Basque Week en Tokio
No diga gilda, diga 'basque cheesecake'El Lehendakari participa en el primer día de la Basque Week de Tokio
Bajo un sol de justicia, el Global Ring Theatre de Ikebukuro, una plaza creada para albergar espectáculos al aire libre, se va poblando de personajes ... curiosos. Como Nobuyuki Ohata, un japonés castellanohablante desde hace veinte años y «enamorado de la cultura española, sobre todo de la comida». Siempre busca por Internet eventos relacionados con su gran pasión y ha encontrado, por casualidad, la inauguración de las carpas de la 'Basque Week' en Toshima, un programa de actividades –27 actuaciones musicales y exhibiciones deportivas– y 56 talleres que durante la próxima semana buscará acercar a los oriundos «la esencia de Euskadi-Basque Country» .
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Lleva una sudadera del Athletic para la ocasión, aunque confiesa que desde que Take Kubo juega en la Real le tira también lo txuriurdin. Ha probado ya restaurantes vascos de Tokio –hay unos cuantos– y se considera devoto «del bacalao y el txakoli».
Sin embargo, a cualquier oriundo que se le pregunte por sus conocimientos sobre Euskadi, responderá lo mismo: 'basque cheesecake', la famosa tarta de queso inspirada en la del bar 'La Viña' de San Sebastián que puede probarse en muchas cafeterías de la capital. Hasta la alcaldesa de Toshima citó el famoso pastel en su discurso de bienvenida.
Las cuatro carpas que pretenden dar a conocer la cultura, la gastronomía, el deporte y la oferta turística vasca en Japón no arrancan muy animadas pero el buen tiempo y el entusiasmo de la presentadora van atrayendo al público, que puede encontrarse en el variopinto decorado una foto de John Rahm, remeros, paisajes, levantadores de piedra...
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Oshita lleva el pañuelo Euskadi-Japan 2023 con que se obsequia a los visitantes en el stand del Gobierno vasco. A la pregunta de qué conoce de Euskadi, responde sin dudar: «La gastronomia, Hondarribia, que es muy bonita, a Benito Lertxundi y a San Francisco Javier». La Compañía de Jesús, que desembarcó en 1549 para evangelizar al pueblo japonés, es otro de los temas recurrentes de conversación.
En el escenario, se afanan dos cortadores de troncos y varios levantadores de piedra. Uno de ellos suelta la mano y saluda al público. Los txalapartaris de Oreka TX inician a los visitantes en el ancestral instrumento pero lo más popular resulta, sin duda, el taller de gildas. Como la elaboración no tiene en sí mucho misterio, el cocinero al mando da explicaciones sobre cómo se conserva la anchoa en salazón, sobre las piparras y sobre el txakoli guipuzcoano con que se riega el hamaiketako. Todos los productos se pueden comprar en Japón y en el taller se entrega una lista de direcciones. A fin de cuentas, no sólo de tartas vive el hombre.
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