La Fiscalía vasca denuncia una «muy grave» falta de coordinación policial en violencia machista

La fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, denunció ayer la existencia de un problema «muy grave» de falta de coordinación entre la Ertzaintza y las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) -Policía Nacional y Guardia Civil- en materia de lucha contra la violencia de género. «Aquí no se trata de que cada uno diga que tiene un mejor sistema de valoración» sino que «lo importante es que cada uno haga la parte de su trabajo», afirmó en una comparecencia ante la Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Justicia del Parlamento de Vitoria, en la que presentó la memoria de la Fiscalía vasca correspondiente a la actividad de 2022.

Adán se refería así a los distintos protocolos de valoración del riesgo que utilizan Guardia Civil y Policía Nacional -Viogen-, por un lado, y la Ertzaintza -Eba-, por otro. Estos mecanismos han quedado en evidencia, sobre todo, en un caso: el asesinato de Maialen, la joven vitoriana a la que su expareja mató de una puñalada tras seguirla desde Valencia. Mientras que en el resto del país, este caso era considerado de riesgo extremo, al llegar a Euskadi, su valoración se redujo. El próximo diciembre se celebrará una nueva reunión del grupo de trabajo sobre violencia de género, en la que en el orden del día figura «otra vez» el tema de la coordinación entre el Ministerio de Interior y la Ertzaintza.

En este sentido, la titular de la Fiscalía Superior del País Vasco reconoció que las cifras de la violencia de género en la comunidad autónoma «son demasiado elevadas». Adán admitió un «repunte» en los delitos de quebrantamiento de la prohibición de acercamiento y comunicación con la víctima, por lo que «realmente no siempre se logra la eficaz protección de la víctima con estas medidas de prohibición de alejamiento».

La máxima representante del Ministerio Público en Euskadi mostró su «preocupación» por el incremento «exponencial» de los delitos contra la libertad sexual, y alertó de la especial gravedad de los que se cometen en grupo y cuyas víctimas son menores. En su opinión, «es evidente que el acceso a la pornografía temprana está influyendo» y detrás existe un fallo en la educación sexual. «Cada vez hay más» agresores menores «que no tienen conciencia de estar cometiendo un delito de agresión sexual», señaló.

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