«Se quiere dar a entender que haremos lo que queramos con las cárceles, y no es así»
Rechaza el «café para todos» en el ámbito penitenciaro y apunta que el acercamiento de presos de ETA no significa que tengan que estar en Euskadi
El reto es enorme. Ayudar al Gobierno vasco a definir el que será el nuevo modelo penitenciario cuando el 1 de octubre se haga efectivo ... el traspaso de Prisiones a Euskadi. Jaime Tapia (Bilbao, 1965) cogió el guante. Expresidente de la Sección Penal de la Audiencia de Álava, se declara «metido y comprometido» con el mundo penitenciario. Tapia se ha «movido en muchas salsas», reconoce. Justicia de menores, tercer sector, igualdad... Fue incluso portavoz de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia. Y también presidió el tribunal que juzgó el 'caso De Miguel', la trama de corrupción que salpicó a destacados exdirigentes del PNV. Episodio, este último, que motivó que partidos de la oposición criticaran su fichaje por el Ejecutivo. Confía Tapia en vencer las desconfianzas. «Se quiere dar a entender que haremos lo que queramos con las cárceles, y no es así», defiende.
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«No he pretendido nada más que echar una mano, las críticas son injustas»
- ¿Entiende los recelos que existen ante el hecho de que el Gobierno vasco asuma la gestión de las prisiones?
- Personalmente, no. Asumir esta competencia ha sido un anhelo de toda la vida del mundo penitenciario en su conjunto. De funcionarios, de presos e incluso de personas del tercer sector. ¿Por qué? Porque se pensaba que iba a suponer un beneficio. Y le aseguro que es así como lo están viviendo ahora mismo. No puede haber recelos desde el punto de vista social ni jurídico. Euskadi ha asumido otras competencias, como Salud y Educación, que en su día se afrontaron con desconfianza y hoy son una referencia. Esperemos que ocurra igual.
- «Resort, excarcelaciones súbitas»... Se ha dicho de todo.
- Forma parte de mi ADN defender la libertad de expresión, pero si has entrado en centros penitenciarios, como he hecho yo, no puedes hablar de resort. Hablamos de algo tan importante como la pérdida de libertad. En cuanto a excarcelaciones súbitas, pues no. No hay ninguna tentación ni tampoco es concebible. Lo que planteamos es que el mayor número de personas puedan acceder a un régimen de semilibertad. Habrá un control judicial y cada decisión estará justificada.
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- Se han marcado el objetivo de que el 40% de los presos cumpla condena en semilibertad.
- Es un 'desideratum'. Si no lo conseguimos, no será un fracaso. Hablamos, por ejemplo, de los casos de personas septuagenarias, enfermos graves o con discapacidad... Existe una certeza científica de que en aquellos países que optan por estos regímenes, nuestro paradigma son los del norte de Europa, la reinserción es mucho más exitosa. Esa persona cometerá menos delitos y, por ende, habrá menos víctimas. Hay que hacer pedagogía para explicar que una semilibertad no es una libertad absoluta. Tienen unos controles, siguen cumpliendo su condena.
- Hay quienes oyen eso y creen que van a salir a la calle sin más.
- Claro, pero no es así. Para empezar, no todos los presos acceden al régimen de semilibertad. Cada persona tiene un programa individual de tratamiento, con sus actividades formativas, educativas. Tienen una supervisión. Esto, además, es una meta. Se hará de forma paulatina y a medida que vayamos viendo el perfil de las personas. Hablamos del 40% porque quienes trabajan en el mundo penitenciario creen que si se articulan los medios sociales y comunitarios adecuados, se podría llegar a ese porcentaje.
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- En el Estado ronda el 25%.
- Así es. Desde que está en la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias Ángel Luis Ortiz, que fue mi compañero de promoción, se le ha dado un impulso a estos regímenes. Le diré más. La pandemia dicen que ha tenido un efecto positivo porque la posibilidad de contagio en las cárceles obligó a tomar medidas. A muchas personas que estaban en tercer grado se les permitió, con medidas telemáticas, no volver a dormir a la cárcel, y ha tenido un gran éxito. Su situación no es como la suya o la mía, tienen unas pautas y unos controles. Es más, hoy en día hay muchas personas que están en ese régimen y nadie lo sabe. No hay que tener miedo. Nuestro papel como administración es velar para que sean supuestos que no supongan un problema para la ciudadanía.
«Cada decisión será individual, estará justificada y habrá un control judicial»
potenciar el régimen abierto
«No será algo gratuito»
- A sabiendas de que los datos fluctúan a diario, ¿cuántos presos hay en Euskadi y cuántos estarían a día de hoy en un régimen de semilibertad?
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- Yo tengo datos de hacer visitas por los centros, hasta el 1 de octubre no sabremos la situación exacta. Puedo decir, 'grosso modo', que hay alrededor de mil presos y el porcentaje de semilibertades aquí ronda la media del Estado, alrededor de un 23%.
- ¿Y cómo van a aumentar ese porcentaje?
- En justicia juvenil se habla de hacer un traje a medida. Pues aquí, igual. Hay que analizar caso a caso. Personas enfermas, mayores... Yo ahora no puedo acceder a los expedientes. Pero tampoco el 2 de octubre se tomarán estas decisiones. Hay que trabajarlo mucho. Y siempre teniendo en cuenta que no será algo gratuito. La gente debe responsabilizarse. Si has cometido un delito, tienes que hacerte cargo.
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- ¿Son conscientes de que tendrán muchos ojos encima?
- Sabemos que habrá parte de la sociedad que esté de acuerdo con este modelo y parte que no. Nosotros vamos a hacer lo que consideremos mejor para la sociedad, más allá de otros intereses.
- Las comparaciones con Cataluña, salvando todas las distancias, resultan inevitables.
- Se está comparando sobre todo con el tema del 'procés', pero Cataluña tiene competencia en materia penitenciaria desde el 84 y no ha habido ningún problema con su modelo. Tiene unos índices de semilibertad un poco más altos que en el Estado y cuenta con dotaciones de salud mental que son un referente en Europa... Nosotros cualquier medida que adoptemos será 'ad hoc'. Veremos qué dicen los expertos psicosociales y las juntas de tratamiento. Si las críticas son constructivas, bien.
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«Espero que las opiniones sean de buena fe y no haya intereses espurios»
beneficiar a presos de eta
- ¿Le ha sorprendido que les afeen que tratarán a todos los presos por igual?
- El artículo 14 de la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley y que a todos se nos tiene que aplicar la ley por igual. Resulta obvio. Luego habrá que tener en cuenta lo que marca cada condena y cada sentencia. Parece que lo que se quiere transmitir es que aquí vamos a hacer lo que nos da la gana, y no es así.
- ¿Deberían estar todos los presos de ETA ya en Euskadi?
- En Euskadi hay unos 44 y en prisiones de alrededor, como Logroño, Pamplona o El Dueso, otros tantos. Hay un posicionamiento a favor, pero un acercamiento no significa necesariamente estar en una cárcel del País Vasco. Instituciones Penitenciarias va caso por caso y tenemos una buena interlocución. A partir del 1 de octubre, cuando se quiera que un preso de ETA venga a Euskadi, se hablará con el Gobierno vasco y se tomará una decisión conjunta.
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- ¿Tienen las cárceles vascas capacidad para asumir a todos los reclusos de la banda?
- Creo que el total de presos de ETA ronda los 180. Las tres prisiones vascas están hoy lejos de estar saturadas. En Zaballa, por ejemplo, hay poco menos de 700 personas, cuando ha tenido el doble, y en San Sebastián se va a abrir un nuevo centro... No es por una cuestión de espacio.
«Se habla del 'procés', pero la competencia es del 84 y no ha habido problema»
cataluña
Las víctimas y el daño causado
- Han repetido que no se beneficiará a los presos de ETA. ¿Entiende el temor a que sea así?
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- Respeto las opiniones de todos y espero que sean de buena fe, que no obedezcan a algo espurio. Lo que puedo reiterar es que yo cogeré el expediente de 'Pepito Pérez', con su sentencia y con su situación. Ya sea de ETA o de alguien que ha cometido un robo o una violación. Pero no solo estoy yo, también están las personas que trabajan en las cárceles, las juntas de tratamiento... Lo que intentaremos es mejorar la situación de todos los que están en los centros penitenciarios, atendiendo a los intereses de las víctimas.
- En su modelo hacen, precisamente, especial hincapié en el papel de las víctimas. ¿Parte de ese proceso será el reconocimiento del daño causado?
- Los presos saben que tienen que cumplir unos requisitos penitenciarios. Entre ellos, admitir el daño o arrepentirse mediante la formalización de un escrito. Sabemos que ahí hay diferentes sensibilidades. Hay quienes les reclaman que identifiquen a ciertas personas... Son peticiones legítimas, pero que no necesariamente se tienen que admitir. Hay que examinar la actitud del preso hacia el delito y ahí nosotros no podemos ir más allá de lo que nos marca la ley y de la actuación del juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional.
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- Una de las críticas es que la mayoría de los reclusos de ETA solo firman una 'carta tipo'.
- Hay también personas que han escrito cartas de su puño y letra, habrá que ver. Me resisto a hacer valoraciones generales porque aquí no cabe el café para todos.
- ¿Recuperarán los encuentros restaurativos en prisión entre víctimas y presos terroristas?
- Al final es hacer ver a los presos que sus actos tienen consecuencias directas, y también tienen un efecto sanador en las víctimas. Si unos y otros quieren, y se ponen todas las cautelas, ¿por qué no? El Papa Wojtyla se reunió en prisión con el turco que le intentó matar. Uno pidió perdón y el otro, perdonó.
- Han anunciado la puesta en marcha de 'Aukerak', una nueva sociedad pública dirigida a facilitar la reinserción laboral. ¿Cómo funcionará?
- Es una obligación legal derivada de que en el Estado hay un organismo público de trabajo penitenciario y formación para el empleo. Se encarga de gestionar talleres productivos, como economato, limpieza y cocina, o aquellos que ciertas empresas tienen en los centros penitenciarios. Los internos tienen una nómina. Al asumir la competencia, era necesario que nos subrogáramos en esa situación. Como también lo hizo Cataluña. La capacitación laboral es una parte importante de la reinserción.
- Ha dicho que la sociedad se debe responsabilizar. ¿A qué se refiere?
- Es hacer entender a la gente que esas personas que están en los centros penitenciarios no son unos seres extraterrestres que han venido de otra galaxia. Vivían en nuestras calles y barrios, y en algunas ocasiones han llegado a cometer un delito debido a fracasos sociales. Esas personas van a volver a la sociedad y tenemos que entender que hay que hacer un esfuerzo para que cuando salgan, respeten la ley penal y cumplan sus obligaciones como cualquier otra persona. No vale decir aquello de que lo arreglen otros y nos lo devuelvan ya reinsertado. Todos debemos contribuir.
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