Un usuario de silla de ruedas en un autobús. Elkartean

Un estudio pone de manifiesto la odisea que supone para los vascos con discapacidad viajar en autobús

Elkartean analiza el proceso de adquisición de los billetes, las condiciones de los vehículos y las estaciones para estos usuarios

Martes, 22 de octubre 2024, 11:07

«Es injusto, no tiene sentido que no podamos comprar el billete por internet». Lo dice un vasco con movilidad reducida que encuentra trabas para ... viajar en autobús desde el momento en el que intenta adquirir el ticket. Elkartean, la asociación coordinadora de personas con discapacidad física de Euskadi, ha elaborado un informe que recoge las experiencias de dieciséis usuarios (10 con sillas de ruedas, 3 con movilidad reducida y 3 con discapacidad visual) a lo largo de 37 desplazamientos interurbanos de las líneas que unen las capitales, Eibar y Zarauz.

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El documento analiza tres aspectos «fundamentales», como son la compra de billetes, las estaciones y las condiciones de los vehículos. Los participantes han tenido problemas desde el primer paso. «Las páginas web no permiten la adquisición de billetes para viajar en las plazas reservadas para personas usuarias de silla de ruedas, ni en los asientos reservados para las personas con movilidad reducida», indican.

Del mismo modo, tampoco la persona acompañante, que puede viajar de forma gratuita, podía adquirir el billete. Los usuarios tuvieron que acudir a las taquillas y enfrentar el segundo escollo: unas estaciones que en ningún caso cumplen «con la normativa vigente» sobre «señalización». Tampoco utilizan «información sonora», con «el consiguiente perjuicio para las personas con discapacidad visual».

Los mostradores «cumplen las condiciones técnicas de accesibilidad», pero «en ocasiones se encuentran cerrados». «Se ha observado –exponen– que solo un mostrador tenía debidamente señalizado el bucle magnético», un dispositivo que transmite una señal sonora a las personas con discapacidad auditiva.

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Entrar en las estaciones es también complicado. El acceso que «mayores dificultades» presenta es el de San Sebastián, dado que «dispone de una rampa sin ningún tipo de descansillo». En Bilbao, para llegar de los andenes del metro San Mamés a las dársenas de la intermodal, «las personas con movilidad reducida deben coger cuatro ascensores».

Sin asientos suficientes

Empieza el viaje, y los inconvenientes continúan. El 15% refirió «algún problema» para subir al autobús «por las características de las plataformas» elevadoras y por las «dificultades en la maniobrabilidad para el acceso a los espacios reservados a usuarios de sillas de ruedas». Eso, cuando los había. Y es que «en la mayoría» de los autocares constatan que «hay solo dos asientos reservados para personas con movilidad reducida», y no cuatro como establece la legislación, y «solo un espacio» para viajeros en silla de ruedas, en lugar de los dos exigidos.

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El 21% de los participantes en el estudio aseguraron además que el vehículo no disponía de anclajes, y otro 32% que el personal de conducción no sabía cómo usarlos, «teniendo en alguna ocasión que parar el autobús en el camino por haberse puesto incorrectamente y, en consecuencia, volver a colocarlos». En el 69% de los casos en los que hubo algún problema no se ofreció «otra alternativa de desplazamiento» a pesar de tratarse de «una obligación legal».

Lexuri Badiola, de Elkartean, lamenta que estas «carencias impiden que las personas con discapacidad puedan utilizar este servicio en igualdad de condiciones». De ahí que urja a «trabajar para implementar medidas que corrijan esta situación».

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