Los colegios afrontan hoy su prueba de fuego

Educación ha previsto un regreso progresivo a las aulas como una de las medidas para luchar contra los contagios. Con ello espera evitar aglomeraciones en los accesos y en los centros, propias de los primeros días de clase, y dar un margen para que los escolares más pequeños aprendan las rutinas antes de llenar los colegios con todos los cursos.

De ese modo, hoy comienzan las clases solo los alumnos hasta los 14 años. Deberán haberse tomado la temperatura en casa y, en muchos centros, se la mirarán al llegar, antes de poner un pie en el recinto escolar. Algunas direcciones han hecho firmar a los padres una declaración de responsabilidad en la que se comprometen a tomar la temperatura a sus hijos a diario y a no llevar a los menores al cole si tienen fiebre o cualquier síntoma compatible con el Covid.

Las escuelas también han establecido diferentes horarios de entrada y salida para los distintos cursos, lo que obligará a los padres que tengan varios hijos a hacer más de un desplazamiento al centro escolar. Esta medida ha desatado las críticas de algunas familias por los problemas de conciliación laboral que les genera.

Una vez en el colegio, los acompañantes no podrán entrar en el recinto escolar. Hoy muchos docentes esperarán a sus alumnos en los accesos a los edificios y los acompañarán a clase. Esta primera jornada -y probablemente varias más- se dedicará a que los maestros expliquen a los pequeños las nuevas normas, como la limpieza de manos cinco veces al día, a no compartir materiales o las rutas que deberán seguir por los edificios. La atención emocional de los pequeños será otra de las prioridades de este complicado arranque de curso.

Las direcciones han pedido a los docentes que impartan las clases con las ventanas abiertas, al menos durante estos primeros días en los que no hace frío. El resto del curso se ventilarán las aulas diez o quince minutos entre sesión y sesión.

Los escolares descubrirán hoy un escenario muy diferente al que dejaron en sus colegios: carteles con recomendaciones de higiene en las paredes, líneas a seguir marcadas en los suelos, espacios divididos en los patios... Los más pequeños asumirán también desde hoy que, además de no poder moverse a sus anchas, solo podrán tener relación con su grupo 'burbuja', los compañeros de clase, y su profesor. En los recreos deberán ajustarse a espacios limitados y no podrán disfrutar de sus habituales juegos.

El Gobierno vasco también se enfrenta desde hoy a una dura prueba: comprobar si el sistema educativo vasco estaba preparado para hacer frente a la pandemia desde las aulas. El Departamento de Educación defiende que las medidas marcadas en los protocolos que ha elaborado junto con Salud permiten «garantizar» una vuelta segura. En estas primeras semanas se verá si las acciones diseñadas permiten prevenir contagios, detectar los casos que se produzcan y actuar con rapidez para evitar que se propaguen los brotes. O si los cierres de colegios se suceden desde el arranque del curso.

Los sindicatos hicieron sonar las alarmas al convocar una huelga -el 15 de septiembre- a pocos días de la apertura de las escuelas porque creen que, con los medios actuales, «no se puede garantizar la salud de la comunidad escolar». Las centrales ELA, LAB, Steilas, CC OO y UGT consideran que hace falta una reducción de alumnos por aula, más profesores y personal de limpieza y comedores y materiales de protección contra los contagios.

Las familias, por su parte, viven esta complicada vuelta al colegio con mucha incertidumbre e, incluso, miedo. Hay padres que han advertido de que no van a mandar a sus hijos al colegio si no ven que suficientes medidas de seguridad. El Gobierno vasco lanza mensajes desde hace semanas sobre «la obligación» por ley de enviar a los niños a los centros escolares, al menos a los de la etapa de 6 a 16 años. Educación ha advertido que vigilará de forma especial el absentismo escolar. Ha pedido a los colegios que lleven un control estricto de las faltas de alumnos sin justificar.