Los tambores salen de tardeo

Las sociedades gastronómicas vivirán este domingo su gran día, aunque esta vez será especial para conmemorar los 50 años de la Tamborrada y probar de paso un nuevo recorrido, a media tarde, para animar la fiesta. Más de 250 cocineros, soldados y cantineras saldrán a las 19.00 horas de la Torre de Doña Otxanda para llegar por la calle Diputación a la Plaza de España. De allí, pasadas las ocho, atronarán por la calle Dato, San Antonio y parque de La Florida hasta el Hotel NH Canciller Ayala donde cenarán. No habrá caracoles ni perretxikos pero sobrarán ganas de reforzar una fiesta necesitada de relevo. Luego, a las once y media, interpretarán todo el repertorio en la escalinata de la Diputación y saldrán por el Casco Medieval.

Alaia participará con seis integrantes «como los últimos años», aunque lamenta que algunos «se han ido perdiendo». Encaran la cita con ilusión porque «dará un poco más de alegría a las calles». Su única crítica viene con la cena: «Se podían haber lucido un poco más con el postre».

Serán cinco los miembros de Aldapa que desfilarán «con muchas ganas porque aún recordamos la celebración del 25 aniversario, que fue muy bonita», dice Gotzon García. Por eso, recuperar la celebración conjunta y realizar el recorrido por la tarde lo ven como ideal para festejar que «a lo tonto hemos cumplido 50 años».

En Amairu Bat se espera la presencia de seis soldados azules, aunque no descartan que a última hora se sume algún cocinero. «Nunca hemos sido muchos; la gente se va haciendo mayor y cuesta que se coja el relevo por los jóvenes», señala Kike Herrera. Con la celebración especial de este año, en su txoko se van a quedar sin probar «la tarta casera de San Prudencio de Pedro Montoya», pero considera que es una buena decisión «variar algo que se lleva haciendo toda la vida por ser un año diferente, memorable».

En Arabarrak saldrán «doce cocineros», alguno menos que otros años porque al caer la fiesta en domingo se han producido bajas entre los 18 «habituales». Y la novedad de cenar junto al resto de integrantes de la Tamborrada solo la disfrutará uno de sus componentes en representación de todos, pues el resto «se quedarán en la sociedad al ser una noche especial en la que recibimos a muchos invitados y no les podemos dejar solos».

Azkenean tiene el honor de ser el txoko «más representado» con 42 cocineros en el desfile. «Nos lo tomamos muy en serio y somos una sociedad con mucha actividad», asegura Carlos Martín. Como es domingo, aprovecharán para estirar la fiesta a lo largo de todo el día, empezando por el partido del Baskonia y una comida en su sede «a base de perretxikos y caracoles». Y afrontan con especial ilusión la marcha por la tarde: «A ver si hay más gente porque pasear sin público no hace mucha gracia».

«Nosotros vamos hacia arriba», se congratula Ana Cía desde Burduntzi. Una sociedad que va creciendo en representación al alcanzar los catorce cocineros este año cuando en 2018 empezaron por la mitad. Esta vez, con la novedad de compartir espacio con el resto de la Tamborrada. «Conseguiremos hacer más piña entre todos y también esperamos que contribuya a incrementar la presencia de gente que salga a verlo a la calle».

Bustinzuri ha ido perdiendo representantes en los últimos años hasta los «seis u ocho» que tomarán hoy las calles. «Hay poco relevo y no son fechas sencillas para quien no lo vive. Pero para los que salimos es el día más grande del año y hay que darlo todo por la fiesta y la sociedad», asevera Tomás Rojo. Y ahora esperan que «se enganche gente gracias al tardeo».

Casino Artista Vitoriano tendrá una treintena de participantes, una cifra estable «porque por las vacaciones unos entran un año y otros salen al siguiente», como dice José Manuel Justo. En esta ocasión será una celebración «atípica» por las novedades que representan tanto el desfile como la cena, que consideran que será ideal para fomentar «la hermandad» entre todos.

Celedón, una de las sociedades veteranas al llevar en liza desde 1978, contará con una decena de participantes. Una cifra que «ha repuntado porque desde la pandemia quiere salir más gente después de unos años en los que se había notado bajón», celebra Soraya Pereda. La celebración especial propiciará que «los de siempre» se libren de la cocina y, además, han preparado una bonita sorpresa para la cena en el hotel.

En Gardel Enea saldrán este año, tras más de veinte participando, tres personas «cuando ha habido épocas que éramos hasta catorce». Lamentan que los jóvenes no se animen y que «el ímpetu se les vaya cuando se acaban las reuniones». Eso sí, dentro de ser pocos, «esta vez nos libramos de tener que hacer la cena» y contarán con la compañía de todos los componentes de la Tamborrada.

Gasteiz Gain saldrá esta tarde con cuatro representantes. Hace años eran más, pero sus tambores han ido descendiendo «porque hay mucha gente mayor y no tenemos demasiado relevo generacional». Por eso, desde esta sociedad que lleva más de cuarenta años en la pomada consideran que los actos especiales por la celebración del cincuenta aniversario son «una fecha muy señalada y un buen momento para potenciar la cantera», refleja Xabier Barona, al alimón presidente de la Tamborrada.

Gazte Bizkor estará presente en la Tamborrada de nuevo con un solo representante, una cuestión que se reproduce «desde bastante antes de la pandemia» e incluso reconoce que «en ocasiones» no se ha animado a salir. «Antes éramos seis, pero la gente cada vez tiene más compromisos y se va perdiendo». ¿Y por qué decide salir aunque sea uno solo? «Conoces gente, haces amigos y es mucho mejor que quedarse en casa», relata.

En Gure Kabia llegaron a ser una treintena los que se apuntaban a la fiesta, pero los últimos años la cifra se había reducido considerablemente y esta vez partirán tan solo seis. «Este año, las fechas son especialmente malas con tantas vacaciones, y estamos de capa caída». Pese a ello, los supervivientes encaran la cita «con mucha ilusión y más ganas» y destacando que «lo mejor» de esta noche es que «a nadie le va a tocar cocinar».

En Kakiturri van «para arriba» y una veintena de sus miembros vestirán hoy sus mejores galas. «Hace diez años estábamos menos, pero los jóvenes han cogido el relevo y hay muchos mayores que ahora que se han jubilado también se animan», explica Ixona Irizar. Su particular pena es que en la sociedad tienen «un cocinero excelente» que esta vez no les va a deleitar con sus creaciones. Y esperan que «perder el encanto de la noche» se compense con la presencia «de muchos niños» en el desfile por la tarde.

En Kukubarre hay 'fichajes' para esta Tamborrada, ya que alcanzarán las nueve personas gracias a que se han apuntado tres externas a la sociedad. Se muestran «encantadísimos» con la cena popular porque son de los que disfrutan «hasta en los ensayos estando todos juntados», como dice Joseba Carreras. Como «superalaveses» que se declaran, no renunciarán a una de las enseñas de estas fechas. «La caracolada la haremos otro día».

Nueve soldados rojos llevarán el escudo de Landatxo, una cifra que se mantiene en el tiempo al haber heredado sus actuales miembros «de los padres o tíos que salían antes» que empezaron a hacerlo hace más de treinta años. En su sociedad, es siempre noche de fiesta grande «porque se llena de invitados» y esa tradición no se romperá a pesar de que una parte del grupo acudirá a la cena popular. «Habrá sopa Landatxo, que pasa de generación en generación, como también caracoles, cordero y tarta San Prudencio», desvela Nagore Montoya.

Los Álava fue una de las sociedades fundadoras de la Tamborrada en 1975 y uno de sus miembros mantiene hoy aún en firme ese estandarte. «Normalmente salíamos tres o cuatro, pero hemos ido perdiendo a gente y veremos si los jóvenes dan relevo», dice Eduardo Valle. Desde este colectivo se considera «importante salir por la tarde porque nos vamos a encontrar con gente por la calle después de unos últimos años en los que la cosa estaba bastante desangelada».

Para Mendiolakoak este año va a ser el de su particular reestreno porque sus socios llevaban una década sin participar. Nueve personas retomarán la tradición «con una gran ilusión», como dice Javier Martín. Y nadie mejor que quienes regresan al ruedo para hablar de la necesidad «de que se produzca un relevo porque las sociedades están perdiendo miembros» y también de hacer un llamamiento a «que se pierda el miedo» de tocar el tambor.

En Su ta Jai suelen ser cinco las personas que salen cada año, pero a la cena se suelen juntar casi una treintena. Una cuestión que cambia en esta ocasión que reconocen que «va a ser especial y diferente» por juntarse un enorme grupo de personas que se conocen «de vernos por Vitoria», detalla Jesús María Cossío.

EnZapardiel saldrán 16 personas que hacen gala de ser uno de los grupos «con mayor representación femenina, prácticamente la mitad del grupo». En esta ocasión, para mantener con vida la actividad del txoko en esta noche tan importante, solo nueve de ellos irán a la cena popular en el hotel y el resto tendrá en la sociedad un menú «muy 'extraño', con caracoles y perretxikos», ríe Iñaki González de Zárate.

Zaldiaran fue una de las trece sociedades que participaron en la primera Tamborrada y ahora un único socio mantiene «la tradición tras haber estado en la génesis de 1975». «Es muy meritorio que una idea que surgió a bote pronto se haya desarrollado durante 50 años y tenga un espíritu propio». Como cada año, el día de San Prudencio los socios se reunirán en su sede para comer.

• Temas
• Vitoria-Gasteiz
• San Prudencio