva de jóvenes migrantes sin redes de apoyo familiar
El SOS lanzado por el Ayuntamiento de Bilbao hace algo más de un mes, cuando reclamó un plan coordinado para hacer al incremento del sinhogarismo, ... no ha caído en saco roto. El Gobierno vasco y los consistorios de las tres capitales han constituido un grupo de trabajo para hacer frente a una nueva realidad, la de los migrantes jóvenes sin una red de apoyo que llegan a la comunidad autónoma y que se están convirtiendo en el perfil más relevante en los recursos de asistencia a las personas sin techo.
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Las instituciones, de la mano de otras administraciones y entidades, prepararán «un diagnóstico común» y una serie de «propuestas compartidas» para adaptarse a esta nueva realidad. Y es que desde las ONG que trabajan con las personas sin hogar advierten de que se está «excluyendo» a estos jóvenes precisamente porque se les atiende en los servicios sociales cuando deberían acceder al sistema a través de recursos específicos que les garanticen la inclusión al mercado laboral. Y a impulsar «alternativas de acogida inicial» a estas personas es a lo que se ha comprometido el grupo de trabajo, con la vista puesta en «maximizar las oportunidades de inclusión social y laboral de los jóvenes».
483 plazas de acogida nocturna
tiene el Ayuntamiento de Bilbao. En 2019 eran 203, menos de la mitad.
Esa era la idea de la que partían tanto la estrategia Euskarri como la que afronta la exclusión residencial grave, aprobadas en esta última legislatura. Ponen el foco en la necesidad de instaurar nuevas fórmulas porque este colectivo de jóvenes, señalan desde las organizaciones sociales, «está saturando» la red de apoyo a personas sin hogar cuando su sitio debería ser otro.
Tras el encuentro mantenido este miércoles, desde el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales han señalado que la llegada de estas personas, «en aumento tras la pandemia», está impactando «principalmente» en Bilbao, Vitoria y San Sebastián, pero también «en otras localidades como Getxo, Barakaldo e Irún». Aunque no en todas «de la misma forma». De hecho, la capital vizcaína es la que concentra buena parte de las personas que no tienen un lugar en el que pernoctar, y también los recursos. En 2019, por ejemplo, había 203 plazas de acogida nocturna, y en la actualidad, 483.
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En los últimos meses, las instituciones vascas han apreciado un aumento en la demanda de apoyo social a raíz del crecimiento de los flujos de llegada, aunque el último dato actualizado a nivel de Euskadi procede del censo nocturno elaborado por las administraciones y los voluntarios a finales de 2022. Entonces, casi ocho de cada diez personas sin hogar eran de origen extranjero, y uno de cada cinco eran jóvenes que procedían del sistema de protección de menores.
Aumento de la inversión
En ese sentido, la consejera en funciones Nerea Melgosa ha puesto en valor programas como Trapezistak, impulsado cuando se cerraron los refugios habilitados de forma provisional durante la crisis sanitaria. «Se trataba de evitar que tuvieran que regresar a la calle y reforzar su proceso de inclusión, con respuestas coherentes con el modelo vasco de acogida e integradas en las políticas de migraciones y juventud, como una medida de acción positiva con jóvenes en situación de vulnerabilidad extrema», ha expuesto la titular de Políticas Sociales.
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Este plan ofrece alojamiento con acompañamiento social, intervención socioeducativa e intermediación laboral para impulsar la inclusión de jóvenes migrantes que llegan solos. En 2023, atendió a 606 usuarios, de los que 206 salieron del programa y 149 de ellos con los objetivos cumplidos. El resto continúa su proceso. De cara a este 2024, el presupuesto se ha incrementado un 25%, de 4 a 5 millones de euros.
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