«Empecé de casera y hoy seré la directora, aún me cuesta creerlo»
Dos años después por fin debuta como tambor mayor y espera un acto emocionante por «todos los que nos han dejado» durante la pandemia
Leire Betolaza (Vitoria, 1985) recogió a finales de 2019 el relevo de José María Bastida 'Txapi' para ser la primera tambor mayor femenina, directora. Tras ... dos años celebrando la fiesta desde los balcones, su estreno llega por fin esta noche.
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- ¿Qué va a sentir cuando suba al escenario?
- Creo que los miembros de la taborrada tenemos mucha ilusión, que se mezcla con una enorme emoción por todos los que faltan. No sólo por el covid, sino que han pasado tres años desde la última vez y hay bastante gente que nos ha dejado. Esta noche intentará ser un homenaje para todos ellos.
- ¿Habrá menos tamborreros que antes de la pandemia?
- Similar a 2019. Entre adultos parece que la ilusión ha aumentado, pero en la versión infantil hemos tenido más problemas. Tres años son media vida para un 'txiki' y puede que muchos ni recuerden el acto de la Tamborrada. Hay casos en los que ha supuesto empezar de cero, aunque ojalá que hayamos conseguido plantar una semillita.
- ¿Tanta espera ha servido para eliminar los nervios del estreno?
- Siempre hay nervios, pero de esos que te sirven para estar atenta y que todo salga bien. Pero en la Tamborrada, como en otros actos culturales y 'fiesteros', hay que mantener el equilibrio entre tomárselo en serio y la lógica alegría.
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- Su predecesor, José María Bastida 'Txapi', ya se quejaba de que muchos se lo tomaban como un paseíllo de los blusas.
- La disciplina siempre es importante. Alguien que nunca ha tocado en la Tamborrada tendría que haber ensayado para que, por lo menos, le suenen las canciones. A partir de ese punto, hay que pedir que no estén de risas con quien tienen a su lado, sino que miren a la dirección para que todos podamos ir a una. Eso es lo más importante.
- ¿Qué consejos le ha transmitido 'Txapi'?
- Ha venido a algunos ensayos y me ha aconsejado que empiece despacio, que mire a los demás directores y que no dude en marcar y mandar. Y a partir de ahí, que lo disfrute porque esa es la esencia del acto. Yo creo que va a salir bien, aunque el ensayo general salió 'así-así' por los nervios y porque la acústica del Iradier Arena no ayuda mucho.
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- ¿Qué le parece que quieran adecuar la antigua plaza de toros para la cultura?
- Bien. Siempre dicen que no hay suficiente demanda para abrir equipamientos culturales, pero lo cierto es que no hacemos nada para enganchar a la gente. Fíjate que cada vez que hay función en el Teatro Principal se forman unas colas increíbles y su reforma es algo necesario para que Vitoria no se prive de cosas que ver o hacer. Sé que no hay dinero para todo, pero las instituciones no valoran el sector de la cultura que estos últimos años ha sufrido muchísimo. No lo valoran. La música es lo que a la gente le hace ser empática, tener sentimientos y nos une a todos.
- Es la primera directora en 47 años de historia. ¿Ha roto un 'techo de cristal'?
- Yo lo veo como algo natural y es la consecuencia de que cada vez salen más mujeres. Dentro de las propuestas que hubo para ser directora, pues casualidad que me eligieron porque igual era la que mejor encajaba. Hay que tomarlo con naturalidad y si sirvo de referente, pues encantada.
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- ¿Cuál es su relación con la Tamborrada?
- Primero salí en la infantil de casera y en la general estuve durante trece años de majorette para luego ser cantinera y aguadora. Ahora soy la tambor mayor y aún me cuesta creerlo. Para mí esto es como una pequeña familia con la que me reencuentro cada año y muchos incluso bajamos llorando del escenario de la plaza de la Provincia.
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