Euskadi se ha preparado para atender hasta 600 migrantes en un día

A la estación de autobuses de San Sebastián llegó hace casi un año un autobús de migrantes subsaharianos «exhaustos, desorientados y con necesidad de descanso, higiene, alimentación y recuperación». Tras alcanzar la costa andaluza en pateras seguían su periplo hacia otros países de Europa, pero antes buscaban ayuda. Esto marcó un antes y un después en Euskadi, que a partir de entonces y en colaboración con la Cruz Roja coordinó a sus instituciones para tejer una red de albergues de acogida de emergencia que diese respuesta a esta situación.

Hasta marzo de este año, han pasado por sus instalaciones 8.662 personas, según detallaron ayer el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, Jonan Fernández, y la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia. Juntos presentaron el plan de contingencia 2019 para la atención humanitaria a migrantes que llegan en tránsito. El 95% de ellos, señalaron, continúa su camino antes de cinco días. De los que quedan, la mitad se van en 15 días. En el periodo analizado, unos 150 migrantes se quedaron en la comunidad durante más tiempo, indicaron.

Con la llegada del buen tiempo y hasta octubre, se esperan nuevos picos de afluencia. El pasado año, la semana más intensa fue la de 13 al 19 de agosto, cuando se registró la llegada de 871 migrantes de paso. Están habilitados albergues en las tres capitales vascas e Irún, además de los complementarios de Berriz y Oñati para situaciones de «especial necesidad» o «vulnerabilidad». Pueden recibir un pico de hasta 250 personas en un mismo día, pero son capaces de aumentar sus plazas y gestionar una situación «excepcional» que suponga la llegada de más de 600 en un mismo día.

Cruz Roja organiza el dispositivo junto con la Secretaría de Estado para la Inmigración. El alojamiento es voluntario. Tienen prioridad las personas convalecientes y las mujeres con o sin menores a su cargo. Durante el proceso de admisión, reciben atención médica, información, se les dejan cargadores de teléfono, acceso a zona wifi y se les ayuda a contactar con los familiares. La estancia máxima es de cinco días aunque se puede alargar en los casos más complejos. En esas jornadas además de cama, ropa y comida, se les presta ayuda individualizada. Si desean pedir asilo o quedarse, se les deriva a otros recursos institucionales.

El 4% de las personas atendidas en estos meses se alojó en el albergue alavés; el 60% lo hizo en los de Bizkaia y el resto optó por Gipuzkoa. La gran mayoría eran hombres; un 13% mujeres y el 2% menores. Cuatro de cada diez procedían de Guinea-Conakry; el 20%, de Mali; el 12%, de Costa de Marfil y un 28%, de Camerún, Nigeria y Burkina Faso.

Una comisión permanente evalúa las necesidades de cada persona alojada, indicó el responsable de Cooperación, quien destacó el haber logrado «tejer una gran colaboración interinstitucional y social que nos ha permitido trabajar conjuntamente en la respuesta de las necesidades que nos plantea la llegada de migrantes en tránsito». A juicio de Jonan Fernández, en Euskadi «no se explicitan de modo abierto discursos xenófobos o racistas que agitan el miedo a las personas migrantes, aunque prolifera en el entorno». El secretario general rehusó hablar de las 'devoluciones en caliente' en la frontera con Irún «porque eso desborda nuestras competencias». Según SOS Racismo, Francia expulsó a más de 7.000 migrantes el pasado año de manera ilegal, el 60% de ellos en la muga con Gipuzkoa.