Gisele Pelicot entra a los tribunales de Aviñón, Francia, donde estos días se celebra el juicio contra Dominique Pélicot. EFE

La doble cara del hombre que drogaba a su mujer para que la violaran: abuelo cariñoso de día y psicópata de noche

Psiquiatras y psicólogos profundizan sobre la personalidad de Dominique Pelicot en los juzgados de Aviñón

Lunes, 9 de septiembre 2024

El juicio contra Dominique Pelicot está resultando una historia para no dormir. Este lunes varios especialistas en salud mental han profundizado en la mente de este hombre que drogaba a su mujer para que otros la violaran y fotografiaba a su hija y su nuera desnudas. Los exámenes psiquiátricos que le han realizado durante la investigación dicen que «el acusado no padece ninguna patología mental» sino una «desviación sexual o parafilia de tipo voyerista». 

Publicidad

Su ahora ex mujer tiene un relato doble sobre Pelicot. Un abuelo «cariñoso», un «supertipo». Ella explica que en 50 años nunca le había visto decir nada obsceno sobre una mujer. Para ella era «un joven seductor, de cabellos largos», del que se enamoró en 1971 y con el que formaba una «pareja fusional» -tenían la necesidad de estar constantemente juntos-. A sus nietos los ayudaba con los deberes y les acompañaba como buen abuelo a las actividades deportivas. Sus vecinos también tenían una buena imagen de él. Salía con ellos a andar en bicicleta por el famoso Mont Ventoux, cerca de su domicilio en Mazan. 

Pero todo esto sólo era una de las caras de Pelicot. De noche, cuando nadie le veía y su mujer «dormía», se transformaba en un reclutador de violadores desconocidos para que agredieran a su mujer, a la que drogaba. Según los investigadores, en al menos 200 ocasiones entre julio de 2011 y octubre de 2020. Paró cuando le detuvieron por grabar bajo las faldas de las clientas en un centro comercial. 

Carácter «colérico»

La primera experta en declarar ante el tribunal ha sido la psicóloga Marianne Douteau. Destacó el carácter «colérico» de Dominique Pelicot, que inspiraba «miedo», y ocultaba «la mentira». Unos rasgos que serían parecidos a los de su padre, al que odiaba. Sus progenitores regentaban un hotel-restaurante y él había trabajado en la industria nuclear antes de dedicarse al sector inmobiliario, con poco éxito. «La sexualidad del señor Pelicot parece calcada de su personalidad: ordinaria en público, pero dentro de su pareja tiene una sexualidad tenaz», explicó Douteau. La psicóloga puso como ejemplo el intercambio de parejas que su esposa y principal víctima, Gisèle Pelicot, rechazaba rotundamente y que el acusado compensaba «utilizando sitios de chat pornográficos».

Después del testimonio de su exmujer y de su hija la semana pasada y del de sus otros dos hijos, previsto este lunes, el primer interrogatorio de Dominique Pelicot debería haber tenido lugar este martes, pero no será así. El principal acusado se ausentó de la vista ayer con supuestos dolores intestinales. Parecía muy débil cuando entró en el banquillo de los acusados, apoyado en su bastón, constató un periodista de la AFP en la sala. Hoy se ha confirmado que el principal acusado no prestará declaración de momento.

Publicidad

Además de Dominique Pelicot, el proceso juzgará hasta mediados de diciembre a otros 50 hombres -uno de ellos en rebeldía- por violación con agravantes, un crimen penado con hasta 20 años de prisión. Sus abogados anunciaron este lunes a la prensa que presentarán denuncias por amenazas tras la difusión de los datos personales de los acusados en las redes sociales, en este caso que dio la vuelta al mundo.

La hija, la nuera y los nietos

La hija de la pareja, Caroline Daria, su nuera, cuyo nombre no ha trascendido, sospechan que Dominique también abusó de ellas. La nuera incluso teme que los nietos de Pelicot, con los que a menudo se quedaba a solas y se mostraba muy cariñoso, hayan sufrido abusos a manos de quien su hija considera ahora «uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años».

Publicidad

Darian, pseudónimo bajo el que escribió el libro 'Dejé de llamarte papá', relató hace unos días, en una intervención de veinte minutos, cómo fue la relación que tenía con su padre. «Yo le quería, adoraba la imagen del hombre al que creía conocer, un hombre sano, amable y considerado. Nos unía una plena confianza», ha asegurado frente al tribunal penal de Aviñón en el que se juzga a medio centenar de hombres, de entre 26 y 40 años, por la violación con agravantes diversos de su madre, Gisele Pelicot. En los abusos participaron 22 hombres más, pero no han podido ser identificados pese a que hay constancia de sus delitos por las grabaciones que Pelicot guardaba en su ordenador y discos duros.

Darian se enteró de lo que había sucedido cuando se lo comunicó su propia madre, que tampoco era consciente de las violaciones. Solo tenía lagunas de memoria que le hicieron temer que sufría alguna enfermedad degenerativa. «Mi vida cambió el 2 de noviembre de 2020. Ese día mi madre me dijo: he pasado casi todo el día en la comisaría, tu padre me drogaba para violarme con desconocidos», ha recordado. Fue entonces cuando la relación con su progenitor sufrió un lógico «cataclismo». Desde entonces, tanto ella como sus hermanos viven inmersos en un profundo dolor que Darian no desea a nadie.

Publicidad

Por si fuese poco, los investigadores, que descubrieron el caso tras el arresto de Pelicot por filmar en un supermercado a mujeres por debajo de la falta, también encontraron fotografías en las que aparece la hija. «Vemos unas nalgas en primer plano. Son de una mujer que duerme en posición fetal. No la reconozco», ha afirmado Darian, a quien un policía le reveló que se trataba de ella. «Descubro que mi padre me fotografió a escondidas, desnuda. ¿Por qué?», se ha preguntado, tan dolida como perpleja, y sospechando que también pudo haber sido víctima de Pelicot. »¿Cómo puede una reconstruirse cuando lo sabe?», ha inquirido al tribunal.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad