Los dantzaris amenizaron el acto. M. Salguero

Aberri Eguna 2023

El PNV se reivindica como el nacionalismo «auténtico» frente al «transformismo» de Bildu

Evitan concreciones sobre el nuevo estatus en el Aberri Eguna más electoral y se concentran en movilizar el voto

Domingo, 9 de abril 2023, 13:12

Más que una celebración clásica de Aberri Eguna, el acto que el PNV organizó, como cada Domingo de Resurrección, en la Plaza Nueva de Bilbao ... se asemejó bastante más a un mitin de campaña, a cincuenta días de las municipales y forales del 28-M. Ya avisó Andoni Ortuzar que este Día de la Patria tenía un evidente «aroma electoral» y así fue: nada de riesgos innecesarios ni de proclamas soberanistas encendidas, nada de cantos a la unidad abertzale y sí muchos llamamientos a la movilización frente al fantasma que más teme el PNV, la abstención.

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También, cómo no, pullas a EHBildu, a quienes Andoni Ortuzar dibujó como lobos disfrazados de cordero –«son los de la 'mani' aunque se vistan de Armani»– y el habitual gradualismo jeltzale, con el mensaje central de que la nación vasca se construye «día a día» y que, en esa lógica, las urnas de mayo serán un «escalón» más hacia «la libertad» de Euskadi si las instituciones se llenan de alcaldes, junteros y diputados generales «nacionalistas».

Pese al llamamiento previo a unir fuerzas entre abertzales, secundado la víspera por los principales líderes y candidatos jeltzales en Gipuzkoa codo con codo con los de EHBildu; pese a la advertencia desde el propio EBB de que solo uniendo fuerzas entre los partidarios de un nuevo estatus será posible dar pasos al frente para institucionalizar el derecho a decidir, nada de eso sobrevoló este domingo el acto central del PNV. Un acto impregnado de principio a fin por la cercanía de las urnas y sin una sola mención a la reforma del Estatuto, a los posibles plazos para reactivarla o al reciente acuerdo parlamentario en clave soberanista con EH Bildu y Elkarrekin Podemos cocinado por Joseba Egibar.

Tocaba el alma más pragmática y reivindicar no el camino hacia una futura independencia, ni mucho menos, sino el «liderazgo» en las cosas de comer como los organismos transfronterizos y 'lobbys' en los que participa el lehendakari para tirar de la competitividad vasca. En definitiva, no ahuyentar a los indecisos menos ideologizados.

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Eso sí, con concesiones a la galería como los ya tradicionales chistes de Ortuzar, que salió a escena ataviado con un kaiku y contó cómo había pergeñado un discurso de Aberri Eguna con inteligencia artificial pero «no salía la vaca de mi aitite» para reivindicar al PNV como los «auténticos» abertzales frente a EH Bildu, a quienes calificó de «transformistas» por querer «parecer lo que no son para ver si engañan a la gente» cuando se acercan las urnas. «Meten en el armario el palestino, el forro polar y el flequillo cortado a motosierra para ponerse chaquetas de diseño, camisetas de marca y cara de no haber roto nunca un plato. ¡Tengamos memoria, que no nos la den con queso!», arengó Ortuzar ante los aplausos de los miles de militantes y simpatizantes que llenaron la plaza.

«De alpargata»

Una forma, al personal estilo del líder del EBB, de insistir en lo que el PNV subraya desde hace meses, que la apuesta de la izquierda abertzale por potenciar su rostro más institucional, los acuerdos en Madrid con Pedro Sánchez y su campaña centrada en la economía, la empresa o la transición energética son sólo maniobras de distracción. De hecho, frente al perfil bajo que mantendrían los de Arnaldo Otegi, a quienes beneficiaría una participación modesta, Ortuzar insistió en su tradicional llamamiento a hacer campaña «de alpargata» para movilizar el voto «casa a casa y pueblo a pueblo». Porque, de hecho, de lo que se trata para el PNV, según ha insistido Ortuzar es de lograr que al frente de las instituciones vascas haya el mayor número posible de «abertzales».

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En Sabin Etxea tienen claro que el largo ciclo electoral que se prolongará hasta las autonómicas de 2024 no aconseja dar pasos al frente en materia soberanista en una Euskadi nada proclive a aventuras. Así que, pragmático, Ortuzar evitó también meterse en las arenas movedizas de la política española (mutismo total sobre Sánchez o Yolanda Díaz), insistió en cambio en la vocación europeísta del partido y se centró en los comicios y en destacar las señas de identidad del 'modelo PNV' –el «rigor», la «seriedad» y la «estabilidad»– en un momento en el que, reconoció, los ciudadanos tienen la cabeza más en las vacaciones que en las elecciones. Eso sí, si aprovechan la Semana Santa para escaparse pese a la inflación y las incertidumbres económicas es, según Ortuzar, porque la hegemonía jeltzale al frente de las instituciones infunde «confianza» y garantías de que «si vienen mal dadas» habrá una red de servicios públicos «que no deja a nadie desprotegido».

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