El lehendakari Urkullu, acompañado por Idoia Mendia, a su llegada al Parlamento vasco este jueves. Efe

Urkullu hace autocrítica y promete reducir las listas de espera en Osakidetza para marzo

Reconoce «ámbitos de mejora» en los servicios públicos pero censura que la oposición proyecte un relato «catastrófico»

Jueves, 14 de septiembre 2023, 10:41

«Nunca renunciaré a la autocrítica ni a la mejora continua». Iñigo Urkullu afronta el último curso de su tercer mandato con propósito de enmienda, ... sabedor de que nueve meses -las elecciones autonómicas apuntan a junio- son un mundo en política y confiado en que un arreón final puede neutralizar el desgaste acumulado por su gabinete y particularmente por su partido, el PNV. Por eso el lehendakari ha aprovechado este jueves el Pleno de Política General para proclamar su intención de centrarse en los servicios públicos, sobre todo en Osakidetza, cuyo tensionamiento desde la pandemia se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía y en un factor de clara erosión electoral.

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La cita parlamentaria por antonomasia en Euskadi, la última de esta legislatura, ha servido para constatar que todos los partidos han activado ya el chip electoral de cara a las autonómicas. Las formaciones que sustentan el Gobierno vasco, aun con diferencias, tratan de acentuar sus logros en estos últimos tres años y se apoyan en la mejora de los indicadores económicos pese a la incertidumbre y la inflación. Los grupos de la oposición, por su parte, desdeñan la autocrítica de Urkullu, censuran la «autocomplacencia» del bipartito PNV-PSE y piden un «cambio de rumbo» en base a un diagnóstico pesimista. «No comparto los relatos que presentan un balance catastrófico e incluso tercermundista», les ha reprendido el lehendakari.

La carrera hacia los comicios lo condiciona ya todo y aboca a todos los actores a moverse si quieren confirmar o revertir las tendencias reflejadas en las municipales de mayo y las generales de julio. En el caso del PNV, que ve cómo su retroceso y el auge de EH Bildu recrudecerán la lucha por la hegemonía nacionalista, se ha llegado a la conclusión de que el funcionamiento de los servicios públicos tras el covid ha propiciado un relevante castigo electoral y, además, ha agitado la conflictividad laboral no sólo en Osakidetza, sino también en Educación y en la Ertzaintza. Cuestiones que hay que resolver, o al menos mitigar, antes de enfrentarse nuevamente al escrutinio de las urnas.

Su más que probable candidato a la reelección, Iñigo Urkullu, está dispuesto a asumir ese reto. «No me duelen prendas en reconocer con visión crítica los ámbitos necesitados de reforma y mejora», ha proclamado antes de lanzar medidas focalizadas en la Sanidad. A largo plazo ha anunciado una inversión de 1.200 millones de euros durante los próximos ocho años para renovar centros de salud y adquirir nuevos equipamientos médicos. Pero, además, ha establecido un compromiso inminente, de aquí a seis meses, para que Osakidetza recupere en marzo los tiempos de espera previos a la pandemia: menos de 48 horas para obtener una cita en el ambulatorio, 65 días para una intervención quirúrgica y 90 para las cirugías cardiacas.

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Conflicto en la Ertzaintza

«No escatimaremos esfuerzos», ha proclamado. Se ha referido igualmente a Educación, el otro gran pilar de los servicios públicos y que vive una «oportunidad histórica», ha dicho, para ratificar la ley que ya está en tramitación en el Parlamento. En este sentido, ha apelado a un acuerdo «sobre la base» del pacto educativo que firmaron PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU. Y en la tercera pata, relativa a la Ertzaintza, ha vuelto a ofrecer «voluntad de acuerdo» a los sindicatos para desbloquear el conflicto laboral que se ha vuelto a escenificar este jueves por la mañana con una protesta que ha causado problemas de tráfico en Vitoria. Eso sí, ha antepuesto que un incremento salarial lineal para toda la plantilla «no es legal ni constitucional».

Otro de los terrenos en los que el mandatario nacionalista ha admitido margen de mejora ha sido en el relativo al reto demográfico porque «los datos de natalidad y de edad de emancipación juvenil no son buenos». En este campo, sin embargo, no se ha sacado de la manga nuevas medidas y se ha centrado en recordar las ayudas para la crianza de hijos de 0 a 3 años y para el acceso a la vivienda. En este último epígrafe, una preocupación creciente según el Sociómetro que elabora Lehendakaritza, sí ha anunciado que el Gobierno vasco aprobará un decreto del derecho subjetivo a la vivienda este año y que financiará por su cuenta las solicitudes para ayudas de rehabilitación de edificios pendientes de cubrir por los fondos europeos.

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Una retahíla de medidas destinadas a retomar la iniciativa política en la recta final de la legislatura y que, por su corte social, también pretenden exprimir el sello humanista de un Urkullu probablemente de nuevo candidato que ha situado «la persona como objetivo» de su acción política: «Mi compromiso es esforzarme en compartir más y mejor con la sociedad esta prioridad. Hacerlo con humildad, cercanía y sinceridad».

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