El juez y asesor penitenciario del Gobierno vasco Jaime Tapia pide la jubilación
Colgará la toga el 13 de septiembre y, salvo sorpresa, también dejará Justicia, donde fue el fichaje estrella para diseñar el modelo vasco de prisiones
No volverá a vestir la toga en un juicio y, casi con toda seguridad, tampoco continuará en el nuevo equipo gestor del Departamento de Igualdad, ... Justicia y Políticas Sociales, responsable del modelo vasco de prisiones. Según ha sabido EL CORREO, el magistrado Jaime Tapia ya ha cursado su solicitud de jubilación del cuerpo de magistrados, que se hará efectiva en septiembre.
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Pero además, el que fuera uno de los fichajes estrella del Gabinete Urkullu -entró en marzo de 2021 para contribuir a apuntalar la trasferencia de las cárceles- tampoco continuará en el delicado puesto de asesor en materia penitenciaria, donde ostenta rango de viceconsejero, una vez fragüe el reparto de carteras entre PNV y PSE. Fuentes de toda solvencia sí dejan abierta una remota opción de continuidad siempre ligada a otra función en el Ejecutivo de Lakua, panorama que ahora se antoja remoto.
Porque estos dos años lidiando con la cruda realidad de los centros penitenciarios de Zaballa (Álava), Basauri (Bizkaia) y Martutene (Gipuzkoa) -a principios del próximo año estará operativa la nueva cárcel de Zubieta- seguramente hayan representado su mayor reto profesional. Tapia se ha reivindicado en este tiempo como uno de los más firmes defensores de las segundas -y a veces, terceras y cuartas- oportunidades.
Lo que se conoce como justicia restaurativa, donde el foco se pone en intentar que el condenado repare el dolor causado y se reintegre en la sociedad como uno más, aspiración no siempre sencilla. En la actualidad, y entre otros programas desarrollados con discreción, el equipo en el que se integra trabaja en reunir a etarras presos con sus víctimas en busca de un entendimiento.
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«Su humanismo se ha acentuado. Es cercano a los presos, le resultaría difícil condenar», considera su entorno
El 'caso De Miguel'
Ambas decisiones de irse van unidas de la mano. «Su mujer también se ha prejubilado recientemente. Pasan mucho tiempo juntos», desvela su entorno. Resulta muy habitual verles pasear por la capital alavesa, donde estuvo en el Juzgado de Menores o en la Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de Álava. Fue Tapia quien presidió el mediático juicio contra Alfredo de Miguel, ex 'número dos' del PNV alavés y cabecilla de la mayor trama de corrupción del País Vasco. En Zaballa, donde 'reside' el exburukide con otros tres cómplices, han coincidido varias veces.
«Jaime viene mucho por aquí fuera de su horario laboral y siempre tiene unos minutos para todo aquel que se le acerca», piropean funcionarios penitenciarios y exinternos de la mayor cárcel vasca. Es y ha sido voluntario pastoral. Quizá esa firme convicción religiosa -suele aludir a su vocación laica cristiana- sea la respuesta a esta sorprendente salida del foco. Su jubilación como magistrado se hará efectiva el próximo 13 de septiembre. El día de su 62 cumpleaños. Los jueces pueden alargar sus carreras profesionales en España hasta los setenta años.
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¿Qué ha llevado a un jurista de peso y con plaza asegurada en el Palacio de Justicia vitoriano a colgar la toga antes de tiempo? De nuevo acudimos a sus amistades. En más de un corrillo ha compartido sus dudas sobre la -a su entender- excesiva severidad del sistema penal. «Siempre ha sido un humanista, pero con los años ese espíritu se ha acentuado. Es muy cercano a los presos y esa postura podría chocar a la hora de decidir sobre qué sentencia imponer».
Más internos que en 2021
En este punto cabe recordar que una de las primeras medidas anunciadas por el Departamento de Justicia -con él en el equipo gestor- fue la de reducir las penas privativas de libertad en favor de otras medidas alternativas como portar una pulsera o dar la oportunidad de seguir en la calle a cambio de no reincidir, entre otras exigencias. Curiosamente, la población reclusa en Euskadi ha engordado en estos dos años de adaptación. De 1.400 a 1.640. Probablemente por el incremento de los delitos graves.
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A este bilbaíno afincado en Vitoria desde hace más de tres décadas el perfil social le viene de crío. Creció en los 80 en un Rekalde roto por la heroína. Integró Salhaketa Bizkaia (colectivo en favor de los derechos de los presos). Pero también vivió con escolta por la amenaza de ETA. De ahí su férreo empeño en crear un recurso externo para internos con enfermedades graves e incurables y sin red familiar. Abrió el pasado 2 de agosto con el nombre de proyecto Eusten. Dispone de cinco plazas para pasar los últimos días con dignidad.
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