Emakunde aspira a reducir el porcentaje del 27,4% de vascos que no ven «muy grave» la violencia machista
Presenta la estrategia hasta 2030 del servicio Gizonduz, que ofrece formación para lograr nuevas masculinidades más favorables a la igualdad
El «auge de las posiciones reaccionarias y neomachistas» es un fenómeno del que vienen alertando expertos e instituciones. La directora de Emakunde, Miren Elgarresta, ha ... vuelto a hacerlo este martes en la presentación de la Estrategia 2030 Gizonduz, dirigida a evitar que las nuevas generaciones se alejen de la lucha por la igualdad y conseguir que mujeres y hombres vivan en las mismas condiciones
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La responsable del Instituto Vasco de la Mujer ha presentado en el Consejo de Gobierno las líneas generales para los próximos cinco años de este servicio para el trabajo con hombres y masculinidades por la igualdad, que se marca entre sus principales metas conseguir que el 80% de los hombres consideren que la violencia machista «es un problema social muy grave».
Ahora lo entienden así un 72,6%, lo que supone que casi tres de cada diez no lo ven de esa manera, según los datos de un informe que presentarán este viernes. Otro de los objetivos que contribuirá además a conseguirlo es «incrementar el número» de varones sensibilizados. La idea es alcanzar «al menos 25.000 hombres formados» en 2030 en los distintos cursos de Gizonduz. Según los datos hechos públicos por Elgarresta, a diciembre de 2023 habían pasado estos talleres 18.735. También aspiran, en ese sentido, a reducir al 5% (ahora son el 6,9%) aquellos vascos que están dentro de la 'caja de masculinidad', en la que se sitúan los hombres «que tienen visiones más tradicionales y estancas de la masculinidad».
Una investigación del Ararteko advirtió hace unos meses de que cada vez más jóvenes vascos se sentían «víctimas del feminismo». Y en Emakunde, de acuerdo a la estrategia, quieren trabajar «en positivo». El documento recoge, en ese sentido, que «la experiencia» de los últimos años «demuestra» que es «más efectivo atraer e involucrar» a los hombres en la promoción de la igualdad «si se evite recurrir a generalizaciones», porque pueden «generar en ellos la sensación de ser tratados como culpables, sospechosos o agresores potenciales».
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Cuestionar los privilegios
«Es fundamental adoptar una aproximación basada en la escucha activa, la empatía, el reconocimiento de su diversidad y la consideración de su rol como posibles agentes de cambio hacia la igualdad», subraya la estrategia, que hace hincapié no obstante en que, en el trabajo con varones, es «prioritario» también abordar el «cuestionamiento del poder y de los privilegios masculinos».
Otra de las metas, en ese sentido, es aumentar «la corresponsabilidad» en el trabajo doméstico y de cuidados. Así, el Instituto Vasco de la Mujer aspira a que los varones dediquen «al menos dos horas diarias» a esto, ligeramente por encima de las 1,7 horas que destinan en estos momentos. Y también que accedan a «al menos el 20% de las excedencias para el cuidado de hijos e hijas», frente al 14% actual. «Queremos que Euskadi siga siendo un referente y que acelere el logro de la igualdad de mujeres y hombres», ha subrayado Elgarresta, que ha destacado que el inicio de Gizonduz (en 2007) y la ampliación de sus competencias ha dado «un salto cualitativo» en ese objetivo.
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